Muerte al roble centenario
Envenenado con fitosanitarios un ¨¢rbol catalogado como ejemplar singular en Extremadura
Los que cuidan los ¨¢rboles singulares dicen que es como trabajar en un geri¨¢trico, por el n¨²mero de bajas, habida cuenta de que la mayor¨ªa de los ejemplares as¨ª calificados tienen m¨¢s a?os que Matusal¨¦n. El gran roble de La Solana, en Barrado (C¨¢ceres), era tricentenario y a pesar de su mucha edad luc¨ªa medidas de modelo: 18 metros de altura, 30 de copa, cintura de 3,60. Y estaba hecho un roble, l¨®gicamente.
Los t¨¦cnicos de Medio Ambiente de la Junta de Extremadura creen que quien lo ha herido de muerte quiz¨¢ no tiene muchas ideas en la cabeza, pero reconocen que las manej¨® con destreza para hacer el mayor da?o posible: 10 cortes con el espad¨ªn de la motosierra de 10 cent¨ªmetros cada uno repartidos por la base y los brazos principales de las ra¨ªces someras. All¨ª verti¨® el fitosanitario, glifosato seguramente, muy com¨²n en la comarca, y en todos lados, que ha viajado en la corriente de la savia hasta tumbar al gigante de la monta?a. La primavera en Barrado ha dejado esta terrible sorpresa: los dem¨¢s ejemplares ya visten de verde, el gran roble no ver¨¢ las hojas nunca m¨¢s.
Matar un ¨¢rbol catalogado como singular es una falta muy grave y est¨¢ penado con multas de 60.000 a 300.000 euros, pero cobrarlas es tan dif¨ªcil como encontrar una pista fiable en un pueblo de 500 habitantes. Los rumores ya se hab¨ªan disparado d¨ªas antes, porque otro ejemplar, soberbio tambi¨¦n, hab¨ªa sido envenenado con los mismos modos ¡°sibaritas¡±: unas punciones en la corteza y un toque del mejor veneno. Este es de propiedad particular, el otro est¨¢ en monte p¨²blico; el primero pod¨ªa molestar a alguien, con el segundo no parec¨ªa el caso. ?Rencillas? ?Venganzas? ?Insensatez?
Los rumores no han cesado en Barrado estos d¨ªas. El servicio de protecci¨®n de la naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) maneja varios perfiles, pero sabe que es dif¨ªcil, por no decir imposible, que la colaboraci¨®n ciudadana aporte gran cosa. El viejo roble hab¨ªa cobrado mucha fama en los ¨²ltimos tiempos, en los que ha avanzado la formaci¨®n y la concienciaci¨®n medioambiental, y eran numerosos los turistas que se acercaban a visitarlo. En este pueblo cacere?o se especula con la posibilidad de que el que ha cometido este crimen natural sea alguien a quien el turismo le pone nervioso, de esos a quienes un forastero les perturba m¨¢s que un nublado.
¡°Que nadie piense que ha conseguido algo con esto, porque puede que el efecto sea el contrario: hemos perdido el mayor ejemplar, pero su porte quedar¨¢ ah¨ª por mucho tiempo y el esp¨ªritu del roble tambi¨¦n. Primero estar¨¢ seco, y luego ya veremos entre todos qu¨¦ se hace con ¨¦l¡±, dice el alcalde, Jaime D¨ªaz. En la Junta lo ratifican: ¡°El ¨¢rbol ser¨¢ espectacular a¨²n muchos a?os¡±. Y esa suerte de esp¨ªritu natural parece tomar cuerpo, porque ya hay alguna marcha convocada para acercarse al lugar como homenaje a una sombra tan generosa. Bajo la copa de estos ejemplares, siglos atr¨¢s, pod¨ªan api?arse decenas de ovejas buscando el frescor; la simbiosis perfecta, porque ellas prestaban abono en abundancia para que la sombra no dejara de crecer. ¡°Cada rama es un ¨¢rbol, eso es lo que tiene de espectacular ese roble¡±, reconocen en la Junta.
En Extremadura hay 47 ejemplares declarados singulares. ¡°Se tiene con ellos un cuidado especial, se les hacen dos o tres visitas al a?o, se podan con esmero, se vigilan las cicatrices. Normalmente, se les cataloga por su longevidad, su tama?o, su forma, pero tambi¨¦n por razones culturales¡±.
Este monte de La Solana es, con seguridad, uno de los mayores robledales de Extremadura y, con probabilidad, de los m¨¢s extensos de Espa?a. Est¨¢ ubicado en el Valle del Jerte y ese roble se hab¨ªa convertido en destino y punto de partida de muchas rutas a pie, en bicicleta, como la que se celebrar¨¢ ma?ana, organizada por Picota Bike.
Ayer, la visita programada era la de la Guardia Civil para echar un vistazo detallado y tomar muestras. Ser¨¢ dif¨ªcil saber qui¨¦n ha sido, pero no hacen falta pistas sobre su cala?a.
Ese enorme regalo de la naturaleza no pasaba de ser un estorbo, seg¨²n se ve, para el que cogi¨® la motosierra y le asest¨® 10 hendiduras mortales. ¡°Con los ¨¢rboles singulares¡±, dicen en la Junta, ¡°tenemos muchas bajas, pero nunca nos hab¨ªa pasado algo as¨ª¡±.
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