Una noche electoral de cuatro meses
En 1977, el escrutinio definitivo de las primeras elecciones generales tras la reinstauraci¨®n de la democracia se demor¨® meses
Era mi¨¦rcoles (la primera elecci¨®n general celebrada en domingo no llegar¨ªa hasta 1986) y EL PA?S aventuraba que en la jornada de las primeras elecciones generales desde 1936 se disfrutar¨ªa de "buen tiempo". A la prohibici¨®n de la propaganda "y hasta de repartir papeletas en la puerta de los colegios" se a?ad¨ªa la abstenci¨®n obligada de los Reyes. Todo parec¨ªa en orden: cada una de las 46.057 mesas electorales contar¨ªa con un "informador especial" que enviar¨ªa el resultado del escrutinio a los gobiernos civiles, uno por provincia. Desde ah¨ª, se contactar¨ªa con el centro de informaci¨®n de prensa en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Madrid. El resultado se comunicar¨ªa a trav¨¦s de 84.000 telegramas que gestionar¨ªan "dos ordenadores". La jornada se desarroll¨® sin grandes incidentes, pero a la hora del recuento (los espa?oles depositaron m¨¢s de 18 millones de papeletas en las urnas para el Congreso), mucho?fall¨®.
La mayor¨ªa de l¨ªderes de los partidos pas¨® la noche en sus cuarteles electorales. La plana mayor de la UCD, con la excepci¨®n de Adolfo Su¨¢rez, que no se movi¨® de la Presidencia del Gobierno, se reuni¨® en el hotel Eurobuilding. Santiago Carrillo, secretario general del PCE, reuni¨® a los suyos en la sede de su partido, en la calle Peligros. Enrique Tierno Galv¨¢n, l¨ªder del Partido Socialista Popular, pas¨® la noche en blanco en el hotel Vel¨¢zquez, hasta que, a las ocho de la ma?ana, acompa?ado de su esposa, sali¨® a tomar un caf¨¦ antes de ir a casa a dormir un par de horas. El cabeza de cartel de Alianza Popular por Madrid, en cambio, no alter¨® sus h¨¢bitos aquella noche: a las doce y media, en plenas dudas sobre el escrutinio, "el se?or Fraga ya se hab¨ªa acostado", afirmaba la pieza de EL PA?S.
La agenda del d¨ªa 18 estuvo repleta de ruedas de prensa. La UCD y el PSOE eran los grandes triunfadores. En contraste, abundaban la caras de decepci¨®n entre los cabezas del PCE, del PSP o de Alianza Popular, pero aun as¨ª la estrenada Ley d'Hont dejaba muchos esca?os bailando. Los resultados definitivos segu¨ªan sin llegar dos d¨ªas despu¨¦s del cierre de los colegios. El escrutinio se les hab¨ªa atragantado a funcionarios y m¨¢quinas. Al caer la noche del jueves, el Gobierno mand¨® desalojar el Palacio de Congreso y Exposiciones, con apenas el 67% del censo madrile?o escrutado. La ¨²nica explicaci¨®n para el retraso era el "cansancio del personal de los ordenadores electr¨®nicos y el de los propios funcionarios del Ministerio de Informaci¨®n", relataba este diario. Los portavoces oficiales echaban el muerto al Ministerio de Gobernaci¨®n y los partidos acusaban al Gobierno de retener informaci¨®n. Se daban cifras de esca?os definitivos y en liza, pero no de porcentajes de voto obtenidos.
Un programa de TVE, ?ltima Hora, apuntaba a errores a los servicios de Tel¨¦grafos. Los funcionarios del servicio se indignaron. Enviaron una nota?a los medios para resarcirse de las acusaciones. En su declaraci¨®n se presum¨ªa de emplear "los m¨¢s avanzados elementos disponibles de la teleinform¨¢tica", pero ni ellos ni aquella "alta" tecnolog¨ªa ten¨ªan culpa alguna. No obstante, el fallo era humano: culparon a los encargados de los gobiernos civiles, que deb¨ªan enviar los telegramas, por no haberlos mandado a tiempo, y eso que las oficinas de Correos hab¨ªan ampliado su horario hasta bien entrada la madrugada. A las dos de la ma?ana del d¨ªa 16, solo se hab¨ªan recibido "unos cuarenta o cincuenta telegramas" de aquellos 48.000.
Los funcionarios aseguraban que el sistema inform¨¢tico estaba preparado para absorber 12.000 cables a la hora. Aquel ordenador podr¨ªa haber procesado 90.000 telegramas en quince minutos, dec¨ªan, pero el "goteo" y los errores que conten¨ªan los cables hac¨ªan que el sistema los rechazara y los devolviera a los gobiernos civiles.
Dos d¨ªas m¨¢s tarde, el d¨ªa 19, ya se hab¨ªa escrutado el 96,1% o el 96,2% (en las notas oficiales bailaban las cifras), apenas un avance de una d¨¦cima sobre el recuento del d¨ªa anterior. Aquel mero 0,1% bast¨® para redistribuir esca?os: el PSC y el PSUC perd¨ªan un esca?o cada uno en favor del Pacte Democr¨¤tic per Catalunya, la formaci¨®n de Jordi Pujol. La UCD lograba un senador m¨¢s.?
Espa?a estrenaba democracia dando una imagen de imprecisi¨®n y chapuza. La indignaci¨®n por la lentitud lleg¨® a un editorial de este peri¨®dico: "Se habla de la 'complejidad' del escrutinio. Decididamente, contar parece algo complicado en este pa¨ªs que no lo ha hecho en cuarenta a?os. Pero hay m¨¢s: se acusa a los empleados de Correos, que protestan vigorosamente, sin que nadie hasta ahora haya desmentido sus protestas. El Gobierno cre¨® un centro de prensa para hacer p¨²blicos los resultados. No solamente no los ha hecho, sino que ha terminado cerrando dicho centro".?
EL PA?S instaba al Gobierno a anunciar p¨²blicamente las cifras definitivas o, al menos, las provisionales. "Este ins¨®lito escrutinio, in¨¦dito posiblemente en los anales de la democracia mundial, es una verdadera ceremonia de la confusi¨®n", continuaba el editorial.
El nuevo r¨¦gimen hab¨ªa pillado a los espa?oles sin los deberes hechos.?El Gobierno Civil de Madrid reconoc¨ªa que nada m¨¢s en su territorio 600 actas presentaban errores: un 40% resultaban ilegibles, un 20% se hab¨ªan enviado por error a la Junta Electoral Provincial, otro 20% conten¨ªa errores matem¨¢ticos. "El resto, sencillamente, no fue enviado a sitio alguno o registr¨® otras anormalidades", se?alaban las autoridades. Se las busc¨® en Tel¨¦grafos, en la Junta Provincial Electoral o recurriendo directamente a los presidentes de las mesas. En muchos casos, no fue suficiente: hubo que echar mano de los interventores. "Parece que los interventores del PCE han constituido la fuente principal de datos, despu¨¦s de una llamada personal del gobernador civil a Santiago Carrillo", mencionaba en su art¨ªculo EL PA?S. El Gobierno, extraoficialmente, remit¨ªa al d¨ªa 21 para publicar los resultados oficiales, a modo de eterno vuelva usted ma?ana.
En el santo del Rey, no se escruta
Aquel d¨ªa, en cada audiencia provincial, se comenzaron a leer una a una las actas de las mesas electorales. "El procedimiento hace que la lentitud del trabajo sea considerable", narraba la cr¨®nica del d¨ªa, una jornada que?dio para poco: "Al cierre de esta edici¨®n, solo se ten¨ªa noticias de la finalizaci¨®n del escrutinio en Ceuta", avanzaba el texto. En Barcelona, ca¨ªda la noche, hubo que recurrir a los bomberos para que instalaron un generador de corriente la sala donde se realizaba la labor: una excavadora hab¨ªa arramblado con el cable del suministro. En Madrid, las 5.046 actas provinciales demorar¨ªan el escrutinio "entre tres y siete d¨ªas".
Lleg¨® el d¨ªa de San Juan, d¨ªa 23, y "debido a la festividad del Rey", las juntas electorales de Madrid y Barcelona, donde el ¨²ltimo esca?o a¨²n segu¨ªa bailando, interrumpieron el recuento. El nuevo plazo apuntaba el 30 de junio. Mientras llegaba, saltaban por doquier las noticias de impugnaciones de uno y otro partido, por toda la geograf¨ªa. Incluso m¨¢s all¨¢ de las fronteras, desde Suiza, la Asociaci¨®n de Trabajadores Emigrantes Espa?oles exig¨ªa a la Administraci¨®n que publicara datos fiables sobre los expatriados. Seg¨²n ellos, "solo el 15% de los 800.000 emigrantes espa?oles en Europa solicit¨® la inscripci¨®n en el censo, y de estos solo el 2% obtuvieron respuesta".
El 2 de julio, "fuentes oficiales del Gobierno" comunicaban a la prensa que "en el plazo de una semana" se dar¨ªan a conocer los resultados. El 17 de julio, un mes despu¨¦s de los comicios, se hab¨ªa alcanzado el 97,43% de escrutinio. Tres meses m¨¢s tarde, EL PA?S publicaba, mencionando un despacho de la Agencia Cifra, los resultados definitivos de todas aquellas "asociaciones, federaciones, coaliciones, partidos, candidaturas o candidatos". Acababa as¨ª la primera noche electoral, la m¨¢s larga, de la nueva democracia espa?ola.
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