La ¡®jornada de reflexi¨®n¡¯ es un invento espa?ol
El d¨ªa de calma antes de las elecciones existe en otros pa¨ªses, pero se llama distinto
Cada jornada de reflexi¨®n electoral los medios hacen una pieza recurrente sobre su utilidad. Suelen preguntarse dos cosas: para qu¨¦ sirve en tiempos de Twitter y qu¨¦ es exactamente lo que est¨¢ prohibido.
El resultado sobre su necesidad es siempre similar. Hay expertos que lo ven una tradici¨®n simp¨¢tica y otros que lo ven como un anacronismo sin sentido. Es l¨®gico que lo vean as¨ª porque el resto de votantes tambi¨¦n lo ve as¨ª. Este a?o EL PA?S ha salido a la calle a preguntar a 15 ciudadanos. Ninguno usa el d¨ªa para ¡°pensar¡±. ¡°No me encierro en la habitaci¨®n a reflexionar desde las 12 de la ma?ana¡±, dice una joven. Incluso alguno ya hab¨ªa votado por correo.
Pero a pesar de no usar el d¨ªa para su objetivo, 6 personas de las 15 consultadas creen que est¨¢ bien que exista por si alguien quiere relajarse y consultar de nuevo los programas. Reflexionar es algo bueno, parece la conclusi¨®n.
Pero no hay por qu¨¦ reflexionar. Hay muchos pa¨ªses que impiden hacer campa?a un d¨ªa o dos antes de la votaci¨®n. Pero solo en Espa?a se llama algo parecido a ¡°jornada de reflexi¨®n¡±. El catedr¨¢tico de la Universidad Aut¨®noma de Madrid, Jos¨¦ Ram¨®n Montero, ha consultado para EL PA?S fuentes originales y no ha encontrado ninguna referencia a la expresi¨®n: ¡°Debi¨® ser idea de alg¨²n democristiano, por eso de la reflexi¨®n¡±, dice.
Es probable. La primera vez que EL PA?S public¨® la expresi¨®n ¡°jornada de reflexi¨®n¡± en un contexto electoral fue el 14 de abril de 1977. Fue en una breve nota sobre el consejo de ministros. Quedaban dos meses para las elecciones y el Gobierno hab¨ªa anunciado c¨®mo iba a ser la campa?a: ¡°La campa?a electoral finalizar¨¢ el d¨ªa 14 de junio a las cero horas. Esta fecha, jornada de reflexi¨®n, estar¨¢ libre de toda acci¨®n electoral como la propia jornada de las elecciones¡±, dec¨ªa este peri¨®dico. La expresi¨®n original iba en cursiva, por lo que no era habitual.
La legislaci¨®n que regulaba aquellas primeras elecciones solo dec¨ªa que la campa?a "deber¨¢ terminar a las cero horas del d¨ªa inmediato anterior a la elecci¨®n¡±. Pero el d¨ªa no se hab¨ªa bautizado. Alguien en aquel consejo de ministros presidido por Adolfo Su¨¢rez debi¨® proponer o imaginar la frase. Los cambios que ha vivido la ley en las d¨¦cadas siguientes tampoco han introducido la expresi¨®n.
En otros pa¨ªses latinoamericanos donde existe algo parecido se le llama ¡°silencio electoral¡± o ¡°veda electoral¡±. Son nombres menos positivos. Implican callarse o prohibir -en algunos pa¨ªses est¨¢ prohibida incluso la venta de alcohol y los espect¨¢culos durante la jornada de votaci¨®n. Quiz¨¢ el ¡°anacronismo¡± de tener una jornada de reflexi¨®n hubiera sido tratado con m¨¢s severidad si el d¨ªa se hubiera llamado ¡°silencio¡± o ¡°veda¡±. Los partidarios de la reflexi¨®n deber¨ªan agradecer al primer gobierno Su¨¢rez que saliera con esta ocurrencia.
El concepto de una jornada de reflexi¨®n en Europa es posterior a la Segunda Guerra Mundial. En Espa?a en la II Rep¨²blica, ¡°las leyes electorales no regulaban nada¡±, dice Montero. En las leyes de aquel r¨¦gimen no hay ninguna norma sobre campa?as ni su financiaci¨®n. La ¨²nica peque?a prohibici¨®n que ha encontrado Montero se refiere a las elecciones de 1933: ¡°Las autoridades prohibieron que por la tarde del ¨²ltimo d¨ªa de campa?a se retransmitieran m¨ªtines por radio; se pod¨ªan hacer, pero no emitir¡±, dice Montero. El objetivo era evitar conflictos.
En la ¨¦poca estaban tambi¨¦n prohibidos los acontecimientos deportivos o festejos en el d¨ªa de la votaci¨®n. ¡°La excusa era si necesitaban guardias en otra parte¡±, dice Montero. La extensi¨®n del d¨ªa de calma previo a las elecciones fue por tanto un modo seguro de evitar peleas pol¨ªticas cuando m¨¢s nerviosos estaban los militantes. En Espa?a se introdujo l¨®gicamente al llegar la Transici¨®n: ¡°Debieron ver algo en otras legislaciones y les pareci¨® bien¡±, dice el catedr¨¢tico Jos¨¦ Ram¨®n Montero. As¨ª se instauran las tradiciones.
En ingl¨¦s, nada
En ingl¨¦s, la expresi¨®n m¨¢s com¨²n es ¡°silencio electoral¡±, pero apenas se usa: ¡°Es muy interesante que, debido a una falta de uso en los pa¨ªses de habla inglesa, no hay una frase de uso com¨²n en ingl¨¦s para describir este silencio¡±, escribe Magdalena Musial-Karg, de la Universidad Adam Mickiewicz en Poznan, en su art¨ªculo acad¨¦mico ¡°El silencio electoral en democracias contempor¨¢neas¡±.
En Estados Unidos, una limitaci¨®n as¨ª no tendr¨ªa que ver con la ley electoral sino con la libertad de expresi¨®n. Se considerar¨ªa como una restricci¨®n inaudita que alguien no pueda pedir el voto para quien le d¨¦ la gana cuando quiera. Un asunto m¨¢s limitado lleg¨® al Tribunal Supremo en el caso Burson v. Freeman. Los magistrados optaron por una libertad total excepto en un caso: dentro de los colegios electorales y en un radio de 30 metros durante el d¨ªa de las elecciones.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.