El cambio y la pedagog¨ªa econ¨®mica
Las medidas para generar empleo solo puedan ser cre¨ªbles si hay una catarsis pol¨ªtica que hasta ahora no hemos visto
Lo repet¨ªa una y otra vez este martes el candidato en la sesi¨®n de investidura: ¡°el cambio es lo que quieren los espa?oles¡± pero ?qu¨¦ es el cambio? Quisiera creer que, al menos en una medida importante, es hacer pedagog¨ªa econ¨®mica responsable. Hay una parte esperanzadora y es el espacio com¨²n para el acuerdo, que en muchos puntos del discurso se atisbaba como posible. Pero tambi¨¦n hay un peligro de virar de la pedagog¨ªa al populismo cuando se apuesta por medidas sin explicar su financiaci¨®n, o cuando los derechos program¨¢ticos se quieren hacer obligaciones sin incentivos ni planificaci¨®n financiera. Y tambi¨¦n hay riesgo al sugerir que lo mejor es romper con todo lo que se haya hecho en los ¨²ltimos a?os.
Tras cuarenta minutos de declaraci¨®n pol¨ªtica de buenas voluntades, Pedro S¨¢nchez explic¨® en otros cuarenta un programa econ¨®mico y social en torno al empleo, la reducci¨®n de la desigualdad, la lucha contra la corrupci¨®n y el papel de Espa?a en la UE. Un esquema muy atractivo porque, en la situaci¨®n actual, la pedagog¨ªa econ¨®mica solo puede calar en los ciudadanos si hay pegamento social, si se recompone el puente de confianza entre pol¨ªtica y ciudadan¨ªa. En esa misi¨®n hemos fracasado pol¨ªticos y economistas.
Las medidas para generar empleo o fomentar la igualdad solo puedan ser cre¨ªbles si hay una catarsis pol¨ªtica que hasta ahora no hemos visto. Ha habido un pacto con elementos de reforma constitucional que avanzaba en ese sentido y que seguramente ser¨ªa asumible por m¨¢s partidos de los que lo han acordado. Puede que quede para m¨¢s tarde , pero ser¨ªa un comienzo en alg¨²n momento.
Lo que no hay mucho espacio es para descafeinar esos elementos comunes. Al tiempo que se escuch¨® este martes hablar de racionalizar las administraciones, ya no se oy¨® nada de suprimir diputaciones. Al abordar la recuperaci¨®n del gasto social, se volvi¨® a hablar de ¡°austericidios¡± y otros t¨¦rminos demasiado f¨¢ciles de usar. En todo caso, en un contexto fiscal m¨¢s amplio, se empieza a asumir que gobierne quien gobierne el objetivo de d¨¦ficit se relajar¨¢.
El problema del desempleo dif¨ªcilmente se va a resolver con un nuevo estatuto de los trabajadores o derogando la reforma laboral. Hay m¨¢s acuerdo del que pueda imaginarse en que hay que mejorar la productividad pero pocas medidas para hacerlo. Y la energ¨ªa en Espa?a no requiere solo decir ¡°no¡± al fracking sino fijar, de una vez por todas, un modelo energ¨¦tico para el largo plazo.
Hay que tomar los elementos comunes ¡ªporque, adem¨¢s, reconcilian con la ciudadan¨ªa¡ª y, a partir de ah¨ª a?adir otros elementos con un an¨¢lisis econ¨®mico responsable. Y para lo que falte, m¨¢s Europa, aunque la UE afronte duros retos tambi¨¦n. Lo dem¨¢s es populismo o aislamiento.
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