Sepultados en tumbas de basura
Jos¨¦ ?ngel ten¨ªa Di¨®genes y muri¨® sin que nadie lo reclamase. Viv¨ªa aislado de sus vecinos, pero ten¨ªa 3.544 amigos en Facebook. Uno de ellos dio la voz de alarma
Entre los 3.544 amigos virtuales que acumulaba en internet, una mujer telefone¨® a la Polic¨ªa Local de Vigo desde Canarias para advertir de que Jos¨¦ ?ngel no entraba desde hac¨ªa casi una semana y tampoco contestaba al Whatsapp. Ninguno de sus conocidos de la Red sab¨ªa que el vigu¨¦s viv¨ªa sepultado en vida por la basura que recog¨ªa de los contenedores cuando sal¨ªa al caer el sol en una de las bicicletas que almacenaba.
Los despojos urbanos hab¨ªan cegado todos los vanos de la casa y ya solo pod¨ªa salir y entrar, como los gatos o los ratones, por una ventana. A pesar de haber nacido en Vigo y de que su historia fue noticia en casi todos los medios, una semana despu¨¦s nadie hab¨ªa reclamado el cuerpo y el Ayuntamiento tuvo que hacerse cargo este jueves de un entierro de beneficencia. Ahora solo una p¨¢gina de Facebook suspendida en el tiempo y un n¨²mero, el 113, pintado sobre una cruz hincada en la tierra del cementerio de Pereir¨®, recordar¨¢n su existencia.
De noviembre a abril, ocurre muchas veces que el fuego con el que intentan espantar el fr¨ªo prende en los cartones, las cajas de madera, los colchones sucios y las bolsas de basura. Las llamas engullen toneladas de inmundicia en pocos bocados y el due?o del vertedero dom¨¦stico muere carbonizado o por asfixia. Cuando llega el verano ¡ªmuertos porque s¨ª sin querer ir al m¨¦dico y sin que nadie se entere¡ª es el olor de sus cuerpos descompuestos el que acaba por avisar a los vecinos.
En enero aparecieron entre monta?as de desperdicios los cad¨¢veres de un hombre de 62 a?os (Corvera, Asturias) y una mujer de 84 (C¨¢ceres), y a principios de abril los bomberos entraron a rescatar en Erandio (Bizkaia) a otra se?ora de 79. Cre¨ªan que ya estaba muerta por el hedor que el piso dejaba escapar al exterior, pero a¨²n expir¨® unos minutos despu¨¦s. Al d¨ªa siguiente, la escena apocal¨ªptica se repet¨ªa en Vigo con el cad¨¢ver de Jos¨¦ ?ngel, un hombre de 51 a?os que, como casi todas las personas con Di¨®genes no se trataba con sus vecinos pero que en su caso, todav¨ªa excepcional para los psiquiatras, manten¨ªa actividad diaria en su p¨¢gina de Facebook.
Cada a?o mueren en soledad varias personas con S¨ªndrome de Di¨®genes en Espa?a. Casi siempre, los protagonistas llevan d¨ªas, semanas o hasta medio a?o muertos. Casi siempre viven solos y han perdido los lazos con su familia. Han abandonado el cuidado de su cuerpo y no se quieren. Algunos mueren por inanici¨®n, por enfermedades que se niegan a tratar, o aplastados por un alud de desperdicios que se viene abajo cuando ya no soporta m¨¢s peso.
Cada vez que se recupera un cad¨¢ver de una tumba de basura que suele llevar d¨ªas desmontar aparece alg¨²n responsable de los servicios sociales del consistorio diciendo que se hab¨ªan iniciado los tr¨¢mites burocr¨¢ticos y judiciales para solucionar el problema, pero que no llegaron a tiempo. Para desgracia del finado y desesperaci¨®n de vecinos que llevan a?os soportando los olores y las plagas. Seg¨²n el Colegio de Administradores de Fincas de Madrid, el 60% de las consultas de las comunidades vecinales son acerca de casos de Di¨®genes. Cada a?o, en la capital se abren unos 300 expedientes municipales por denuncias sobre personas que acumulan miles de kilos de residuos hasta invadir todas las habitaciones. En ciudades m¨¢s peque?as, en un a?o se pueden llegar a tratar m¨¢s de 30 casos.
En 2010, en Almer¨ªa se intervino en 34 viviendas convertidas en estercoleros y cuatro de las personas murieron una vez que ingresaron en el hospital. Miguel, vecino de M¨¢laga de 57 a?os, tambi¨¦n acab¨® muriendo en una cama hospitalaria despu¨¦s de ser rescatado del fuego en 2010. En este caso, el Ayuntamiento llevaba desde 2001 tratando sin ¨¦xito de que el juzgado lo incapacitase. Una vez logr¨® permiso para entrar en la casa, vaciarla y pintarla. Pero pasado el tiempo el esfuerzo no evit¨® la tragedia.
Todas las historias son desgarradoras. En marzo de 2015, en Palma, 25 bomberos tardaron cinco horas en controlar el fuego que da?¨® 10 pisos de un edificio en el que viv¨ªa un hombre de 51 a?os con Di¨®genes. Tres de las viviendas quedaron completamente destruidas por la fuerza de unas llamas alimentadas de basura altamente combustible. Las hemerotecas recogen casos similares en Sevilla, Le¨®n, Sitges (Barcelona). Algunas con variantes como los miles de amigos de Jos¨¦ ?ngel en Facebook o como el S¨ªndrome de No¨¦ que ofrece incluso paisajes m¨¢s dantescos. En una casa del municipio coru?¨¦s de Rianxo desbordada tambi¨¦n de basura y excrementos, en una ocasi¨®n fueron rescatadas dos ancianas y 140 perros enfermos. La mitad de los canes acabaron sacrificados. Una de las mujeres viv¨ªa en cama, con los animales movi¨¦ndose sobre las s¨¢banas. La otra estaba ciega, y a?os despu¨¦s segu¨ªa esperando una ayuda de las de la Ley de Dependencia.
Muchas veces, y a pesar de la hediondez que se acent¨²a con el calor, la gente no se imagina lo que pasa hasta que saltan las alarmas porque falta la persona. Algunos de los muertos en esta d¨¦cada viv¨ªan en un sexto o en un octavo y nadie jam¨¢s los hab¨ªa visto subiendo restos. Sus vecinos de abajo no sospecharon nunca que estuvieran viviendo bajo enormes basureros.
En estas circunstancias, el trabajo de los forenses se complica. Con el proceso normal de putrefacci¨®n se al¨ªa lo insalubre del escenario. Larvas que en vida ya estaban en los cuerpos. Animales, desde perros a hormigas, que se han ido comiendo las partes blandas y dejan los rostros inidentificables. En 2012, en Ferrol, Carmen, de 70 a?os, apareci¨® despu¨¦s de dos meses sobre su cama, comida por las ratas. Hay manuales m¨¦dicos que ense?an a distinguir entre las erosiones producidas por distintos insectos y la forma del mordisco de cada tipo de mam¨ªfero.
"Es algo que veremos cada vez con m¨¢s frecuencia"
En 2010, en Ciudad Naranco (Oviedo), un hombre de 60 a?os fue hallado despu¨¦s de una semana. Sub¨ªa la basura al sexto piso hac¨ªa tiempo. Sufr¨ªa Di¨®genes y estaba alcoholizado desde que hab¨ªa perdido un hijo de 15 a?os, una d¨¦cada atr¨¢s. El chico hab¨ªa ido a hacer las pruebas para jugar en el Real Oviedo y nunca regres¨®. Fue arrollado por un tren cuando volv¨ªa andando a casa.
Luis Ferrer, psiquiatra y miembro de la Real Academia de Medicina de Galicia, comenta que el ¡°crac biogr¨¢fico¡± siempre suele existir. "Habitualmente, en las personas con S¨ªndrome de Di¨®genes, hay un fondo depresivo que se monta sobre la soledad". "El vac¨ªo se va aliviando con los objetos" recogidos, y detr¨¢s puede haber una experiencia traum¨¢tica. "El 99% viven solos y se van aislando". Muchos ya no trabajan y, en bastantes ocasiones, beben. Entre todos los desperdicios acumulados, es frecuente que aparezcan cientos de botellas vac¨ªas. El de Di¨®genes es un s¨ªntoma de otras cosas, y se da tanto en hombres como en mujeres, y m¨¢s en mayores de 65 que en j¨®venes, aunque muchas personas manifiestan los primeros rasgos obsesivos ya en la adolescencia. "Con los a?os, esos rasgos se tienden a caricaturizar. Y entre los ancianos hay m¨¢s soledad y m¨¢s angustia", sigue describiendo el psiquiatra.
El caso del vecino de Vigo (Pontevedra) que amontonaba basura y se manten¨ªa aislado en la vida real mientras buscaba amigos en Facebook resulta novedoso para los psiquiatras y despierta su inter¨¦s porque, seg¨²n Ferrer, "es algo que veremos cada vez con mayor frecuencia a medida que vivamos m¨¢s en el llamado tercer entorno". El "tercer entorno" es el mundo virtual en general, desde los mensajes de telefon¨ªa hasta los videojuegos y todo el universo infinito de la Red, sus mundos y sus submundos. Su desarrollo "ha coincidido en el tiempo" con esa transformaci¨®n social que ha poblado el pa¨ªs de viviendas con una sola alma. "En Espa?a, uno de cada cuatro hogares son unipersonales, y sobre todo se trata de mujeres viudas y de varones solteros o separados", ilustra el m¨¦dico.
El vigu¨¦s Jos¨¦ ?ngel cumpl¨ªa con este perfil. Estaba solo y hab¨ªa perdido el empleo. Y en su caso, por ser un hombre m¨¢s joven, al aislarse del mundo se refugi¨® en las nuevas tecnolog¨ªas: "Era un sujeto escindido. La misma mente puede sufrir un cuadro de Di¨®genes y vivir en paralelo otro personaje superactivo en el mundo virtual"
Jos¨¦ Manuel Mench¨®n, jefe de Psiquiatr¨ªa del Hospital de Bellvitge (Barcelona), explica que una persona con el s¨ªndrome puede sentir o buscar "desinhibici¨®n" en internet. Pero mientras tanto, todos rechazan la ayuda directa del pr¨®jimo. La propia naturaleza del s¨ªndrome hace que tantas veces acaben sus d¨ªas en sus particulares refugios de basura en vez de recurrir a un hospital. ¡°El propio abandono de s¨ª mismos¡± escribe ese final.
El de Di¨®genes ¡°no es un diagn¨®stico¡±, no est¨¢ considerado como una enfermedad en s¨ª, y aunque se describi¨® en 1975, est¨¢ mucho menos estudiado que el S¨ªndrome de Acumulaci¨®n Compulsiva. No hay c¨¢lculos actualizados sobre su incidencia en la poblaci¨®n, recuerda Mench¨®n, aunque existe una estimaci¨®n "de hace tiempo" que dice que ¡°aparece un caso al a?o por cada 2.000 habitantes¡±. Las personas que acumulan basura no son conscientes de su trastorno y no van al psiquiatra, y en ocasiones muy contadas pueden llegar a arrastrar a su pareja o a otro miembro de la familia hacia la misma compulsi¨®n. Por lo general, el s¨ªntoma no se presenta de forma aislada, sino asociado ¡°a un alcoholismo, una demencia, una esquizofrenia¡±, y se considera que tiene que ver con alguna alteraci¨®n del l¨®bulo frontal.
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