Los partidos se conjuran en Galicia contra el hartazgo electoral

Galicia ha puesto fin este viernes a la campa?a electoral con las encuestas proclamando que el PP, en la tierra de su fundador, es invencible. Los gallegos decidir¨¢n el domingo si esta vez acierta la demoscopia, inmersa en una mala racha, y Alberto N¨²?ez Feij¨®o, el sucesor de Manuel Fraga, logra salvar la ¨²nica mayor¨ªa absoluta que le queda a su partido contra el viento de la corrupci¨®n y la marea de la nueva izquierda.

En una fren¨¦tica campa?a en la que tanto los candidatos a la Presidencia de la Xunta como los l¨ªderes de las fuerzas estatales han invadido Galicia de punta a punta, los llamamientos a la movilizaci¨®n han sido m¨¢s intensos que nunca por parte de todos los partidos. El hartazgo electoral en Galicia despu¨¦s de encadenar cuatro citas con las urnas en solo 15 meses preocupa, sobre todo, a las formaciones de izquierda, que han multiplicado los mensajes proclamando que el 25-S es una oportunidad hist¨®rica.

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El PP, por su parte, se ha volcado en frenar el triunfalismo que transmiten las encuestas en favor de Feij¨®o. "A¨²n no tenemos nada ganado", han repetido los dirigentes populares en los m¨ªtines. Unos y otros son conscientes de que quien encuentre el ant¨ªdoto contra el hast¨ªo pol¨ªtico se har¨¢ con la victoria.

El PP afronta por primera vez en Galicia una batalla electoral con un competidor que pesca votos en las mismas aguas. En las ¨²ltimas generales, casi 134.000 gallegos apoyaron a Ciudadanos, una fuerza con poca implantaci¨®n en la comunidad pero por la que optan sobre todo los desencantados por el desgaste y los problemas judiciales de los populares.

Esa pugna qued¨® clara solo arrancar la campa?a, cuando Albert Rivera desvel¨® sin tapujos su apuesta por entrar en el Parlamento gallego para frenar la llegada de la izquierda a la Xunta y sostener un gobierno del PP, pero "controlado" por Ciudadanos. Intentar convencer al electorado conservador de que respaldar al partido de Rivera puede poner en peligro la mayor¨ªa absoluta y abrir las puertas del poder a En Marea ha sido uno de los mantras de los populares en sus actos.

Frente al PP y Ciudadanos, las fuerzas de izquierda han ofrecido garant¨ªas de que si Feij¨®o pierde la mayor¨ªa absoluta forjar¨¢n un pacto para desalojarlo del poder. Tanto En Marea como el BNG han asegurado que ser¨¢ as¨ª sea cual sea la posici¨®n en la que los dejen las urnas. No ha sido tan claro el PSdeG-PSOE, que se ha limitado a garantizar un gobierno alternativo presidido por su candidato, Xoaqu¨ªn Fern¨¢ndez Leiceaga, y se ha negado siquiera a plantear en p¨²blico la hip¨®tesis que apuntan las encuestas, es decir, que En Marea se pueda convertir en segunda fuerza y corone un sorpasso que llevar¨ªa a los socialistas gallegos al infierno.

Los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n del PP, que no han dejado de hervir en campa?a, pondr¨¢n a prueba el domingo la resistencia del partido de Mariano Rajoy en su gran feudo electoral. Feij¨®o se ha visto forzado a responder en sus actos electorales por la investigaci¨®n a Rita Barber¨¢, buscando un dif¨ªcil equilibrio entre mostrarse firme en la defensa de la limpieza pol¨ªtica y no importunar a su poderosa compa?era de partido.

El candidato del PP afronta adem¨¢s sus primeras elecciones tras destaparse la amistad que mantuvo en los a?os noventa con el narcotraficante Marcial Dorado. En esta legislatura se ha conocido su tambi¨¦n estrecha relaci¨®n, esta ya como presidente de la Xunta, con el empresario madrile?o Pachi Lucas, imputado por tr¨¢fico de influencias en la Operaci¨®n Zeta y al que la polic¨ªa considera el nexo entre la c¨²pula del PP y una trama de fraude de subvenciones.

Ha sido precisamente la corrupci¨®n la que peor se lo hizo pasar a Feij¨®o en el ¨²nico debate electoral al que ha asistido, el celebrado entre cinco de los aspirantes a la Presidencia de la Xunta en el cuarto d¨ªa de campa?a en la Televisi¨®n de Galicia (TVG). Los cuatro oponentes del candidato del PP ¡ªXoaqu¨ªn Fern¨¢ndez Leiceaga (PSOE), Lu¨ªs Villares (En Marea), Ana Pont¨®n (BNG) y Cristina Losada (Ciudadanos)¡ª coincidieron en agudizar sus ataques por este flanco y acusaron a Feij¨®o de amparar en Galicia a imputados como Baltar y ser responsable de la corrupci¨®n del PP nacional por pertenecer a su direcci¨®n. Fue el primero y el ¨²ltimo debate que acept¨® el aspirante a la reelecci¨®n.

En una campa?a en la que Feij¨®o ha querido centrar el dilema entre la "estabilidad" de una mayor¨ªa absoluta del PP y el "l¨ªo" al que reduce a sus contrincantes, los populares han hecho alarde de cierre de filas y disciplina frente a algunos rivales salpicados en mayor o menor medida por la divisi¨®n.

El candidato a la reelecci¨®n ha defendido a capa y espada a Jos¨¦ Manuel Baltar, imputado por ofrecer un empleo en la Diputaci¨®n de Ourense a cambio de sexo, alegando que el acusado ha proclamado su inocencia y extendiendo dudas sobre la mujer denunciante, a quien el juez considera v¨ªctima de un acoso sexual. Baltar encabeza la facci¨®n rival a Feij¨®o en el PP gallego pero sus votos en la provincia de Ourense, como fueron en su momento para Manuel Fraga los de su padre, el exbar¨®n popular Jos¨¦ Luis Baltar, son vitales para preservar la Xunta. Ciudadanos ya ha anunciado que exigir¨¢ la dimisi¨®n del presidente del PP ourensano si la pervivencia de Feij¨®o al frente de la Xunta depende de su apoyo.

Frente a esta unidad al servicio de las urnas, el alcalde de Vigo, Abel Caballero, no ha dudado en irrumpir en plena campa?a para subrayar p¨²blicamente que el aspirante del PSdeG-PSOE no es su candidato. Sin esperar a los resultados del domingo, Caballero ha marcado distancias con Leiceaga, ganador de unas primarias frente al preferido del regidor y exministro de Felipe Gonz¨¢lez, que mastica a¨²n el enfado por los cambios introducidos por la direcci¨®n de Ferraz en la lista electoral de Pontevedra. Las modificaciones desplazaron a los afines a Caballero en favor de sus cr¨ªticos que, liderados por su sobrino Gonzalo Caballero, respaldaron a Leiceaga.

En el caso de En Marea, el ruido ha venido de fuera aunque les ha pillado cerca. Fue en un mitin del partido gallego en A Coru?a donde Pablo Iglesias, secretario general de Podemos, pronunci¨® su alegato para no dejar de "dar miedo a los poderosos", ese que dio pie a que ??igo Errej¨®n abriese una discusi¨®n con ¨¦l a trav¨¦s de Twitter sobre la estrategia de la formaci¨®n morada.