?Y si supieran la verdad al salir?

Una de las ideas m¨¢s fascinantes en el pensamiento del siglo XX es el ¡°velo de la ignorancia¡±, que propuso John Rawls en su obra Una teor¨ªa de la Justicia.

La propuesta era muy sencilla: encerrar en una habitaci¨®n a un grupo de personas a las que previamente se les hab¨ªa borrado su pasado. Nadie sabr¨ªa su condici¨®n social o su posici¨®n econ¨®mica. Desconocer¨ªan incluso su sexo, raza o nacionalidad. Bajo ese velo de ignorancia, deber¨ªan establecer un nuevo contrato social que fuera lo m¨¢s justo posible para todos.

?Debo apoyar un sistema fiscal redistributivo sin saber si, al salir del encierro, ser¨¦ rico o pobre? ?O un C¨®digo Penal m¨¢s o menos estricto desconociendo si soy un criminal o un ciudadano honrado?

Habr¨ªamos presenciado un debate de investidura distinto si sobre el Congreso se hubiera colocado un velo similar.

?Habr¨ªa usado Rajoy el mismo tono condescendiente con el candidato S¨¢nchez si no estuviera seguro de que el l¨ªder socialista no cuenta con los votos suficientes para ser investido? ?Habr¨ªa mostrado la misma arrogancia si desconociera su verdadera posici¨®n de fuerza dentro del PP? ?Y si al regresar a la realidad se encontrara con que el partido hab¨ªa logrado su relevo y estaba as¨ª en posici¨®n de mantener el Gobierno?

En el experimento, Pablo Iglesias no sabr¨ªa la verdadera relevancia de su n¨²mero de diputados, ni que a¨²n tiene una segunda oportunidad para superar al PSOE en unas nuevas elecciones. Deber¨ªa elegir entre favorecer con su apoyo o su abstenci¨®n algunas de las medidas de justicia social y regeneraci¨®n democr¨¢tica largamente anheladas o permitir que la derecha siguiera en el poder y nada cambiara.

Pedro S¨¢nchez no tendr¨ªa en cuenta si, al salir de la habitaci¨®n, le estaban esperando sus compa?eros de partido para despellejarle vivo, o si su futuro como l¨ªder pol¨ªtico ten¨ªa los d¨ªas contados. Se esforzar¨ªa por negociar los t¨¦rminos necesarios para mantener la prevalencia del PSOE en el espacio de centroizquierda y preservar su percepci¨®n por los ciudadanos como una formaci¨®n de Gobierno.

Albert Rivera, finalmente, buscar¨ªa las alianzas necesarias, sin prejuicios pero sin ataduras, para poder impulsar las reformas que han dado su raz¨®n de ser a Ciudadanos.

S¨¢nchez y Rivera han intentado actuar como si tuvieran los ojos tapados, o al menos entrecerrados. Rajoy e Iglesias han escogido levantar la venda y jugar con ventaja.