El fiscal pide cuatro a?os y medio de c¨¢rcel para Rato por las tarjetas ¡®black¡¯

Rodrigo Rato, expresidente de Caja Madrid y Bankia, se enfrenta a una posible pena de cuatro a?os y medio de prisi¨®n por el caso de las llamadas tarjetas black. 85 consejeros y directivos de ambas entidades cargaron entre 1999 y 2012 un total de 15,5 millones de euros en gastos personales, muchos de ellos en bienes de lujo, que quedaron ocultos a Hacienda. La fiscal¨ªa pide que Rato, exvicepresidente del Gobierno con el PP, reintegre los 2,69 millones de euros que los responsables de la entidad cargaron a las tarjetas opacas entre febrero de 2010 y mayo de 2012, cuando ¨¦l estuvo al frente.

Adem¨¢s de las penas de prisi¨®n y la indemnizaci¨®n ¡ªque deber¨ªan abonar solidariamente con ¨¦l los usuarios de las tarjetas¡ª el fiscal reclama a la Audiencia Nacional que imponga a Rato una multa de 108.000 euros por un delito de apropiaci¨®n indebida. El exvicepresidente del Gobierno y ex director gerente del Fondo Monetario Internacional se puede beneficiar, sin embargo, de la atenuante de reparaci¨®n del da?o. Rato ha devuelto a su antigua empresa ¡ªrescatada con 22.424 millones de euros de fondos p¨²blicos¡ª la pr¨¢ctica totalidad de los 99.054 euros que carg¨® a su tarjeta. Otros 10 de los 66 procesados tambi¨¦n han reintegrado sus cantidades.

El panorama para su antecesor de Rato al frente de la antigua caja madrile?a, Miguel Blesa, es algo peor. Anticorrupci¨®n reclama para ¨¦l una pena de seis a?os de prisi¨®n y que indemnice a la caja ¡ªsolidariamente con el resto de imputados¡ª con un total de 9,34 millones de euros. Esta cantidad es la que los directivos y miembros de los consejos de administraci¨®n y control de Caja Madrid, nombrados a propuesta de partidos pol¨ªticos, sindicatos y organizaciones patronales, cargaron a las tarjetas entre enero de 2003 y enero de 2010. Blesa accedi¨® a la presidencia de Caja Madrid en 1996, aupado por el entonces presidente del Gobierno, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar.

El caso de las tarjetas opacas de Caja Madrid, pieza separada del caso Bankia sobre la salida a bolsa de la entidad, se destap¨® en octubre de 2014, y fue uno de los mayores esc¨¢ndalos pol¨ªticos de la pasada legislatura. La trama, denunciada por el equipo de Jos¨¦ Ignacio Goirigolzarri, actual presidente de Bankia, afect¨® a los principales partidos, sindicatos y organizaciones empresariales, y, entre otros, le cost¨® el puesto de asesor de Felipe VI a Rafael Spottorno, exjefe de la Casa del Rey, que carg¨® 235.818 euros a su tarjeta black en su ¨¦poca al frente de la Fundaci¨®n Caja Madrid.

La causa afecta finalmente a 66 procesados. De los cargos entre 1999 y 2003 no hay constancia documental suficiente para formular la acusaci¨®n, la causa de 14 usuarios ha sido declarada prescrita y tres han fallecido: Guillermo Marcos, Pedro Bujidos y Mercedes de la Merced. Para el resto de procesados, el ministerio p¨²blico reclama penas que oscilan entre los cuatro a?os de c¨¢rcel ¡ªpara los miembros del Consejo de Administraci¨®n de la caja que dieron el visto bueno al sistema y se lucraron con ¨¦l¡ª y un a?o de c¨¢rcel.

La Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n se?ala en su escrito que la entrega, autorizada por Blesa, de tarjetas para gastos personales de libre disposici¨®n ¡ªcuando eran un instrumento concebido inicialmente para gastos de representaci¨®n de los consejeros y directivos de la caja¡ª es ¡°una suerte de sistema retributivo que carec¨ªa de todo amparo legal¡±.

El encargado, por orden de Blesa, de entregar materialmente las tarjetas era, seg¨²n el fiscal, Ildefonso S¨¢nchez Barcoj, mano derecha del presidente de Caja Madrid. Para ocultar su naturaleza de retribuciones irregulares, la entidad ¡°nunca practic¨® las correspondientes retenciones fiscales¡± a las tarjetas, recuerda el ministerio p¨²blico. Adem¨¢s, los cargos que se hac¨ªan con ellas ¡ªgeneralmente en restaurantes de lujo, en hoteles, y en vacaciones¡ª se camuflaban en la contabilidad de la empresa por una doble v¨ªa. La primera era imputarlos en la cuenta de gastos de representaci¨®n de los ¨®rganos de gobierno de la caja. La segunda v¨ªa era m¨¢s alambicada: se cargaban a la llamada cuenta de quebrantos, donde se regularizan fraudes, negligencias, errores internos, deficiencias de los sistemas y reclamaciones de los clientes.

El c¨ªrculo de la opacidad se cerraba con el silencio de los beneficiados por la trama de pagos ajenos al fisco. ¡°Se estableci¨® que los destinatarios de las tarjetas no deb¨ªan presentar justificaci¨®n documental alguna acreditativa del gasto, de lo que expresamente se les advert¨ªa al entreg¨¢rseles la correspondiente tarjeta¡±, escribe el fiscal del caso, Alejandro Luz¨®n.