Debate sobre el pasado y el futuro
El debate sobre la inhabilitaci¨®n de Arnaldo Otegi ser¨¢ la perla medi¨¢tica de la campa?a de las elecciones vascas
El proceso de la inhabilitaci¨®n de Arnaldo Otegi se inici¨®?este martes, seg¨²n lo previsto, con la decisi¨®n de la Junta Electoral de Gipuzkoa de pasar la patata caliente a un tribunal contencioso-administrativo la pr¨®xima semana y culminar¨¢ el 7 de septiembre en el Tribunal Constitucional, la v¨ªspera del inicio de la campa?a electoral de los comicios vascos. No creo que a Otegi le importe demasiado no sentarse en el Parlamento Vasco la pr¨®xima legislatura porque dispondr¨¢ de lo que m¨¢s quiere: tener voz y aprovecharla ya que, a estas alturas, est¨¢ claro que el debate sobre su inhabilitaci¨®n ser¨¢ la perla medi¨¢tica de la campa?a de las elecciones auton¨®micas vascas, previstas para el 25 de septiembre.
Su entorno ya ha afinado su campo de juego. Ya no le presenta como el Mandela vasco, porque la realidad es obstinada y cualquier comparaci¨®n entre la Sud¨¢frica del apartheid y la Euskadi democr¨¢tica hace aguas por todas partes. Ese entorno se mueve mejor en la realidad de que fue condenado por el caso Bateragune en 2011 por colaboraci¨®n con banda armada, cuando los hechos demostraron posteriormente que la reorganizaci¨®n de Batasuna fue, precisamente, para lograr el final del terrorismo etarra. Esa realidad la comparten, a excepci¨®n del PP y Ciudadanos, los principales partidos vascos y una amplia mayor¨ªa de la opini¨®n en Euskadi, seg¨²n muestran las encuestas.
En esas condiciones, el debate sobre la inhabilitaci¨®n de Otegi, a?adida a esa condena, resulta muy inc¨®modo para el Partido Nacionalista Vasco (PNV), Podemos y los socialistas de Euskadi. Aunque otros rivales, sobre todo el PP y su entorno, est¨¢n recordando un pasado m¨¢s lejano, cuando Otegi fue portavoz del brazo pol¨ªtico de ETA y miembro de la banda a finales de los setenta, hechos por los que, hay que decirlo, ya rindi¨® cuentas con la justicia.
Sin contar Bildu, el PP es el m¨¢s entusiasta con este debate, aunque los estilos var¨ªan seg¨²n el portavoz popular que hable. No es lo mismo Borja Semper que Fernando Mart¨ªnez-Maillo. El PP se presenta, una vez m¨¢s, como el principal valedor de las v¨ªctimas y de la defensa de Espa?a contra el terrorismo frente a las vacilaciones del PNV, PSE y Podemos. Encubre con ello debates m¨¢s inc¨®modos, como las dificultades de su presidente, Mariano Rajoy, para formar Gobierno en Espa?a.
Lo que no est¨¢ tan clara es la repercusi¨®n de este debate en las elecciones del 25-S y ser¨¢ un test en Euskadi. Parece evidente que la probable inhabilitaci¨®n de Otegi presenta un factor emocional que puede movilizar al electorado de Bildu como en el pasado. Pero tambi¨¦n es verdad que en la Euskadi pos-ETA los j¨®venes vascos est¨¢n m¨¢s preocupados por la situaci¨®n socio-econ¨®mica y eso lo encarna mejor Podemos. Otegi parece haberlo captado cuando pide debates sobre el futuro y no sobre el pasado. ?Pero su irrenunciable reivindicaci¨®n de la independencia no pertenece al pasado?
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