El candidato que seguir¨¢ arrastr¨¢ndose por las aceras
La indecisi¨®n de los radicales asamblearios solo magnifica el descr¨¦dito de Mas, por implorar su apoyo
No contraten pla?ideras por la ¨²ltima humillaci¨®n a Artur Mas. Solo un individuo es el afectado por la sensacional indecisi¨®n de la antisistema CUP, solo ¨¦l quien otra vez implorar¨¢ ¨¢rnica, arrastrando por las aceras un mandato mendicante. No la idea del catalanismo ni la idea de la moderaci¨®n. Ni su simbiosis, el catalanismo integrador, con quien negociar, pactar futuros catalanes y asegurar gobernabilidades espa?olas. Otros personajes y partidos ocupar¨¢n un d¨ªa ese hueco.
La reciente ejecutoria del heredero pol¨ªtico de Jordi Pujol ven¨ªa vaci¨¢ndolo. Implor¨® sin ¨¦xito el apoyo no ya de un rival, sino de una hueste, la CUP, que pretende destruir (con mayor habilidad y cruel gracejo) el sistema al que ¨¦l pertenece incluso antes de nacer. Deshonr¨® la presidencia de la instituci¨®n m¨¢s apreciada por los catalanes, la Generalitat, al desgajarla, trocearla y banalizarla. Y acept¨® incluso que sus forofos paniaguados de la radiotelevisi¨®n p¨²blica aclamasen como ¡°compa?eros de Terra Lliure¡± a los terroristas asesinos de Bult¨® y Viola porque hab¨ªan firmado un manifiesto dirigido a las j¨®venes gentes cuperas en pro de su reelecci¨®n: esa infamia.
Algunos so?ar¨¢n a¨²n en un posible papel interlocutor, componedor o moderador de Mas para lograr alg¨²n encauzamiento de la aventura secesionista. Es un sentimiento in¨²til, por imposible, ya que el presidente en funciones y malogrado candidato no representaba ya desde hace tiempo ninguna opci¨®n seria para ninguna clase de negociaci¨®n viable. Y el mordaz empate de los asamblearios no hizo ayer sino magnificar su descr¨¦dito: porque fue ¨¦l, y solo ¨¦l, quien se empe?¨® en reconquistar la poltrona a base de sus votos, y estos han decidido, displicentes, que ni saben ni contestan.
Y es que la primera calidad del negociador se establece sobre la confianza que ¨¦ste es capaz de inspirar. ?Puede a¨²n transmitirla Mas? Dif¨ªcil para quien se postulaba como t¨®tem del catalanismo centrista y solo ha hecho que regalar su legado mediante pactos cada vez m¨¢s contra-natura en manos de la m¨¢s radical Esquerra, primero (para una alianza en su segundo Gobierno, para el 9-N, y para formar Junts pel S¨ª), y de la ultrarradical CUP, despu¨¦s.
Dif¨ªcil para quien se presentaba como business-friendly y acaba renegando de sus propios recortes sociales, de su antiguo mentor del grupo La Caixa en el proyecto Barcelona-World y de sus m¨²ltiples (aunque fracasadas, irrentables y torpes) privatizaciones.
Dif¨ªcil para quien se erig¨ªa en campe¨®n del cumplimiento de la ley y defensor de la seguridad jur¨ªdica, y acab¨® enga?ando a tirios y troyanos: eso s¨ª, mostrando presunta valent¨ªa pol¨ªtica ¡ªal asumir el liderazgo del 9-N, o la declaraci¨®n de insurgencia del Parlament¡ª, combinada con la penosa cobard¨ªa jur¨ªdica de endosar la responsabilidad concreta en el manejo t¨¦cnico del seudo-refer¨¦ndum del 9-N a los funcionarios voluntarios, o de alegar que el plante parlamentario rupturista era un deseo de mentirijilla.
Dif¨ªcil tambi¨¦n para quien se atribu¨ªa calidades pactistas y ha sido incapaz de negociar absolutamente nada con el ¡ªpor otra parte nada inclinado al pacto¡ª Gobierno central conservador. Ni siquiera ha enarbolado la reivindicaci¨®n de las 23 peticiones concretas que le formul¨® en julio de 2014, y de las que obtuvo satisfacci¨®n tan solo en media (la l¨ªnea 9 del metro barcelon¨¦s al aeropuerto), y a¨²n gracias a que la financiar¨ªa la iniciativa privada.
Dif¨ªcil al cabo para quien atiborr¨® sus discursos de los objetivos de estabilidad, previsibilidad y seriedad. Y que en la pr¨¢ctica alent¨® la inestabilidad anticipando por dos veces (las ¨²nicas que pudo) las elecciones. Que foment¨® la incoherencia pactando primero con el Partido Popular y despu¨¦s con su espejo c¨®ncavo, Esquerra Republicana. Que demostr¨® su debilidad en el combate contra la corrupci¨®n (si es que nunca lo emprendi¨®) y su benevolencia hacia tesoreros, donantes y dem¨¢s sospechosos (judiciales). Y que modific¨® sus objetivos estrat¨¦gicos, maquinalmente, como se cambia uno los calcetines: del ¡°pacto fiscal¡± al ¡°derecho a decidir¡±, de este al Estado propio no se sab¨ªa si separado o no, y luego a la independencia y al final a la secesi¨®n expr¨¦s en 18 meses... dechado de perseverancia.
Todo esto ser¨¢ muy gracioso, si no fuese para llorar. Y como remate barroco, llega la CUP remedando aquel soneto de Miguel de Cervantes: ¡°Fu¨¦se, y no hubo nada¡±.
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