Podemos: En la encrucijada del ¡°derecho a decidir¡±
La formaci¨®n de Iglesias tendr¨¢ que acotar su ambig¨¹edad ante las din¨¢micas autodeterministas
?A qu¨¦ obedece que Podemos obtenga resultados electorales superiores en las comunidades perif¨¦ricas agitadas por las tensiones independentistas? ?Por qu¨¦ el partido surgido de la indignaci¨®n ante la desigualdad y la corrupci¨®n ha germinado con mayor fuerza en los territorios nacionalistas abonados con el llamado ¡°derecho a decidir¡± y la deslegitimaci¨®n, desafecci¨®n y rechazo a la idea misma de Espa?a? Despejar estas inc¨®gnitas desde la sociolog¨ªa pol¨ªtica parece una tarea primordial habida cuenta de que, antes que tarde, Podemos tendr¨¢ que acotar su ambig¨¹edad ante las din¨¢micas autodeterministas y asumir su responsabilidad en el rumbo de estos procesos.
¡°Uno de los factores claves que explica el especial ¨¦xito de Podemos en el Pa¨ªs Vasco, Catalu?a y Galicia es el hecho de que en esas tres comunidades el PSOE entr¨® en crisis encabezando gobiernos auton¨®micos en minor¨ªa y sostenidos con mimbres. En las tres comunidades, el PSOE est¨¢ pagando un alto coste por esta exposici¨®n en un momento en el que a nivel estatal el partido atraviesa un momento fat¨ªdico¡±, explica el profesor de Sociolog¨ªa de la Universidad de Zaragoza Pau Mar¨ª-Klose. El estudio de los resultados electorales muestra que Podemos penetra resueltamente en los electorados nacionalistas, gracias a su defensa de los referendos de autodeterminaci¨®n, y recoge masivamente el voto de una izquierda radical, profusa, aunque poco visible, que ha ido sediment¨¢ndose en el tiempo sin encontrar acomodo pol¨ªtico estable.
La existencia de ese amplio espacio a la izquierda del PSOE conformado en buena medida en torno a la identidad nacionalista, ser¨ªa el segundo factor que, seg¨²n Pau Mar¨ª-Klose, permite comprender el particular ascenso de Podemos en las comunidades perif¨¦ricas. ¡°En sus buenos tiempos, el PSOE logr¨® cooptar parte de ese espacio, como hizo con la desaparecida Euskadiko Ezkerra, o establecer grandes complicidades para alcanzar el Gobierno en Galicia y Catalu?a pero nunca consigui¨® absorberlo e integrarlo completamente¡±, subraya este soci¨®logo. El ¨¦xito de Podemos en la comunidad vasca constituye un fen¨®meno doblemente singular porque, como subraya Francisco Llera, director del Euskobar¨®metro, el revent¨®n electoral de la formaci¨®n de Iglesias-Errej¨®n en primera fuerza en Euskadi en las dos ¨²ltimas elecciones generales se ha producido desde la nada organizativa, sin liderazgo y sin las alianzas y plataformas de que s¨ª disponen en Catalu?a y Galicia.
A falta de un marco estable organizativo, lo que Podemos Euskadi s¨ª ha captado en el mercado electoral es, efectivamente, una gran bolsa de antiguos votantes de extrema izquierda y del abertzalismo. ¡°La izquierda abertzale llevaba muchos a?os benefici¨¢ndose de un nicho importante del voto radical no nacionalista que ahora ha encontrado perfecto acomodo en nuestra formaci¨®n¡±, sostiene Roberto Uriarte, profesor de Derecho Constitucional en la Universidad del Pa¨ªs Vasco y ex secretario general de Podemos Euskadi. ¡°Pero el trasvase de votos de Bildu a Podemos es de apenas unas decenas de miles de votos; no hay concordancia entre lo perdido por ellos y lo ganado por nosotros¡±, afirma.
A su juicio, el ¨¦xito de Podemos en Euskadi no responde tanto a par¨¢metros puramente pol¨ªticos e ideol¨®gicos como al hecho de que es percibido por buena parte del electorado como ¡°un partido simp¨¢tico, amable y c¨®modo para mucha gente que se encontraba molesta con la pol¨ªtica vasca, cansada del ¡°y t¨² m¨¢s¡± y de la pugna permanente entre nacionalistas y constitucionalistas¡±. Reconvertido en militante de base tras haber dimitido por desavenencias con la direcci¨®n nacional, Roberto Uriarte subraya que adem¨¢s de reunir buena parte del voto de los j¨®venes, los excluidos y los profesionales ninguneados en una sociedad muy clientelar, su partido tiene un atractivo especial ¡°para los descendientes de inmigrantes que quieren mantener v¨ªnculos con Espa?a sin pelearse con los nacionalistas¡±.
En sus trabajos, Francisco Llera ha constatado repetidamente que, en contraste con la sima formal pol¨ªtica ideol¨®gica establecida entre nacionalistas y constitucionalistas, hay un gran n¨²mero de electores vascos que se sit¨²an en el centro de esa divisi¨®n. ¡°En Euskadi, la abstenci¨®n es mucho m¨¢s elevada en las elecciones auton¨®micas que en las generales y la protagonizan preferentemente los j¨®venes¡±, destaca. A la vista de los sondeos, todo hace suponer que, al menos en esta ocasi¨®n, Podemos Euskadi no lograr¨¢ deshacer el modelo consagrado a lo largo de estas d¨¦cadas que asigna el poder auton¨®mico al partido hegem¨®nico nacionalista, el PNV, pese a que su defensa del referendo de autodeterminaci¨®n hace de pasarela de tr¨¢nsito para el voto procedente del nacionalismo.
En este ambiente de inestabilidad y volatilidad electoral cabe preguntarse si, de la misma manera que el concepto valor de Espa?a se resiente todav¨ªa hoy de la apropiaci¨®n-manipulaci¨®n franquista, el proyecto independentista vasco no habr¨¢ quedado fatalmente contaminado con la sangre derramada por ETA. ?La izquierda abertzale de Bildu-Batasuna puede sobrevivir a ETA sin someterse a una profunda refundaci¨®n siendo como es su criatura simbi¨®tica y un producto pol¨ªtico generado por la espiral acci¨®n-represi¨®n? Instalado en la formalidad de la moderaci¨®n, al PNV le basta con avivar el mito, com¨²nmente aceptado, incluso por Podemos, que atribuye al nacionalismo una superior capacidad de gesti¨®n p¨²blica e ignora que gracias al Concierto Econ¨®mico la inversi¨®n p¨²blica por habitante en Euskadi dobla la media nacional.
El catedr¨¢tico de Filosof¨ªa Contempor¨¢nea y diputado del PSC por Barcelona, Manuel Cruz, contrapone el discreto resultado de Podemos en las auton¨®micas catalanas, celebradas en diciembre ¨²ltimo, despu¨¦s de que Pablo Iglesias se definiera claramente ante el independentismo, con las expectativas generadas en los ¨²ltimos tiempos. ¡°La constelaci¨®n catalana de Podemos podr¨ªa sacar ahora un buen resultado auton¨®mico. Tiene el a?adido de que no especifica la actitud a adoptar en el referendo y eso le permite incorporar a sectores diversos, cosa de la que alardean¡±, indica.
¡°Por primera vez en la historia¡±, subraya Roberto Uriarte, un candidato a presidente de Gobierno espa?ol (Pablo Iglesias) ha expresado una idea muy simple en unos t¨¦rminos que la poblaci¨®n vasca deseaba escuchar de alguien que no fuera vasco: ¡°Queremos que los vascos puedan decidir libremente si quieren seguir viviendo con los dem¨¢s pueblos de Espa?a y queremos que digan que s¨ª¡±. Seg¨²n el anterior secretario general de Podemos Euskadi, ¡°ese discurso rompe el relato tradicional de la pol¨ªtica vasca en el que se presume que quienes exigen ser preguntados es porque desean separarse y quienes no desean separarse niegan la posibilidad de ser preguntados¡±. Uriarte dice no ignorar las dificultades del empe?o; ¡°solo afirmo que los ciudadanos han escuchado algo que han agradecido tras muchos a?os de vivir en un ambiente enrarecido¡±.
El fil¨®sofo y exdiputado socialista por C¨¢diz Ram¨®n Vargas Machuca atribuye el particular ¨¦xito de Podemos en esos territorios perif¨¦ricos a su plegamiento a la hegemon¨ªa nacionalista que establece como derecho primordial poder romper la comunidad de referencia, separarse del resto de Espa?a. ¡°Al defender el referendo de autodeterminaci¨®n all¨ª donde esa reivindicaci¨®n ha prendido como caballo de Troya del nacionalismo, Podemos ha pasado a ser reh¨¦n de sus franquicias territoriales¡°, asegura. A su juicio, nacionalistas y Podemos ¡°comparten el sesgo populista con apariencia de democracia total, de democracia a demanda, aquel famoso: ?Y qu¨¦ hay de malo en preguntar a la gente?, que dec¨ªa el entonces lehendakari Ibarretxe¡±. Subraya que esa manera de ¡°trivializar la democracia¡± no tiene nada que ver con lo que significa y ha supuesto la forma m¨¢s moral, viable y, por lo tanto, m¨¢s deseable de Gobierno.
Para el fil¨®sofo andaluz, ¡°agarrarse a la autodeterminaci¨®n de los pueblos y tierras de Espa?a, a la ilusi¨®n de que romper el Estado es la llave para entrar en el para¨ªso socialista, acabar con la pobreza o el capitalismo, el machismo o el medio ambiente, es el mayor s¨ªntoma del despiste y la penuria program¨¢tica de la llamada nueva izquierda¡±. Dice Vargas Machuca que si Podemos se ha sumado a algo ¡°tan rancio, tan primitivo, pol¨ªtica e intelectualmente tan pueril, tan demag¨®gico y a la postre tan reaccionario, es porque no tienen nada sustancial que ofrecer; en suma, porque son deudores de las franquicias que les dan carta de naturaleza en esos territorios¡±.
La doctora en Ciencias Pol¨ªticas por la Universidad de Barcelona, Astrid Barrios, cree que Podemos se ha situado ante un dilema al defender la plurinacionalidad de Espa?a y apoyar las aspiraciones del nacionalismo vasco y catal¨¢n. ¡°Puede convert¨ªrseles en una trampa porque seguramente se enredar¨¢n, crear¨¢n expectativas, no podr¨¢n satisfacer a nadie y tendr¨¢n l¨ªos organizativos. Pero ya no pueden dar marcha atr¨¢s, creo¡±. Una pregunta procedente es c¨®mo gestionar¨¢ Podemos los ritmos, alianzas y servidumbres que conlleva acompa?ar el derecho a decidir sin ser arrollados o desplazados en el proceso por los nacionalistas o los radicales filonacionalistas que buscan la ruptura o la refundaci¨®n del Estado sobre nuevas bases, como si la transici¨®n a la democracia no hubiera tenido lugar hace 40 a?os.
¡°La clave va a ser cu¨¢nto tiempo m¨¢s va a poder mantener esa indefinici¨®n. Es probable que sea ah¨ª donde se juegue su futuro pol¨ªtico¡±, apunta Manuel Cruz. Se convierta o no en un partido plurinacional valedor de una patria recept¨¢culo de las distintas nacionalidades, la gran inc¨®gnita de Podemos es si contribuir¨¢ a la cohesi¨®n social y pol¨ªtica del pa¨ªs o a su descomposici¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.