Escobas de oro
La porquer¨ªa empieza a aflorar en grotescas escenas de corrupci¨®n en Pozuelo y Majadahonda
Los juicios simult¨¢neos de G¨¹rtel y las tarjetas black son como un circo de dos pistas con emociones fuertes. Ayer era dif¨ªcil elegir, en ambos empezaban las tortas y a removerse las tripas de los casos. Y m¨¢s all¨¢, el proceso G¨¹rtel arranc¨® con una voz de ultratumba, la declaraci¨®n grabada de una implicada que se suicid¨®, y la de otro que ha perdido la lucidez. Fue raro y angustioso o¨ªrles hablar desde el pasado de miserias humanas como el 3%.
Por eso, y porque la sala estaba medio vac¨ªa al faltar ya la mayor¨ªa de los acusados, en la sala G¨¹rtel se instal¨® un silencio inc¨®modo. Que lo fue a¨²n m¨¢s cuando comenzaron a declarar tres arrepentidos, y dieron detalles. La corrupci¨®n da m¨¢s n¨¢usea con la puesta en escena que en cifras: Jacobo Gordon, socio de Alejandro Agag, yerno de Aznar, cont¨® que qued¨® con Willy El Rata ¡ªGuillermo Ortega, alcalde de Majadahonda¡ª en un restaurante que le encantaba, donde le entreg¨® un sobre con 150.000 euros. Y se fue a contar el dinero al ba?o. Tambi¨¦n fue en un restaurante donde Gordon se encontr¨® por azar con Francisco Correa y ¨¦ste le propuso hacer negocios. Le conoc¨ªa de alg¨²n mitin del PP. Entre estos y los de las black alg¨²n d¨ªa habr¨¢ que estudiar el impacto de esta marea de ejecutivos y peces gordos en el auge de la nueva cocina espa?ola, por su facturaci¨®n en comilonas. Gordon estaba muy serio, rozando la verg¨¹enza.
El siguiente arrepentido, el constructor Alfonso Garc¨ªa Pozuelo, petici¨®n de 4,5 a?os, escuch¨® abrumado y con la mirada cada vez m¨¢s baja la retah¨ªla de preguntas que se neg¨® a contestar de la defensa, que le recordaban donativos ¡°altruistas¡± al PP desde 1998 y al entonces ministro de Fomento, Francisco ?lvarez-Cascos, as¨ª como comidas con B¨¢rcenas y Correa. No se sab¨ªa si era peor que hablara o que callara, pero ¨¦l parec¨ªa estar pasando uno de los peores tragos de su vida. No hay muchas ocasiones, seguramente haya m¨¢s a partir de ahora, de ver la corrupci¨®n cruda y desnuda, despiezada en fr¨ªo.
En este clima le toc¨® el turno a Roberto Fern¨¢ndez ¡ªle piden 2 a?os de c¨¢rcel¡ª, que en un breve autorretrato pint¨® una ¨¦poca. Era decano de la facultad de Econ¨®micas de la universidad CEU San Pablo ¨Clema, In Veritate Libertas-, gan¨® el premio al mejor economista de la comunidad de Madrid y en 2003 decidi¨® dar el salto a la pol¨ªtica con el PP: concejal de Hacienda en Pozuelo de Alarc¨®n, en el equipo de Jes¨²s Sep¨²lveda, marido de Ana Mato. Qui¨¦n sabe si se imaginaba ministro en unos a?os, como de hecho le pas¨® a ella. Pero ayer, con un post-it amarillo en su carpeta que dec¨ªa ¡°colaborar¡±, lo ve¨ªa as¨ª: ¡°Despu¨¦s de tocar fondo en much¨ªsimas cosas, y haber pasado de decano y vicerrector de la Complutense a estar en esta situaci¨®n, me parec¨ªa que el ¨²nico modo de demostrar a mis hijos que sigo adelante es decir la verdad¡±.
Nada m¨¢s llegar, en la campa?a electoral, ya vio circular sobres con billetes. Luego ¡°circunstancias grotescas¡±, como que el grupo municipal pagaba un m¨¢ster al alcalde, ¡°para darle un barniz cultural, porque no ten¨ªa preparaci¨®n absolutamente de nada¡±. Los contratos se regalaban a Correa y los amigos, con desviaciones del presupuesto de hasta el 35%. Pozuelo ten¨ªa un super¨¢vit de 27 millones de euros y lo dejaron con d¨¦ficit. En fin, ganaron la Escoba de Oro al municipio m¨¢s limpio durante cinco a?os seguidos, y eso que el jurado no pod¨ªa valorar hasta qu¨¦ punto lo hab¨ªan limpiado bien.
El abogado de la defensa sali¨® con la artiller¨ªa pesada. Le pregunt¨® si recordaba su queja porque ¡°no pod¨ªa seguir recibiendo llamadas en el ayuntamiento de gente reclam¨¢ndole deudas de joyeros, camellos y prostitutas¡±. ?l se re¨ªa nervioso asombrado de los trapos sucios que volaban por la sala. Pero esto ya va a ser as¨ª a partir de ahora, y no hay escoba de oro que lo tape.
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