Margallo, solista u hombre orquesta
La voz del ministro ha sonado estridente por el silencio de la mayor parte de sus compa?eros
Al m¨¢s veterano de los ministros de Mariano Rajoy, Jos¨¦ Manuel Garc¨ªa-Margallo (Madrid, 1944) no le ha importado que lo califiquen de ¡°verso suelto¡± o ¡°nota disonante¡± en el seno del Gobierno. Para ser cualquiera de las dos cosas, el Ejecutivo deber¨ªa haber tenido poema o melod¨ªa propia, pero la voz de Margallo ha sonado tan estridente por el silencio de la mayor parte de sus compa?eros. Durante a?os, ha sido el ¨²nico que ha articulado un discurso alternativo al del independentismo catal¨¢n, llegando a enfrentarse al l¨ªder republicano Oriol Junqueras en un debate previo a las elecciones catalanas de 2015 que puso al borde de un ataque de nervios a su propio partido. A quienes criticaban que un ministro de Exteriores se metiera en el jard¨ªn catal¨¢n les contestaba que era su obligaci¨®n explicar que un hipot¨¦tico Estado independiente se quedar¨ªa fuera de la ONU y la UE y estar¨ªa condenado a ¡°vagar por el espacio¡±; en una frase tan gr¨¢fica y pol¨¦mica como todas las suyas.
Diputado en las Cortes constituyentes por UCD y eurodiputado durante 17 a?os, Margallo no solo tiene recetas para Catalu?a y Espa?a, sino para Europa entera. Cualquier foro le ha servido para predicar su doctrina: los Estados Unidos de Europa nacer¨¢n con los eurobonos, igual que los Estados Unidos de Am¨¦rica lo hicieron cuando las 13 colonias mancomunaron la deuda de la guerra de independencia.
Su car¨¢cter expansivo (esboz¨® una reforma fiscal y un nuevo sistema de financiaci¨®n auton¨®mica y form¨® un grupo de expertos para la reforma de la Constituci¨®n) le llev¨® a pisar no pocos callos de sus compa?eros de Gabinete. Fue sonado su choque con Crist¨®bal Montoro ¡ªa quien tach¨® de ¡°¨¢grafo¡±, despu¨¦s de que este criticase su ¡°arrogancia intelectual¡±¡ª, pero m¨¢s grave, aunque soterrado, lo fue con Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa. Ten¨ªa l¨ªnea directa con Rajoy y escapaba del control de la vicepresidenta, como los otros miembros del G-8 (Fern¨¢ndez D¨ªaz, Ca?ete, Soria o Ana Pastor) que han ido saliendo poco a poco del Gobierno.
Margallo jam¨¢s ha evitado un charco o una batalla porque, como dice, ¡°las batallas que no se pueden ganar son las que no se libran¡±. Asumi¨® la candidatura al Consejo de Seguridad de la ONU, presentada por el Gobierno del PSOE, aunque muchos tem¨ªan un nuevo fiasco como el del Madrid ol¨ªmpico. Lo consigui¨® y fue uno de sus pocos ¨¦xitos indiscutidos.
La recuperaci¨®n de Gibraltar llevar¨¢ m¨¢s tiempo. Se deshizo del Foro Tripartito de su antecesor Moratinos y volvi¨® a la estrategia de la beligerancia, siquiera verbal, pero no logr¨® que Londres se moviera un mil¨ªmetro y la Comisi¨®n de Exteriores del Congreso se desmarc¨® este mi¨¦rcoles, v¨ªspera de su ca¨ªda, de su ¨²ltimo legado: la oferta de cosoberan¨ªa para la colonia.
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