Moren¨¦s, el ministro-consejero delegado
El hasta ahora ministro de Defensa ha alternado a lo largo de su dilatada carrera los puestos empresariales con los pol¨ªticos
La idea de la puerta giratoria, tan apreciada en los pa¨ªses anglosajones como denostada en Espa?a, tiene uno de sus m¨¢ximos exponentes nacionales en el hasta ahora ministro de Defensa. Pedro Moren¨¦s Eulate (Getxo, Bizkaia, 1948) ha alternado a lo largo de su dilatada carrera los puestos empresariales con los pol¨ªticos. Empez¨® en Astilleros Espa?oles y la Divisi¨®n Naval del INI, para ocupar sucesivamente, con Aznar como presidente, las secretar¨ªas de Estado de Defensa, Seguridad y Pol¨ªtica Cient¨ªfica y Tecnol¨®gica. La victoria del PSOE, en 2004, le devolvi¨® al sector privado, donde ocup¨® puestos directivos en el sector naval (Construcciones Navales del Norte), el armament¨ªstico (Instalaza, MDBA) y de seguridad (Segur Ib¨¦rica).
En 2011, Rajoy le recuper¨® como ministro de Defensa, con el dif¨ªcil encargo de mantener la operatividad de las Fuerzas Armadas pese al recorte presupuestario y hacer frente a una factura de 30.000 millones de euros, fruto de los grandes programas de armas; muchos iniciados en su anterior etapa en Defensa.
En realidad, Moren¨¦s no ha dejado de ser empresario ni siquiera cuando se ha sentado a la mesa del Consejo de Ministros. Su concepci¨®n del servicio p¨²blico es la de un gestor austero y escrupuloso, que ha centralizado las compras para garantizar un mayor control. En un gobierno con pocos ministros pol¨ªticos, ha sido el menos pol¨ªtico de todos. Poco aficionado a las ruedas de prensa y a las comparecencias parlamentarias, m¨¢s all¨¢ de las ineludibles, prefiere el trato personal, donde se muestra afable y deja a un lado su reserva para intentar convencer de las bondades de invertir en Defensa. Eso s¨ª, es raro el cuartel que no ha pisado y la misi¨®n internacional que no ha visitado m¨¢s de una vez. Puso fin a la costosa operaci¨®n en Afganist¨¢n y logr¨® que el PSOE apoyara el regreso de las tropas espa?olas a Irak, una d¨¦cada despu¨¦s de que Zapatero las retirase.
Ha sido el mejor agente comercial de la industria militar espa?ola, recorriendo medio mundo (de M¨¦xico a Egipto o Australia) con su cat¨¢logo bajo el brazo. Y ha sorteado el ajuste para abonar 4.300 millones a las empresas de armamento, aunque el Constitucional le haya recriminado que lo hiciera por decreto ley. Con proyectos como el 8x8 o la fragata F-110, ha sentado las bases de la restructuraci¨®n del sector, aunque a¨²n es pronto para saber si saldr¨¢ a flote o acabar¨¢ hundi¨¦ndose como el dise?o inicial del submarino S-80.
Probablemente su peor tarde fue cuando la diputada Irene Lozano le interpel¨® por el caso de la capit¨¢n Zaida Cantera, acosada sexualmente por un superior. Moren¨¦s acab¨® pidiendo disculpas y aprobando un protocolo contra el acoso. Cantera, que sigui¨® aquel debate desde la tribuna de invitados, se sienta hoy en un esca?o del Grupo Socialista y Moren¨¦s deja el Gobierno para volver, probablemente, al mundo de la empresa que nunca descuid¨®.
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