La reforma territorial requiere consenso
Los votantes de Podemos y el PNV comparten la ambig¨¹edad del ¡°derecho a decidir¡±
En una campa?a en la que predomina el discurso socioecon¨®mico llam¨® la atenci¨®n el ¨¦nfasis que el l¨ªder de Podemos, Pablo Iglesias, otorg¨® a la reclamaci¨®n del derecho a decidir y al reconocimiento de Euskadi como naci¨®n, en contraste con la prioridad que su candidata vasca, Pili Zabala: las propuestas sociales. Con la excepci¨®n de Bildu, los partidos vascos pasan de puntillas por la pol¨ªtica territorial porque no est¨¢ entre las primeras preocupaciones ciudadanas.
?Por qu¨¦ Iglesias lo esgrimi¨® enf¨¢ticamente en Barakaldo? Porque Podemos compite por la segunda plaza con Bildu y aspira a recortar al PNV la supremac¨ªa de las encuestas. Iglesias sabe que el derecho a decidir, aunque lo precise con su rechazo a la independencia, franquea la entrada al electorado nacionalista. Le ha funcionado en su disputa con Bildu. Y en su af¨¢n atrapalotodo?pretende morder en el PNV.
Pocos saben que los votantes de Podemos comparten con los del PNV perfil en materia territorial: ambos rechazan mayoritariamente la independencia ¡ª58%¡ª, pero comparten la ambig¨¹edad del ¡°derecho a decidir¡±. Aunque el PNV y Podemos est¨¢n muy distanciados en pol¨ªticas socioecon¨®micas, apuntan cierta complicidad en pol¨ªtica territorial por la dificultad del PNV de acordar con los dem¨¢s. El PNV est¨¢ alejado de Bildu por su reivindicaci¨®n independentista, y del PP y Ciudadanos por su oposici¨®n a revisar el modelo territorial.
Los socialistas plantean una reforma constitucional federalista, urgida por el desaf¨ªo catal¨¢n, con delimitaci¨®n n¨ªtida de competencias entre el Estado y las autonom¨ªas as¨ª como un reconocimiento de singularidades. Pretenden trasladar estas bases a la reforma pendiente del Estatuto vasco, que se traduce en el reconocimiento de Euskadi como ¡°naci¨®n cultural¡± sin derecho a la secesi¨®n, adem¨¢s de la delimitaci¨®n competencial y un refer¨¦ndum legal de ratificaci¨®n.
La propuesta del PNV es muy ambiciosa y tiene complejo encaje con la socialista: reconocimiento de Euskadi como naci¨®n, bilateralidad con el Estado, blindaje de competencias ante el Tribunal Constitucional y ratificaci¨®n en una consulta legal. Iglesias defiende el reconocimiento de Euskadi como naci¨®n y el derecho a decidir. La de Podemos es la propuesta territorial menos definida. Su ambig¨¹edad le resulta ¨²til en campa?a porque le permite maniobrar.
La gravedad de la situaci¨®n en Catalu?a apremia que se aborde la cuesti¨®n territorial cuando haya Gobierno en Espa?a. La reforma del Estatuto vasco no est¨¢ en las prioridades de la poblaci¨®n. Lo m¨¢s importante es que avance con consenso y para eso necesita tiempo. En esa clave est¨¢n el PNV y PSE. Acelerarla artificialmente por tacticismo ser¨ªa, adem¨¢s de una irresponsabilidad, una burla cuando en esta campa?a los partidos vascos dedican su atenci¨®n preferente a la salida social de la crisis, aut¨¦ntica preocupaci¨®n ciudadana.
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