La masa de los callados

Nuria Amat acaba de publicar una novela bajo el significativo t¨ªtulo de El sanatorio (ED Libros, Barcelona). Leerla es sumergirse en los imperceptibles pero amenazantes riesgos totalitarios de nuestro tiempo. Aunque ni se nombre la sagrada palabra, es evidente que Amat trata del pa¨ªs en que vive, de Catalu?a: ¡°Vivo en un pa¨ªs enfermo y su decorado apunta que me tocar¨¢ envejecer aqu¨ª¡±. As¨ª comienza la novela. Pero no oculta que el resto del mundo se est¨¢ contaminando de la deriva catalana.

He dicho que El sanatorio es una novela de ideas. Cierto. Tambi¨¦n es una novela pol¨ªtica, como lo es La metamorfosis de Kafka. Es pol¨ªtica porque trata de los peligros que corre la libertad individual, es decir, la libertad a secas, no solo nuestra sino de todos. A aquello que aspiraba nuestra civilizaci¨®n, cuando menos desde la ¨¦poca ilustrada, corre el riesgo de extinguirse sin que se note. De ah¨ª la importancia de este libro estremecedor: una advertencia para que seamos conscientes de la situaci¨®n.

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El sanatorio, seg¨²n Amat, es un ¡°reducto artificial, monotem¨¢tico, seriado y sometido a un eslogan teledirigido desde las alturas, d¨ªa y noche, por cometas patri¨®ticos¡±. En ese escenario se enfrentan sigilosamente los ¡°callados¡± con ¡°la masa¡±. ¡°La masa ¡ªdice¡ª se consolida en un bloque unitario que impide cualquier transgresi¨®n. La masa juega con poseer la verdad ¨²nica a su favor gracias a haber sido cocinada durante a?os a partir de un compuesto de artima?as, sobresaltos, fraudes y fingimientos miles. La masa no oye ni ve lo que no quiere ver ni o¨ªr. Lo privativo de la masa consiste en inventarse un enemigo espec¨ªfico y devastador. Por tanto: ficticio. Falseado. Solo esencial para dar fundamento a la masa¡±. Pero en el sanatorio tambi¨¦n viven los callados, aquellos que, como la propia Amat, a pesar de padecer muerte en vida, se oponen a la masa, quieren decir, cantar y gritar lo que piensan. De lo contrario, no les queda m¨¢s camino que ¡°enmudecer y aguantarse¡±.

El libro no es descriptivo, no es sociolog¨ªa, es una alegor¨ªa literaria. Pero no est¨¢ alejado de la realidad. Hace un par de d¨ªas, los j¨®venes de Sociedad Civil Catalana, una entidad no independentista, anunciaron en la Universidad Aut¨®noma de Barcelona la proyecci¨®n del documental: Disidentes: el precio de la democracia en la Catalu?a nacionalista. Fueron atacados al grito de ¡°fascistas¡±, ¡°viva Terra Lliure¡± y expresiones similares. La profesora Fern¨¢ndez Alonso declar¨®: ¡°Aqu¨ª no pasa nada hasta que te presentas en el espacio p¨²blico defendiendo planteamientos no nacionalistas. Entonces los m¨¢s radicales te agreden y el resto calla¡±. La masa, los callados.