¡°Por lo menos ahora ya no nos matan¡±
En el quinto aniversario del cese de la violencia de ETA, la Guardia Civil sigue sin apenas poder salir de los cuarteles en el norte de Navarra

El cuartel de la Guardia Civil de Alsasua (Altsasu, en euskera) ¡ªel pueblo navarro donde el s¨¢bado pasado dos agentes recibieron una paliza¡ª est¨¢ cercado por una valla met¨¢lica de unos tres metros de altura. Focos y c¨¢maras rodean el complejo, que se completa con las casas de los guardias y sus familias all¨ª destinados. La valla de la casa cuartel de Elizondo, en el navarro Valle de Baztan, a unos 80 kil¨®metros, es todav¨ªa m¨¢s alta. Y culmina con un alambrado de pinchos. Detr¨¢s est¨¢n las viviendas, con los juguetes de los ni?os tirados por la hierba. Por momentos el lugar recuerda a un asentamiento, a una colonia a la que se le niega formar parte de la comunidad.
En Leiza (Leitza, en euskera) ni siquiera hay ni?os. El pueblo est¨¢ todav¨ªa en Navarra, muy cerca de la frontera con el Pa¨ªs Vasco. ¡°Los que estamos aqu¨ª destinados no traemos a la familia. No tiene sentido, es traerlos a una vida muy inc¨®moda, muy tensa. As¨ª que lo que hacemos es juntar d¨ªas libres e intentar ir a verlos cada mes o cada dos meses¡±. Lo cuenta un agente del cuartel de Leiza que pide no identificarse. Lleva nueve a?os en el pueblo y explica que, si bien sobre ellos no pesa ahora la amenaza de morir, su d¨ªa a d¨ªa dista mucho de ser algo normal. En opini¨®n de estos agentes ¡°lo de Alsasua del otro d¨ªa podr¨ªa haber pasado en cualquiera de estos pueblos. No nos result¨® tan extra?o¡±.
Cinco a?os sin ETA
Se cumplieron este jueves cinco a?os desde que ETA anunci¨® el cese de la violencia. Cinco a?os sin atentados que han rebajado la tensi¨®n en las ¨¢reas donde gobierna la izquierda abertzale. O, al menos, esa es la percepci¨®n generalizada. El ataque a dos guardias civiles la madrugada del pasado s¨¢bado volvi¨® a poner el foco sobre los pueblos del norte navarro. ?Se ha recobrado la normalidad? ?El fin de la violencia etarra ha devuelto la tranquilidad a los agentes all¨ª destinados? Un recorrido por los valles del norte de la comunidad foral cinco a?os despu¨¦s lo pone en duda.
¡°A ver, esto comparado con hace 15 a?os est¨¢ muy tranquilo. Tampoco seamos tan negativos¡±. Habla Francisco Moreno, vecino de Elizondo. Elizondo es la capital del Valle de Bazt¨¢n, un municipio donde EH Bildu lleva encadenadas varias legislaturas. Pasea Francisco por el centro del pueblo, una cuidada localidad llena de caser¨ªos y turistas donde hoy luce el sol.
¡°Ahora est¨¢ m¨¢s tranquilo que con ETA. Los agentes pueden dar un paseo por el pueblo y algunos guardias j¨®venes juegan al f¨²tbol sala con los chavales de aqu¨ª. La cosa ha cambiado mucho¡±, dice Francisco. Un peque?o recorrido siguiendo al todoterreno de la Guardia Civil permite ver que algunos vecinos saludan a los agentes con naturalidad.
Las dudas sobre la mejor¨ªa aparecen ante la negativa de cualquier guardia civil a hablar. Ninguno quiere pronunciarse. Una agente dice: ¡°No queremos estropear la convivencia con los vecinos, preferimos no a?adir nada sobre esta situaci¨®n¡±. El escenario de convivencia se revela de pronto como un equilibrio delicado.

Jose es el nombre ficticio de otro vecino de Elizondo, en esta ocasi¨®n un joven que toma un refresco con un amigo en la terraza de un bar. ¡°Claro que las cosas est¨¢n mucho mejor. ?Ves a este chaval? ¡ªpregunta se?alando con la cabeza a su amigo, que luce flequillo y pendientes de aro en las orejas¡ª Pues es hijo de Guardia Civil. Y no pasa nada¡±. Luego el joven a?ade. ¡°Est¨¢ claro que hay bares y horas a los que ellos [los guardias civiles] no van. Que es mejor que no vayan. Pero hoy en d¨ªa de verdad que no tenemos ning¨²n problema¡±.
Elizondo alberg¨® no hace tanto algunos de los episodios m¨¢s tensos de la violencia callejera abertzale. En 1995, con motivo de la celebraci¨®n del Borroka Eguna (¡°d¨ªa de la lucha¡±, en euskera), cientos de j¨®venes protagonizaron altercados y arrojaron c¨®cteles molotov contra sucursales bancarias, comercios y agentes de la Guardia Civil. El incidente se recoge en el libro ¡®Relatos de Plomo. Historia del terrorismo en Navarra¡¯. La obra muestra la extensa hoja de servicios de la ¡®kale borroka¡¯ en la capital del Baztan, incluidos paquetes bomba, coches destrozados y hasta ataques al cuartel de la Guardia Civil con granadas.
¡°De aqu¨ª no salimos¡±
Una carretera retorcida en curvas comunica, a trav¨¦s de las monta?as, Elizondo con Leiza. En el pueblo donde se rod¨® parte de la pel¨ªcula ¡®Ocho apellidos vascos¡¯ gobierna EH Bildu y sus calles est¨¢n cubiertas de carteles y pancartas. Algunas de ellas reclaman la independencia para Euskal Herria, otras piden el acercamiento de los presos aterras y un tercer tipo exige a los guardias civiles que se vayan del pueblo. Hay hasta una en ingl¨¦s dirigida a los agentes: ¡°Go away from here¡±, colgada en la rotonda de entrada al pueblo.
"No se me ocurre ir a un bar del pueblo a tomar una ca?a. Ni siquiera vamos a hacer la compra"
Un agente castellanoleon¨¦s que lleg¨® a Leiza antes del cese de la violencia abre la puerta del cuartel. Se trata de un edificio rural situado a las afueras del pueblo. Una gran bandera de Espa?a ondea con el viento. ¡°Est¨¢ claro que ahora ya no tenemos la amenaza de morir, pero queda much¨ªsimo por delante para normalizar nuestro trabajo aqu¨ª¡±, cuenta tras pedir no ser identificado.
¡°Del cuartel no salimos pr¨¢cticamente nunca. Vamos a hacer la compra a una gran superficie o a tomar un caf¨¦ a un bar aqu¨ª pegado. Pero no podemos ir a una tienda del pueblo y mucho menos salir por la noche¡±, explica. ¡°Si vas por ah¨ª, lo m¨ªnimo que te va a pasar es que te van a cantar algo o a insultar. El de la tienda te va a hablar mal y la gente te va a hacer sentir una hostilidad incre¨ªble. Siendo as¨ª, pues mejor nos quedamos aqu¨ª metidos¡±.
En Leiza mataron en el a?o 2002 al guardia civil Juan Carlos Beiro. El agente se dispon¨ªa a retirar una pancarta contra la Guardia Civil que escond¨ªa 15 kilos de explosivo. Otros tres agentes resultaron heridos en aquella trampa.
¡°Hoy al menos sabemos que debajo de todos los carteles que piden que nos vayamos no hay bombas¡±, retoma otro agente del mismo cuartel. ¡°Lo que hacemos aqu¨ª es intentar acumular d¨ªas libres para irnos a ver a la familia porque nadie la trae. Meter a tu hijo en un colegio o un instituto aqu¨ª ser¨ªa hacerle la vida imposible. Ser¨ªa siempre ¡®el hijo de¡±.

En el cuartel de Leiza hay 14 agentes. Ninguno es vasco ni navarro. Son gallegos, castellanoleoneses y andaluces. ¡°Escuchamos que la situaci¨®n se ha normalizado. ?Comparado con qu¨¦? ¡ªse pregunta¡ª. ?Con antes de ETA? Hombre, pues s¨ª. Pero compara nuestro d¨ªa a d¨ªa con el de un agente de Extremadura. Nosotros no podemos ni salir a cenar. Hay gente que se nos acerca con discreci¨®n y nos dice: "Oye, perdona que no te saludara el otro d¨ªa, pero es que hab¨ªa m¨¢s gente delante. Sigue habiendo miedo a relacionarse con nosotros, por eso no podemos integrarnos. De normalidad esto no tiene nada¡±.
¡°?Vida normal los guardias aqu¨ª? No, no. Ni de co?a. No van a bares ni hacen nada. Son muy discretos¡±
Tal vez por ello, ni a estos agentes ni a sus compa?eros, el ataque a dos guardias civiles el pasado s¨¢bado en Alsasua les pill¨® por sorpresa. ¡°A m¨ª no se me ocurrir¨ªa ir a tomar una copa de noche. No se me pasa por la cabeza. Porque puede pasar lo del otro d¨ªa¡±.
Asegura el gobierno a trav¨¦s del ministro del Interior, Jorge Fern¨¢ndez D¨ªaz, que la paliza no fue un acto de ¡®kale borroka¡¯, sino un presunto delito de odio. ¡°Si hubiera sido hace cinco a?os le hubieran llamado ¡®kale borroka¡±, dice un agente. ¡°Pero ahora toca llamarlo de otra forma¡±.
Un vecino de Leiza que pasea frente al cuartel y que, de nuevo, pide no dar su nombre, es bastante claro cuando da su opini¨®n sobre el asunto. ¡°?Vida normal los guardias aqu¨ª? No, no. Ni de co?a. No van a bares ni hacen nada. Son muy discretos¡±. ?Podr¨ªa pasar lo de Alsasua aqu¨ª? ¡°Seg¨²n a qu¨¦ bar y a qu¨¦ hora vayan, sin duda¡±. Despu¨¦s, el joven a?ade: ¡°Hay bares aqu¨ª que no podr¨ªan entrar. Es que no pueden entrar¡±, remarca. ¡°Pero no son tontos. No lo intentan¡±.
A tan solo una calle del cuartel est¨¢ la Taberna Torrea, el bar que sirve como punto de encuentro para los vecinos m¨¢s radicales de Leiza. La cercan¨ªa permite leer a un lado de la calle el lema ¡®Todo por la patria¡¯ y al otro ¡®Euskal Presoal Etxera (presos vascos a casa)¡¯. El contraste es todav¨ªa m¨¢s llamativo entre las paredes de ambos establecimientos, separados por una decena de metros. En la Taberna una pancarta pide la expulsi¨®n de los guardias civiles. En la entrada del cuartel, una placa recuerda al guardia civil Juan Carlos Beiro, que muri¨® cuando retiraba una de esas pancartas.
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