?Para qu¨¦ sirve PISA?

Antes de contestar la pregunta del t¨ªtulo, d¨¦jenme contestar a otra leg¨ªtima pregunta que quiz¨¢ tengan. ?Qu¨¦ demonios hace un economista hablando de educaci¨®n? Pues bien, la culpa es del examen de PISA (y otros ex¨¢menes como TIMSS y PIRLS). Cuando no exist¨ªan ten¨ªamos un problema. Nuestra intuici¨®n y nuestros modelos nos dec¨ªan que la educaci¨®n es muy importante para el progreso econ¨®mico, pero los datos parec¨ªan decir que no. La Educaci¨®n, medida por los a?os de escolarizaci¨®n media de una poblaci¨®n, no presentaba ninguna relaci¨®n con el crecimiento econ¨®mico. Estos ex¨¢menes nos dieron la soluci¨®n: para que un pa¨ªs crezca no basta con meter a los chicos 10 o 12 a?os en un aula. Lo que hagan dentro de ella importa, y mucho. En suma, es la calidad de la educaci¨®n, no la cantidad, lo que cuenta para el progreso social.

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Las claves del examen

¡°Espa?a se ha concentrado en legislar y ha dejado de lado la calidad de la ense?anza¡±

Vale, dir¨¢ alguno, pero ?es eso todo? ?Hemos aprendido algo m¨¢s con estos costosos ejercicios? Pues s¨ª, hemos aprendido que algunas cosas no sirven para mejorar, a pesar de los prejuicios de muchos. Por ejemplo, aunque algunos piensan que PISA es parte de una vasta conspiraci¨®n neoliberal contra la escuela p¨²blica, sus datos muestran que una vez se tiene en cuenta el nivel socioecon¨®mico de las familias, la escuela p¨²blica y privada tienen el mismo resultado. O sea, que no basta con privatizar. Pero tampoco basta con inyectar m¨¢s recursos en la escuela. M¨¢s all¨¢ de unos m¨ªnimos, que se consiguen de sobra en pa¨ªses como Espa?a, si se quiere mejorar hay que organizarse mejor.

Tambi¨¦n sabemos algunas cosas positivas. Los ex¨¢menes externos de fin de ciclo con consecuencias son buenos para la calidad educativa. Tambi¨¦n lo es la autonom¨ªa decisoria de los centros, siempre que ¨¦sta vaya acompa?ada de rendici¨®n de cuentas, v¨ªa ex¨¢menes externos y una buena supervisi¨®n que pueda hacer cambios si algo no va bien.

Para acabar, d¨¦jeme responder a un par de cr¨ªticas mal guiadas. La primera es que PISA solamente mide habilidades cognitivas. Pues resulta est¨¢ tan bien dise?ado que nos permite medir algunas no cognitivas. Como cada estudiante es obligado a enfrentarse a las preguntas en un orden distinto al azar, la variaci¨®n a lo largo del examen no puede deberse a que la dificultad de las mismas siga un orden determinado. Y generalmente los estudiantes lo hacen mejor al principio que al final. Pero, crucialmente, no todo el mundo tiene el mismo decaimiento en el resultado. Y ese decaimiento es una medida muy buena de la capacidad de persistencia del estudiante.

Y, finalmente, la cr¨ªtica menos inteligente de todas. ?Es que los ex¨¢menes est¨¢ndar fomentan que la gente haga trampas, elimin¨¦moslos! Siguiendo esa l¨ªnea l¨®gica, la declaraci¨®n de la renta fomenta que la gente defraude, eliminemos los impuestos.

Para mejorar hay que medir, y PISA mide bien algunas cosas. No todas, es cierto, pero eliminar PISA por eso ser¨ªa como dejar de tomarse la tensi¨®n porque no es el ¨²nico predictor de un ataque al coraz¨®n.

Antonio Cabrales Goitia es catedr¨¢tico de Econom¨ªa en el University College London.