El PP teme que IU y Podemos le arrebaten hasta cinco esca?os

Mariano Rajoy y los m¨¢ximos dirigentes del PP apenas se prodigan estos d¨ªas en ataques contra Pedro S¨¢nchez ni contra Albert Rivera. El objetivo n¨²mero uno de sus diatribas es Pablo Iglesias, Podemos, Izquierda Unida y el viejo comunismo. Las razones son varias. Por un lado polarizar la campa?a entre dos f¨®rmulas muy extremas, la sensatez y madurez frente a la radicalidad, para meter miedo y movilizar al votante popular desencantado. Con el mismo mensaje se pretende, adem¨¢s, hacer el vac¨ªo al socialista S¨¢nchez y tambi¨¦n a Albert Rivera y Ciudadanos, para debilitarles de cara a futuros pactos poselectorales. El PP calcula que la nueva alianza de Podemos e IU puede disputarle, en las mismas condiciones te¨®ricas de voto que el 20-D, cinco de los ¨²ltimos esca?os que se decidieron por restos a su favor en las pasadas elecciones.

El PP lo ha ensayado casi todo contra el auge de Ciudadanos. Ahora toca focalizar el debate de Rajoy con Iglesias, marginar a S¨¢nchez y Rivera, y esperar que las urnas dejen el escenario obligado para el pacto con el PSOE o con Ciudadanos.

Mientras, el comit¨¦ de campa?a del PP estudi¨® ayer al detalle la situaci¨®n en las llamadas provincias prioritarias. El director de ese gabinete, Jorge Moragas, cuenta con un informe sobre el reparto de votos y del ¨²ltimo esca?o en una decena de provincias en las elecciones del 20-D tanto a favor del PP como en contra y por apenas unos centenares de papeletas.

Por menos de 1.000 votos

La preocupaci¨®n ahora se centra en cinco circunscripciones (M¨¢laga, Valencia, Sevilla, Granada y Asturias) donde la alianza entre Podemos e IU podr¨ªa arrebatarles ese ¨²ltimo diputado que el 20-D ganaron por poco. En M¨¢laga, IU se qued¨® entonces a menos de 1.000 votos de hurtar ese esca?o al PP y en Granada esa pelea se resolvi¨® a favor de los populares tambi¨¦n por unos centenares de papeletas.

En el PP matizan que todas las elecciones son diferentes, que las coaliciones no deben presuponer matem¨¢ticamente ning¨²n resultado por anticipado y que hay que tener en cuenta muchos factores antes de dar por buena la aritm¨¦tica de que los cinco millones de votantes de Podemos el 20-D m¨¢s el casi mill¨®n de IU da un balance futuro de seis millones. Nadie puede asegurar que vaya a ser as¨ª ni lo contrario.

Los analistas del PP se fijan en primer lugar en el grado de participaci¨®n electoral que lo trastoca todo. El 20-D la participaci¨®n subi¨® hasta el 73%, casi cuatro puntos por encima de la de 2011. La mayor¨ªa de las encuestas vaticinan ahora una afluencia menor. Para que las predicciones no fallasen se tendr¨ªa que producir el 26-J adem¨¢s de la misma participaci¨®n un nivel de voto para el PP similar al de diciembre y lo mismo para el resto de los partidos en disputa. Demasiadas hip¨®tesis.

En el dise?o de la campa?a de Rajoy, en cualquier caso, s¨ª se est¨¢ teniendo muy en cuenta el mapa en rojo de esa decena de provincias prioritarias. El candidato del PP tendr¨¢ en esta ocasi¨®n m¨¢s tiempo para visitar en persona y pasear por la calle en esas provincias de tama?o medio o bajo, del mundo rural, donde se encuentra adem¨¢s personalmente muy c¨®modo.

Ayer el PP distribuy¨® por las redes un v¨ªdeo de su ¨²ltima visita el martes a Navarra y Logro?o, con im¨¢genes in¨¦ditas y Rajoy ensalzando Espa?a. El presidente en funciones aprovech¨® para lanzar adem¨¢s y sobre lo que pueda ocurrir el 26-J uno de sus particulares augurios: ¡°Me gusta Espa?a, hablar con la gente, y bueno, vamos a ver qu¨¦ pasa. El sentido com¨²n, la mesura y la moderaci¨®n siempre ganan¡±.