El nuevo Gobierno deber¨¢ decidir si paga una factura de m¨¢s 1.000 millones para armas

Ning¨²n candidato habla de ello ni tampoco figura en ning¨²n programa electoral, pero una de las primeras decisiones que deber¨¢ tomar el Gobierno salido de las urnas del 26-J es si aprueba un cr¨¦dito extraordinario de m¨¢s de 1.000 millones de euros para armamento. Desde 2012, el Gobierno de Mariano Rajoy ha aprobado cuatro cr¨¦ditos extraordinarios, por un valor total de m¨¢s de 4.300 millones, para hacer frente a una factura que ronda los 30.000 y que habr¨¢ que seguir pagando hasta 2030. Con ella se sufragan los grandes programas militares iniciados en los a?os noventa (el avi¨®n de combate Eurofighter, el carro de combate Leopardo o la fragata F-100, a los que se han ido sumando otros) financiados inicialmente con cr¨¦ditos de Industria.

Pese a las quejas de la oposici¨®n, el Gobierno se ha negado a incluir esta partida en el presupuesto inicial del ministerio, al igual que el coste de las misiones en el exterior, lo que ha provocado que el gasto real en Defensa el a?o pasado ascendiese 8.102 millones, un 40% m¨¢s de lo presupuestado.

La f¨®rmula elegida para hacer frente a la factura ha sido aprobar cada verano un cr¨¦dito extraordinario, a trav¨¦s de un decreto ley posteriormente validado por el Congreso. El secretario de Estado de Defensa, Pedro Arg¨¹elles, ya anunci¨® en agosto pasado, cuando present¨® los presupuestos de 2016 en el Congreso, la intenci¨®n de aprobar otro cr¨¦dito por m¨¢s de 1.000 millones este a?o. El problema es que el Ejecutivo en funciones no tiene entre sus competencias la de aprobar decretos leyes, por lo que habr¨¢ que esperar a que haya un nuevo Gobierno.

Las empresas de armamento contemplan con preocupaci¨®n la posibilidad de que un Ejecutivo de diferente color pol¨ªtico no atienda a este compromiso. A su favor juegan los problemas que podr¨ªa causar el impago a empresas p¨²blicas como Navantia o el riesgo de exponerse a penalizaciones si se incumple lo firmado en programas internacionales (como el Eurofighter). En contra, la dificultad de justificar ante la opini¨®n p¨²blica un desembolso en armamento mientras se discuten con Bruselas los ajustes necesarios para reducir el abultado d¨¦ficit o la deuda p¨²blica.

El pago de los 1.000 millones no es la ¨²nica decisi¨®n en materia de Defensa que deber¨¢ tomar el Gobierno antes del oto?o. Espa?a debe decidir en las pr¨®ximas semanas si atiende la petici¨®n de la coalici¨®n que lucha contra el Daesh (ISIS por sus siglas en ingl¨¦s) para aumentar en un centenar los 300 instructores que ya tiene en Bagdad. Y el todav¨ªa entonces presidente en funciones, Mariano Rajoy, acudir¨¢ el 8 de julio a una cumbre de la OTAN en Varsovia (Polonia) donde se adoptar¨¢n importantes decisiones: el despliegue de cuatro batallones en las rep¨²blicas b¨¢lticas y Polonia, la creaci¨®n de una brigada multinacional en Rumania, el traslado a Irak de la misi¨®n de instrucci¨®n del Ej¨¦rcito iraqu¨ª que la Alianza desarrolla en Jordania o la transformaci¨®n de la misi¨®n naval Active Endeavour para que colabore con la UE en la lucha contra el tr¨¢fico ilegal de inmigrantes en el Mediterr¨¢neo. Espa?a tendr¨¢ que decir en cu¨¢l est¨¢ dispuesta a colaborar y en qu¨¦ medida.