Sergio Pascual, el fontanero de Podemos al que ahog¨® la crisis territorial
El exsecretario de Organizaci¨®n era la mano derecha de Errej¨®n, el 'n¨²mero dos' del partido
Sergio Pascual (Plasencia, C¨¢ceres 1977) era el hombre de aparato de un partido que no quer¨ªa ser un partido, el fontanero de Podemos al que correspondi¨® la ¨ªmproba tarea de asegurar la consolidaci¨®n territorial de una formaci¨®n de menos de dos a?os de vida construida a base de "c¨ªrculos" asamblearios. La mano derecha del n¨²mero dos, ??igo Errej¨®n, cuyo compromiso pol¨ªtico comenz¨® en el Sindicato Andaluz de los Trabajadores, y con la cabeza amueblada por una Ingenier¨ªa de Telecomunicaciones y el estudio de la antropolog¨ªa, acab¨® abrasado por la crisis interna y destituido fulminantemente anoche por Pablo Iglesias. El l¨ªder le agradeci¨® de forma escueta el trabajo realizado, pero le despidi¨® con un crudo mensaje sin pa?os calientes: "Gesti¨®n deficiente".
El ya exsecretario de Organizaci¨®n hab¨ªa tratado los ¨²ltimos d¨ªas, sin ¨¦xito, de tapar las m¨²ltiples v¨ªas de agua abiertas en el partido: no solo en la Comunidad de Madrid, donde la semana pasada dimitieron 10 cargos del consejo ciudadano auton¨®mico que destaparon la crisis, sino tambi¨¦n en Catalu?a, en Galicia o en Cantabria, donde los ¨®rganos se hallan todav¨ªa en estado de interinidad. Los problemas empezaban a solucionarse en Euskadi y en La Rioja, donde tras unas nuevas primarias el partido trataba de ponerse de nuevo en marcha tras un largo vac¨ªo de poder.
Sus cr¨ªticos dicen que en la organizaci¨®n hac¨ªa tiempo que se ped¨ªa su dimisi¨®n, y que ¨¦l estaba bastante cansado de ese puesto de poli malo del partido. Le reprochan haber sido "reh¨¦n de una concepci¨®n de Podemos a la que le faltaba 15-M y le sobraba dirigismo", en palabras de un dirigente. Aunque la ca¨ªda del responsable de Organizaci¨®n se ha desencadenado, sobre todo, por no haber evitado las dimisiones en bloque en Madrid, que han debilitado la posici¨®n negociadora del partido con el PSOE en pleno periodo de conversaciones de Gobierno. Lo cierto es que entre los 10 consejeros que abandonaron el consejo ciudadano madrile?o la semana pasada est¨¢ Loreto Arenillas, que era ¡ªhasta el martes¡ª su estrecha colaboradora en la Secretar¨ªa de Organizaci¨®n. Otros de los cargos cr¨ªticos con Luis Alegre tambi¨¦n colaboraban con ese departamento.
Pascual compaginaba su trabajo en Madrid con viajes a los territorios para apagar incendios. En Euskadi los cr¨ªticos le responsabilizaron de la dimisi¨®n de Roberto Uriarte y la disoluci¨®n de la direcci¨®n el pasado noviembre por la imposici¨®n de la direcci¨®n nacional de varios candidatos a las elecciones del 20-D. Hace unas semanas viaj¨® a Galicia para sondear el terreno ante la crisis que atraviesa el partido en esa comunidad. Tras ese viaje, el partido disolvi¨® la ejecutiva auton¨®mica. De esta forma, ejerc¨ªa el control sobre buena parte la organizaci¨®n territorial. En Andaluc¨ªa estaba enfrentado a Teresa Rodr¨ªguez, la l¨ªder regional, aunque ese choque nunca qued¨® reflejado en manifestaciones p¨²blicas. En las filas de Podemos se encuadra al exdirigente entre los enemigos de Izquierda Anticapitalista (IU), la corriente m¨¢s radical de la formaci¨®n y que ahora vuelve a cobrar peso.
El primer pulso de Pascual con el entorno de Iglesias se remonta a abril de 2015. Despu¨¦s de las elecciones auton¨®micas andaluzas en las que gan¨® la socialista Susana D¨ªaz hubo un debate en Podemos parecido al actual. Sobre la mesa estuvo la hip¨®tesis de una abstenci¨®n que permitiera un Gobierno del PSOE, y Pascual, sin llegar a afirmarlo abiertamente, era uno de los hombres m¨¢s partidarios de esas tesis. Finalmente, se impuso el criterio de Pablo Iglesias y de la propia Teresa Rodr¨ªguez.
Sus planteamientos destacaron por conservadores entre las filas de Podemos. En una entrevista en EL PA?S el pasado noviembre sorprendi¨® su defensa de las bases militares estadounidenses en Andaluc¨ªa y de la educaci¨®n concertada. "No hay que cercenarla, ni much¨ªsimo menos", declar¨®. En el partido se buscar¨¢ que el sustituto tenga "una sensibilidad m¨¢s cercana a los c¨ªrculos".
Pascual, nacido en C¨¢ceres hace 38 a?os, fue costalero de la Virgen de la Angustia de la Hermandad de los Estudiantes, encabez¨® la lista al Congreso por Sevilla. Era el hombre de Errej¨®n y ¨¦l se apoyaba a su vez en Auxiliadora Honorato, secretaria de Acci¨®n Institucional del partido, con la que comparti¨® lucha en las protestas de la llamada "marea naranja" de los funcionarios de la Junta de Andaluc¨ªa ¡ªcomo son ambos¡ª contra la controvertida Ley de Reordenaci¨®n del Sector P¨²blico o Ley del enchufismo, en 2011. La imagen de los tres dirigentes ayer por la tarde, durante la intervenci¨®n de Pablo Iglesias en el Pleno, fue elocuente, aunque la destituci¨®n no se har¨ªa p¨²blica hasta el filo de la medianoche. En la bancada de Podemos, Pascual, con gesto cabizbajo, destac¨® porque apenas aplaudi¨® a Iglesias. Honorato lo hizo con timidez. Y en el ¨²ltimo asiento de la primera fila del partido emergente se observ¨® con claridad otra cara de circunstancias: la del secretario pol¨ªtico, consciente de que perd¨ªa a un importante activo en sus filas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.