El electorado que no se quiere regenerar
Unidos Podemos ha continuado avanzando, aunque mucho menos de lo que esperaba
Las elecciones del 20-D rompieron el bipartidismo y fueron el primer movimiento de un cambio que deb¨ªa culminar este 26-J con una inc¨®gnita: si los partidos emergentes, los nuevos actores pol¨ªticos cuya principal divisa es la regeneraci¨®n de la pol¨ªtica, lograban avanzar y, eventualmente, liderar sus respectivos campos ideol¨®gicos. Podemos ha consolidao posiciones, aunque no ha avanzado lo que esperaba, y sobre todo, no ha logrado el ansiado sorpasso sobre un PSOE que ha vuelto a retroceder. Pero se ha consolidado como una fuerza decisiva y mantiene abierta la batalla por la hegemon¨ªa de la izquierda. Ciudadanos, en cambio, no solo no ha avanzado como se esperaba, sino que ha sido el gran perdedor, con un retroceso que le deja con menos de la mitad de los diputados de Unidos Podemos. Est¨¢ claro que ha funcionado el voto ¨²til al PP entre los electores moderados y de derechas.
En todo caso, habr¨¢ que analizar qu¨¦ aspectos pueden ayudar a explicar estas trayectorias tan divergentes en los dos partidos emergentes. Tanto Podemos como Ciudadanos pod¨ªan considerarse un intento de renovaci¨®n de los espacios pol¨ªticos de derecha e izquierda desde fuera de las siglas tradicionales. Pero mientras el discurso de Podemos como la alternativa plural dentro de la izquierda contin¨²a calando en una parte importante del electorado tradicional del PSOE, Ciudadanos ha fracasado en su intento de liderar la renovaci¨®n del espacio de la derecha con un discurso centrista y moderado. Nadie duda de que Podemos puede tener en el futuro un papel decisivo, ya sea en un Gobierno coalici¨®n de centro izquierda, ya sea en la oposici¨®n. En cambio, Ciudadanos ha quedado lejos de poder ser decisivo y ni siquiera puede aspirar a jugar el papel que represent¨® en la pasada legislatura con el pacto con el PSOE, puesto que los dos han retrocedido.
Lo relevante es que el discurso regenerador de Ciudadanos no ha calado en su target electoral pese a que el PP se ha visto sacudido por nuevos y graves esc¨¢ndalos de corrupci¨®n. Es cierto que en una din¨¢mica de polarizaci¨®n, el centro se estrecha, pero el reto de Ciudadanos no era solo representar al centro pol¨ªtico. El proyecto de Rivera era construir una fuerza susceptible de sustituir al PP. Ha quedado claro que uno de los diques que han impedido su avance es la nula disposici¨®n a la regeneraci¨®n que se observa en el electorado de la derecha, al que le importa m¨¢s mantener el poder que combatir la corrupci¨®n.
Pero hay otra dimensi¨®n que puede tener consecuencias en el futuro. Si se analizan las encuestas del CIS, Podemos y Ciudadanos comparten que el grueso de sus electores se encuentra entre los menores de 55 a?os. Ambas eran fuerzas emergentes que atra¨ªan sobre todo el voto joven. Si Ciudadanos no ha logrado avanzar, quiere decir que ha perdido tambi¨¦n la batalla en este segmento de edad. Por el contrario, el que Podemos se haya consolidado con un voto mayoritariamente joven le sit¨²a en mejor posici¨®n para liderar el cambio generacional en curso.
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