?Se puede gobernar desde el Parlamento?
Un Gobierno en minor¨ªa puede tener dificultades, pero no le resultar¨¢ imposible
?Se puede gobernar desde el Parlamento? ?Es viable un Gobierno en minor¨ªa? Pol¨ªticamente, al futuro Gobierno de Mariano Rajoy le ser¨¢ m¨¢s inc¨®modo todo, tendr¨¢ que emplearse a fondo en cada votaci¨®n y deber¨¢ encajar derrotas, pero puede sobrevivir. La pasada semana, en el pleno, ya lo hizo con acuerdos con el PSOE, Ciudadanos y el PNV para cada una de las enmiendas a las normas que se debat¨ªan.
El Gobierno del PP ha vivido cuatro a?os en el para¨ªso de un Parlamento con mayor¨ªa absoluta en el que hac¨ªa lo que quer¨ªa sin pactar nada y sin sentarse siquiera a negociar. Ahora Rajoy, con un Gobierno en minor¨ªa, bajar¨¢ al suelo de la dura realidad con un Congreso que no controla y que puede convertirse en un verdadero infierno pol¨ªtico. Tendr¨¢ 137 diputados frente a 213, la cifra m¨¢s baja de apoyo de las que ha tenido un Ejecutivo desde 1978.
Para empezar, el PP logr¨® frenar con su mayor¨ªa absoluta 105 comparecencias del presidente del Gobierno para hablar de corrupci¨®n. La cifra aumenta exponencialmente si se suman las peticiones de comparecencia de ministros sobre diferentes asuntos. En la nueva legislatura, el PP ya no tendr¨¢ capacidad, por s¨ª solo, para frenar nada.
Esas comparecencias se deciden en la Junta de Portavoces por voto ponderado, no en la Mesa, por lo que no hay opci¨®n a frenar una petici¨®n de la oposici¨®n. Por ejemplo, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, ¨²ltimo presidente que ha gobernado sin mayor¨ªa absoluta, tuvo que aceptar una comparecencia al trimestre para hablar de la situaci¨®n econ¨®mica. Rajoy solo lo hizo de forma extraordinaria dos veces en cuatro a?os y una de ellas porque hasta la prensa internacional lo pidi¨®. Pero logr¨®, por ejemplo, no dar cuenta del rescate bancario.
No obstante, Rajoy sigue controlando la Presidencia del Congreso. Tuvo claro en julio la importancia que tendr¨¢ este puesto y se encarg¨® de que fuera nombrada Ana Pastor, persona de su estricta confianza, que, por ejemplo, logr¨® retrasar la comparecencia de Luis de Guindos en septiembre para dar cuenta del nombramiento de Jos¨¦ Manuel Soria para el Banco Mundial. Actu¨® como ministra sin cartera de Rajoy con eficacia y podr¨¢ hacerlo para reconducir iniciativas de la oposici¨®n. El PP est¨¢ en minor¨ªa en la Mesa, pero con Ciudadanos puede inclinar la instituci¨®n a su favor, como hizo con la comparecencia de De Guindos.
En esa funci¨®n de control, un Gobierno en minor¨ªa no tendr¨ªa capacidad para bloquear por s¨ª solo una petici¨®n de comisi¨®n de investigaci¨®n formulada por la oposici¨®n. Por eso, la de Rajoy ha sido la ¨²nica legislatura de la democracia en la que no se ha creado ninguna comisi¨®n de investigaci¨®n. Y en los cuatro meses de legislatura frustrada se aprob¨® crear una sobre corrupci¨®n que hasta el PP termin¨® apoyando por la imposibilidad de bloquearla frente al PSOE, Podemos y Ciudadanos.
De hecho, hay ya pendientes dos: una sobre Interior y otra sobre la financiaci¨®n ilegal del PP. Los populares pueden emplearse a fondo para descafeinarlas, con peticiones de comparecencia que ampl¨ªen el objeto de su investigaci¨®n, por ejemplo, a otros partidos. De las funciones cl¨¢sicas del Parlamento, la de control, la deliberativa y la legislativa, la primera le complica la vida a un Gobierno; la segunda le puede poner en evidencia; pero la tercera, la de elaborar las leyes, es la que le puede hacer imposible cumplir sus funciones.
Mayor¨ªa contra el legado normativo del PP
Si la legislatura que se inici¨® el 13 de enero hubiera seguido, todo el legado normativo del Gobierno de Rajoy se hubiera derogado. Se aprobaron proposiciones no de ley y se admitieron proposiciones de ley que derogaban la ley de educaci¨®n, la llamada ley mordaza, la de enjuiciamiento criminal y la cadena perpetua o prisi¨®n permanente revisable, entre otras. Los que lo hicieron mantienen tras el 26-J la mayor¨ªa necesaria para repetirlo.
En teor¨ªa, el PSOE, Podemos y Ciudadanos podr¨ªan sumar sus fuerzas para cumplir su programa y hacer aprobar proposiciones de ley para derogar normas de la anterior legislatura que prometieron derogar como la cadena perpetua o la ley mordaza.
La dificultad es que puede haber coincidencia de los tres partidos para rechazar normas, pero es m¨¢s dif¨ªcil convertir ese frente de rechazo en apoyo a un texto articulado. Por ejemplo, pueden coincidir en parar la LOMCE, pero no es f¨¢cil que lo hagan para pactar un texto legal articulado de ley de educaci¨®n. M¨¢s a¨²n si Ciudadanos se mantiene cerca del PP en el cumplimiento de un pacto. El frente del no es m¨¢s f¨¢cil que el del s¨ª a un texto concreto.
El Gobierno tendr¨¢ como instrumento a su servicio el de los vetos por parte del Gobierno a proposiciones de ley de la oposici¨®n, si considera que afectan a los Presupuestos. Estos vetos est¨¢n previstos en la Constituci¨®n y el reglamento del Congreso, como tr¨¢mite previo al debate de proposiciones. En este momento hay una batalla que puede acabar en el Tribunal Constitucional sobre la posibilidad de que la Mesa levante esos vetos.
Rajoy podr¨ªa seguir siendo presidente, pero con la incomodidad de buscar c¨®mo su "legado normativo" se revierte. Para evitar eso ha hecho un pacto de legislatura detallado y cerrado con Ciudadanos y se anticipa con una oferta m¨¢s o menos expresa al PSOE para negociar retoques a esas normas.
De esa ¨¦poca de Zapatero se acu?¨® la expresi¨®n "perder los martes para ganar los jueves". Se refer¨ªa al hecho de que el pleno de los martes es el que aprueba mociones y proposiciones no de ley, que tienen un alto valor pol¨ªtico, pero nula efectividad. Es decir, la funci¨®n deliberativa del Parlamento complica la vida al Gobierno, pero no le mata. Los jueves, en cambio, es cuando se aprueban o toman en consideraci¨®n los proyectos de ley y las proposiciones de ley de los grupos, y perder esas votaciones es mucho m¨¢s grave.
En la anterior legislatura, el PP con su mayor¨ªa absoluta solo acept¨® a tr¨¢mite cuatro proposiciones de ley y las cuatro eran del PP, ninguna de la oposici¨®n. Ahora no podr¨ªa frenar la toma en consideraci¨®n de una que, por ejemplo, defendiera paralizar la aplicaci¨®n de la LOMCE y luego tendr¨ªa que pelear para con enmiendas suavizarla en el largo tr¨¢mite legislativo.
Ejemplos de eso son la ley de educaci¨®n que el primer Gobierno de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar tuvo que retirar porque perdi¨® la ¨²ltima votaci¨®n en el pleno del Congreso, con Esperanza Aguirre como ministra de Educaci¨®n.
Ese Ejecutivo de Aznar apenas aprob¨® leyes org¨¢nicas, de las que precisan mayor¨ªa absoluta para salir adelante. Tampoco puede gobernar con decretos porque luego necesita convalidarlos en el Congreso y no puede evitar que le obliguen a tramitarlos como proyectos de ley.
El Gobierno del PP tendr¨ªa la ventaja de tener el Senado a su favor, pero tendr¨ªa que ratificar luego en el Congreso las enmiendas que introdujera en la C¨¢mara alta. El Senado es basti¨®n infranqueable para frenar reformas constitucionales.
Ese miembro del equipo de Zapatero recuerda que, adem¨¢s de mayor¨ªa relativa en el Congreso, ten¨ªan el Senado en contra y ah¨ª la oposici¨®n aprovechaba para complicarles la vida. Por ejemplo, con los Presupuestos, el PP apoyaba todas las enmiendas de IU para descuadrar las cuentas, hasta el punto de que el senador de izquierdas que las propon¨ªa sosten¨ªa: "Aqu¨ª invita el PP y paga el PSOE".
En esa ¨¦poca, Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, entonces portavoz del PSOE en el Congreso, sosten¨ªa al inicio de la legislatura que cuanto antes se perdiera una votaci¨®n ser¨ªa mejor porque as¨ª se quitaba trascendencia a la derrota y dejar¨ªa de ser noticia. El equipo de Rajoy ha tomado nota de ese consejo y acepta resignado perder cuanto antes las votaciones de los martes y en comisi¨®n para ganar las de los jueves.
La pasada semana fueron celebradas como grandes victorias de la oposici¨®n la reprobaci¨®n del ministro del Interior en funciones, Jorge Fern¨¢ndez D¨ªaz, y la aprobaci¨®n de una proposici¨®n no de ley de Podemos sobre el permiso de paternidad. Pero en el primer caso, Rajoy podr¨ªa volver a designar ministro a Fern¨¢ndez si as¨ª lo quisiera y en el segundo, no hay efectividad alguna hasta que no se traslade a una ley. Es decir, en ambos casos, son solo victorias simb¨®licas de la oposici¨®n.
Lo que tampoco podr¨¢ hacer el PP, tras una legislatura de sacar delante casi todas las leyes en solitario, es forzar plazos a su conveniencia. Lo hizo, por ejemplo, para aprobar a toda prisa sus ¨²ltimos Presupuestos. Y todo se complica, tambi¨¦n para el PSOE, por el hecho de que, con toda seguridad, Podemos utilizar¨¢ sus iniciativas para poner trampas a los socialistas, marcar distancias de todos y presentarse como ¨²nico partido de oposici¨®n real.
Los Presupuestos tienen un tr¨¢mite que no es el m¨¢s complicado para los Gobiernos y el PP podr¨ªa pactar enmiendas de gasto e inversi¨®n con partidos nacionalistas y hasta independentistas. Por ejemplo, la pasada semana el PP pact¨® enmiendas con el PNV a la norma que regula el d¨¦ficit de las Administraciones. Fue fruto de una intensa negociaci¨®n que anticipa c¨®mo ser¨¢ la legislatura y la posibilidad de pactar con esos partidos.
Ya lo hizo en julio en la sesi¨®n constitutiva del Congreso para la Presidencia y la Mesa del Congreso.
Otras armas del PP pueden ser crear subcomisiones hacia las que derivar cada uno de los asuntos y ganar tiempo para que acaben sus trabajos.
Los decretos-ley requieren mayor¨ªa para convalidarlos luego.
Tampoco es f¨¢cil derribar a un Gobierno, porque la moci¨®n de censura es positiva, es decir, requiere apoyo de todos a un candidato. En este caso, PSOE, Podemos y Ciudadanos deber¨ªan apoyar a un candidato alternativo a Rajoy.
Legalmente no pueden convocarse nuevas elecciones hasta el 3 de mayo, para celebrarse a final de junio.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.