Diana Quer en la diana
La hip¨®tesis de un crimen dom¨¦stico es muy remota, pero satisface el ¨¦nfasis con que se detallan los avatares de una familia descoyuntada
La familiaridad de la opini¨®n p¨²blica con algunos cr¨ªmenes dom¨¦sticos y extraordinarios ¡ªAsunta, Bret¨®n¡ª induce o conduce a precipitar las conclusiones del caso de Diana Quer. Se dir¨ªa que la descripci¨®n pormenorizada de un ambiente familiar descoyuntado predispondr¨ªa el desenlace de un asesinato de parentesco. M¨¢s a¨²n cuando la madre de la chica desaparecida ha sido despose¨ªda de la custodia de su otra hija.
Viene a configurarse, por tanto, una suerte de relato subliminal, perverso, amarillista, que localiza las sospechas en "casa". Y para cimentarlas no se recurre a pruebas incriminatorias, sino al escrutinio de un hogar donde proliferan los problemas. Un divorcio traum¨¢tico. Un historial de malos tratos. Un episodio de anorexia. Y hasta una premonici¨®n de terror g¨®tico, pues Diana Quer, lo hemos sabido, tuvo una hermana gemela que no sobrevivi¨® al contratiempo de un nacimiento prematuro.
El amontonamiento arbitrario de taras familiares podr¨ªa llevarse a cabo en cualquier hogar. Y no ser¨ªa demasiado complejo recrear a partir de ellas las condiciones de un parricidio. El m¨¦todo quedar¨ªa subordinado a la ambici¨®n de la conclusi¨®n.
Es la situaci¨®n en que parece encontrarse el caso de Diana Quer. Ausente el cuerpo del delito, las elucubraciones establecen una relaci¨®n autom¨¢tica entre la convulsi¨®n de una familia y el m¨®vil de un homicidio. M¨¢s detalles escabrosos conocemos de los Quer, m¨¢s se arraiga y precipita la conclusi¨®n de un crimen endog¨¢mico. ?Acaso no sucedi¨® as¨ª con la ni?a Asunta y con los hijos carbonizados de Bret¨®n?
Las preguntas se atienen a la manipulaci¨®n del relato. Y obedecen a la expectativa de la opini¨®n p¨²blica en la correlaci¨®n mec¨¢nica de los hechos ¡ªdel odio familiar al parricidio¡ª, pero es la propia excepcionalidad de aquellos cr¨ªmenes la raz¨®n que los ha convertido en una clamorosa noticia. Otra cuesti¨®n diferente es que nuestra exposici¨®n al caso Asunta o el estremecimiento del caso Bret¨®n nos haga observar el dossier de Diana Quer como el ¨²ltimo episodio de una trilog¨ªa macabra que tarde o temprano terminar¨¢ descubri¨¦ndose. Y que terminar¨¢ purg¨¢ndolo otro ep¨ªgono de Medea.
La hip¨®tesis es muy remota a decir de los investigadores. Privilegian ellos sottovoce la desgracia de la inoportunidad. Diana Quer estaba en el lugar inadecuado y a la hora improcedente cuando pudo deshacerse de ella un homicida accidental.
Se trata de una mera conjetura, pero su punto de inter¨¦s consiste precisamente en desvincular las evidencias de una familia conflictiva con el resultado de un crimen dom¨¦stico. Puede parecernos g¨¦lido, as¨¦ptico, el padre de Diana. Puede parecernos su esposa una mujer desequilibrada. Y puede parecernos su hija peque?a una resentida. Son retazos parciales, conclusiones veleidosas que aspiran a cebar el embri¨®n de la tragedia de una familia acomodada, tan distinta de muchas, pero tan parecida a otras.
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