Feij¨®o regresa al ¡®Corte Ingl¨¦s¡¯ de la abuela Eladia
El candidato del PP retorna a su aldea en el centro de Galicia para ensalzar sus ra¨ªces y la unidad
Os Peares es un concepto. Os Peares es una aldea perdida en el centro de la Galicia m¨¢s rural, con apenas 100 habitantes, que pertenece a cuatro ayuntamientos, 14 barrios, dos provincias, dos diputaciones, numerosos bosques y tres r¨ªos. Os Peares es un cruce olvidado, donde nace y muere la Ribera Sacra y ¡°el punto del mapa¡± de donde parti¨® hace 55 a?os la carrera vital y luego pol¨ªtica del actual presidente de la Xunta de Galicia, Alberto N¨²?ez Feij¨®o, el eterno aspirante a m¨¢s en el PP.
Feij¨®o no quer¨ªa saltarse ¡°el acto m¨¢s relevante¡± y personal de esta su tercera y ¨²ltima campa?a como candidato en Galicia, programado en Os Peares para el pistoletazo de salida el viernes pasado y que se suspendi¨® por el accidente ferroviario de Porri?o. Lo rescat¨® este viernes para superar entre varios pasajes con la voz quebrada esa emoci¨®n, para recitar el nombre y relaci¨®n familiar de los mohicanos que a¨²n resisten en la aldea y para ensalzar la importancia de las ra¨ªces. Luego, puestos a dar un mitin, efectu¨® una alegor¨ªa de la unidad en pol¨ªtica y en la vida y un alegato sobre que lo importante no son las fronteras sino superar sus l¨ªmites.
Ten¨ªa Feij¨®o la asignatura pendiente de pasar por Os Peares como presidente para evidenciar, probablemente no a sus vecinos, que sali¨® de all¨ª a los 10 a?os, que reparti¨® el pan de su t¨ªo abuelo Manolo para comerse luego las sobras duras, que dispar¨® con balines contra los cristales de la casona de los madrile?os y que se enfund¨® los pantalones cortos que le cosi¨® Jos¨¦ Anibal Rey para poder montar mejor en bici hasta el colegio y cortejar a las chicas. Y que ahora vuelve con una caravana de periodistas detr¨¢s m¨¢s abultada que los censados en estas parroquias a desmano de casi todo.
Volvi¨® a ser un poco ni?o otra vez Feij¨®o en Os Peares este viernes sobre todo para rememorar a la ¡°se?ora Eladia¡±, su abuela, que llevaba uno de los ultramarinos del pueblo, se qued¨® viuda a los 48 a?os y se hizo cargo de ocho hijos en aquella ¨¦poca y en aquel rinc¨®n. El colmado de la se?ora Eladia era uno de los cuatro Corte Ingl¨¦s de Os Peares, rival del Corte Ingl¨¦s del Alpargateiro (la de los gatos contra el de los perros), que vivi¨® cierta ¨¦poca de esplendor con la construcci¨®n de los embalses y el cruce de trenes.
Saturnino N¨²?ez, su padre, que falleci¨® este verano, fue muchos lustros el encargado de obras de la constructora de los Cachafeiro hasta que se qued¨® en el paro. Feij¨®o dice que no olvida ese trauma. Ayer demostr¨® que reaviva su infancia aunque selecciona sus recuerdos a su antojo.
Sus vecinos y familiares no se cortan. Cuentan todo. Es su oportunidad y la quieren aprovechar. Cesar Fern¨¢ndez Rodr¨ªguez, jubilado, relata c¨®mo negociaba el joven Feij¨®o con otros cr¨ªos su bocadillo a cambio de naranjas.
Su t¨ªo Alfonso Feij¨®o L¨®pez, de 73 a?os, repasa sus viviencias y llega hasta la noche en la que volv¨ªa de verbena y su hermana Sira, la madre de Feij¨®o, sal¨ªa para Ourense a dar a luz. Y luego revela batallas de adolescente y m¨¢s tarde pol¨ªticas: ¡°Alberto no era de derechas, era del PSOE, pero yo s¨ª, y discut¨ªamos todas las Navidades. Estando yo viviendo en Sarri¨¢, don Manuel (Fraga) me propuso para la alcald¨ªa y Alberto me dijo: ?Tu est¨¢s loco? y mira ahora¡±. El t¨ªo Alfonso no acept¨® el cargo porque era delegado de Fenosa en Lugo y deb¨ªa llevarse bien con todo el mundo.
Los 100 vecinos que a¨²n quedan por el pueblo se congregaron ayer frente al estanco de la se?ora Eladia, donde los partidarios colgaron la pancarta: ¡°Os Peares, orgullosos de t¨ª, siempre contigo¡±. Feij¨®o los recibi¨® a todos donde su ciclo empez¨®, mam¨® el gallego no normativizado (sin profesores) y tom¨® ¡°conciencia y consciencia¡± de su galleguidad sin patentes: se trabaja, se cumple y se paga sin contraer deudas. Y parafraseando a Sabina prometi¨®: ¡°No cambio Os Peares por ning¨²n lugar del mundo¡±. Jos¨¦ Manuel, otro jubilado, agradeci¨® el gesto: ¡°Mientras est¨¦ ¨¦l siempre le votar¨¦. Se porta bien. Y el alcalde (del PP) tambi¨¦n. Vas al Ayuntamiento (a 10 kil¨®metros) y por lo menos te escucha y te da un caf¨¦¡±.
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