Pablo Iglesias, ??igo Errej¨®n y ¡°lo que la izquierda har¨ªa¡±
En el origen de la crisis de Podemos hay un debate interno sobre el modelo de partido
"Si quieres acertar no hagas lo que la izquierda har¨ªa". Pablo Iglesias escribi¨® esta frase en agosto de 2014 durante una estancia en el Valle del Ti¨¦tar. Se trata de un lema, explica, que "provocadoramente" podr¨ªa resumir el estilo pol¨ªtico de Podemos. O, al menos, el estilo inicial de la formaci¨®n. Detr¨¢s de esa suerte de declaraci¨®n de intenciones, recogida en el libro Disputar la democracia (Akal), se halla uno de los debates fundacionales del partido emergente, que el pasado enero cumpli¨® dos a?os. La reflexi¨®n sobre lo que debe ser Podemos nunca ha dejado de sobrevolar las conversaciones entre sus dirigentes y las decisiones estrat¨¦gicas de esta fuerza, que apel¨® a la transversalidad para superar el eje ideol¨®gico izquierda-derecha.
En medio de la crisis m¨¢s grave vivida hasta la fecha, se ha impuesto de nuevo esa pregunta. ?Qu¨¦ es Podemos? De hecho, el intento de algunos de sus miembros de ofrecer su propia respuesta fue precisamente uno de los desencadenantes de esa crisis, que se inici¨® hace dos semanas con diez dimisiones en la direcci¨®n de la Comunidad de Madrid y que ha provocado un distanciamiento entre Iglesias e ??igo Errej¨®n.
Iglesias present¨® ese libro la tarde del 24 de octubre de 2014 en el C¨ªrculo de Bellas Artes de Madrid, una semana despu¨¦s de la asamblea de Vistalegre. Lo hizo rodeado del equipo de fundadores del partido: Errej¨®n, Juan Carlos Monedero, Carolina Bescansa y Luis Alegre, todos ellos compa?eros de la facultad de Ciencias Pol¨ªticas y Sociolog¨ªa de la Complutense, salvo Alegre, investigador y profesor en la facultad de Filosof¨ªa. Un a?o y medio despu¨¦s, los equilibrios entre los principales impulsores de Podemos han cambiado. Juan Carlos Monedero dej¨® la ejecutiva antes de las elecciones auton¨®micas y municipales de mayo y ha ido construyendo un perfil propio, muy eficaz entre las bases, al margen del aparato. Alegre fue elegido secretario general del partido en Madrid, aunque las discrepancias sobre el modelo de partido con un sector importante ¨Ccerca de una tercera parte- de su direcci¨®n motivaron una cascada de renuncias.
En el origen de esas dimisiones, de cargos afines a Errej¨®n, hay una concepci¨®n de la vida interna y organizaci¨®n de Podemos distinta a la de Alegre, dirigente de m¨¢xima confianza de Iglesias. Ese choque, que enfrentaba una visi¨®n plural y transversal a otra que este sector considera m¨¢s vertical y heredada precisamente de la izquierda tradicional -esa izquierda que Podemos quiso evitar- acab¨® reproduci¨¦ndose en la c¨²pula nacional. Una semana despu¨¦s, cay¨® el secretario de Organizaci¨®n y mano derecha de Errej¨®n, Sergio Pascual.
Lo que queda ahora, al margen de las tensiones, las decisiones pol¨ªticas sobre la investidura y una guerrilla silenciosa que se mantiene entre familias, es una vez m¨¢s la pregunta sobre la identidad de Podemos. Pablo Echenique, el pr¨®ximo responsable de Organizaci¨®n a falta de la ratificaci¨®n del consejo ciudadano, promete aportar cambios y mejoras al modelo actual. Muchos de los principios que defiende Echenique fueron los que Errej¨®n y el propio Iglesias rechazaron en la asamblea fundacional de Vistalegre. Pero tanto Podemos como la coyuntura han cambiado. El partido ya no debe afrontar ciclos electorales a un ritmo fren¨¦tico ¨Caunque existe la posibilidad de nuevas generales en junio- y puede abordar una nueva reflexi¨®n, m¨¢s pausada, sobre su futuro. Esa identidad, por tanto, puede repensarse. ?C¨®mo? ?Seguir¨¢ vigente esa advertencia sobre no hacer lo que har¨ªa la izquierda? ?Habr¨¢ nuevas disputas entre pablistas y errejonistas? ?Un sector del partido teme perder su transversalidad? En definitiva, ?d¨®nde quiere ubicarse Podemos?
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