Aqu¨ª se concilia gracias a ellas
La pol¨¦mica imagen de Bescansa con su beb¨¦ en el Congreso reaviva un debate que siguen impulsando las mujeres
Natalia Esteban tiene esta ma?ana la cabeza en otro sitio. Su hijo Sergio, de 10 meses, sufre un virus que les hizo pasar la tarde anterior en el hospital. Y esta empleada de 38 a?os del departamento de administraci¨®n lleva todo el d¨ªa en la oficina pendiente del m¨®vil. Si tuviera que marcharse, y esto le tranquiliza, podr¨ªa salir corriendo casi sin dar explicaciones ni o¨ªr una sola pega. En la editorial estas cuestiones no se discuten. Y, como es viernes, hoy sale antes. ¡°?El horario? Una maravilla, una maravilla¡±, asegura en un suspiro.?
En la empresa en la que trabaja Natalia la jornada acaba para todos a las 16.30
En la sede de Signo Editores, en Pozuelo de Alarc¨®n (Madrid), casi todas las mesas de la luminosa oficina di¨¢fana est¨¢n ocupadas por mujeres. Son 57 de 74 empleados en la central y m¨¢s de la mitad (335 de los 600, el 55%) de los repartidos por el resto de Espa?a. De lunes a viernes, aqu¨ª se trabaja de 7.15 a 16.30. La hora de salida se fij¨® sobre todo para dejar tiempo para recoger a los ni?os en el colegio. Los viernes se sale a las 14.10. Con 20 minutos para desayunar en la cafeter¨ªa del edificio y otros 40 para comer.
"Ojal¨¢ hubiera sido un diputado con su hijo"
"Cada hombre es una revoluci¨®n interior pendiente". El lema resume el trabajo de la Asociaci¨®n de Hombres por la Igualdad de G¨¦nero (AHIGE), una entidad a¨²n rara avis con un centenar de socios varones que reclaman permisos iguales e intransferibles para la crianza de los hijos y un nuevo modelo masculino "donde el cuidado sea uno de los valores fundamentales", explica Andr¨¦s D¨ªaz, miembro de AHIGE. D¨ªaz tiene 44 a?os, dos hijas peque?as y un trabajo en una ONG de cooperaci¨®n al desarrollo. En su empresa, asegura, los horarios son bastante flexibles. La clave, de nuevo, es la presencia "abrumadoramente mayoritaria de mujeres. Si fuesen hombres, probablemente no ser¨ªa igual".
Andr¨¦s D¨ªaz demanda m¨¢s sensibilizaci¨®n desde los medios y desde los poderes p¨²blicos para que hacer visible ese papel corresponsable de los hombres. Le sorprendi¨® mucho la pol¨¦mica que se gener¨® cuando la diputada Bescansa acudi¨® con su hijo al Congreso de los Diputados. ¡°Ojal¨¢ hubiera ido un hombre diputado con su beb¨¦, el debate habr¨ªa sido m¨¢s transformador y potente¡±, reflexiona.
Es un lugar en el que no es necesario un debate sobre conciliar vida laboral y familiar como el que irrumpi¨® de forma virulenta el pasado mi¨¦rcoles cuando la diputada Carolina Bescansa acudi¨® al Congreso de los Diputados con su beb¨¦. La flexibilidad horaria que prometen algunos programas electorales est¨¢ ya resuelta en esta empresa. La firma, con 38 a?os de antig¨¹edad, dispone de horario flexible desde hace una d¨¦cada. Una de las claves, seg¨²n sus responsables, es precisamente que las mujeres est¨¢n muy presentes en todos los estratos de la editora, dedicada a colecciones de libros en formato de lujo, desde c¨®mics de Mortadelo y Filem¨®n o el Capit¨¢n Trueno encuadernados a cuentos infantiles.
¡°En esta empresa se conf¨ªa mucho en la mujer¡±, explica en su despacho la directora general, Clara Alonso, con 44 a?os y dos hijos de seis y nueve. Ella empez¨® su andadura profesional en la firma a los 19 a?os. Era muy joven, como la mayor¨ªa de sus compa?eros. Pero pasaron los a?os y cambiaron las necesidades.
En 2006, muchos empezaron a formar familias y lleg¨® la reivindicaci¨®n principal: plantearon una jornada continuada a los dos socios fundadores, los hermanos Jos¨¦ y Manuel Rueda, de ?vila. ¡°Si fu¨¦ramos un 30% de mujeres en la plantilla, seguramente el impulso habr¨ªa sido diferente, pero tenemos la suerte de que los fundadores nos escuchan¡±, a?ade Alonso. Por debajo de ella, el 90% de los altos cargos tambi¨¦n los ocupan trabajadoras.
¡°La productividad y la satisfacci¨®n de los empleados es muy elevada, el horario es la baza fundamental para la estabilidad de la plantilla y un valor a?adido cuando abrimos procesos de contrataci¨®n¡±, resume Mar¨ªa Dolores Cuesta, responsable del ¨¢rea de Recursos Humanos, de 44 a?os. Cuesta se sabe la envidia de familiares y amigos, como el resto de empleados. En 2015, nacieron 21 ni?os en la empresa. En todos los casos, las madres se han reincorporado despu¨¦s a su puesto a tiempo completo.
Hace 10 a?os que la editorial, con mayor¨ªa femenina, ajust¨® los horarios
Natalia Esteban, que sigue muy pendiente de su ni?o, cuenta que necesitaba volver a la oficina tras la baja maternal. ¡°No es que me sienta una mala madre, pero quer¨ªa salir del mundo beb¨¦¡±. Le hubiera gustado disfrutar de un permiso m¨¢s largo, extender el periodo de lactancia. ¡°Eso ya es cosa del Gobierno¡±, reflexiona.
As¨ª lo ve tambi¨¦n Teresa Jurado, profesora de Sociolog¨ªa de la UNED. Esta experta considera que se trata de una cuesti¨®n de ¡°voluntad pol¨ªtica¡± que a su juicio podr¨ªa prosperar con la nueva configuraci¨®n de fuerzas del Congreso. Recuerda que una de las cuestiones no resueltas en el debate espa?ol sobre conciliaci¨®n es el primer a?o de vida de los hijos. Jurado es miembro de la Plataforma por los permisos iguales e intransferibles de nacimiento y adopci¨®n (Ppiina), cuya principal reivindicaci¨®n ¡ªpresente en los programas electorales de PSOE, Podemos y Ciudadanos¡ª es la equiparaci¨®n gradual de los permisos de maternidad y paternidad. Jurado a?ade la necesidad de m¨¢s escuelas infantiles y de jornadas con horarios racionales como las de Signo Editores. Y espera que, en en casos futuros, la clave no sea sobre todo el impulso de ellas.
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