Podemos: atado y bien atado
La carta de Iglesias a Errej¨®n solo tiene sentido si su victoria es segura en el ¨®rgano de direcci¨®n
Sobre uno de los primeros art¨ªculos cr¨ªticos que escrib¨ª en este diario en torno a Podemos, Pablo Iglesias se dign¨® por ¨²nica vez publicar una observaci¨®n: mi ensayo respond¨ªa a los intereses de Prisa. El procedimiento de descalificar cualquier mensaje inc¨®modo, present¨¢ndolo como expresi¨®n de los deseos del Poder, con may¨²scula, se extendi¨® luego a los propios medios de comunicaci¨®n, ensalzados como este cuando le ofrecen sus p¨¢ginas, satanizados de incluir reportajes o art¨ªculos que el l¨ªder juzga adversos. Y semejante tipo de descalificaci¨®n se ha extendido a modo de consigna en el mundo de los tuits teledirigidos que impulsa en la red con el sano prop¨®sito de eludir todo debate que pueda implicar al exterior de su organizaci¨®n. De este modo se cumple el conocido lema lejos de nosotros la funesta man¨ªa de pensar.
Ahora le toca sufrir los efectos de esa manera de esquivar la realidad a su n¨²mero dos, ??igo Errej¨®n, por haberse atrevido a plantear un debate pol¨ªtico en la preparaci¨®n de Vistalegre 2. De los dem¨¢s firmantes del manifiesto ni de pasada se ocupa: pol¨ªticamente no existen. De ah¨ª que en el art¨ªculo de 20 minutos, a modo de carta abierta, exista un ¨²nico interlocutor, su "compa?ero y amigo" ??igo Errej¨®n. Iglesias sabe que el eco de su escrito ser¨¢ amplificado por unos medios a los cuales detesta, pero para subrayar su distanciamiento lo presenta en uno no marcado por los estigmas del enemigo.
Hay dos puntos centrales en el planteamiento de Iglesias, que reh¨²ye la confrontaci¨®n con las ideas expresadas por el "compa?ero y amigo". El primero, el recurso al amor, a efectos de diluir la pol¨ªtica, algo que ya practicara en las proposiciones de alianza subordinada que a modo de burbujas de amor dirigi¨® a Pedro S¨¢nchez despu¨¦s del 20-D. Iglesias ofrec¨ªa al socialista toda "una f¨¢brica de amor" en Podemos, muy por encima de cuanto pod¨ªa darle la derecha. En realidad, se trataba del abrazo del oso. Ahora, respecto de Errej¨®n, el discurso azucarado cobra rasgos concretos, apoy¨¢ndose en la larga colaboraci¨®n entre ambos. Son los medios quienes tratan de arruinar tan hermoso v¨ªnculo, con el fin de acabar con Podemos. Hay en el texto dos golpes colaterales: la referencia a "aquellos que te atribuyen estar cerca del PSOE", y a la moderaci¨®n de Errej¨®n frente a su radicalismo, cosas que Iglesias desmiente, pero claro, menciona que algo queda. Y sobre todo, pensando en los medios, el jefe advierte que el solo hecho de recibir su apoyo, caso de Errej¨®n, "no genera credibilidad por entre nuestra gente". Consecuencia: debe olvidarse de la exposici¨®n p¨²blica de las propias ideas, y confiar en el tierno juego de los chats ocurrentes y de las conversaciones fraternas entre colegas. Nada de poner el an¨¢lisis de los proyectos como paso previo para una apoteosis del l¨ªder que nadie cuestiona.
Por lo dem¨¢s, Iglesias no toma en consideraci¨®n los planteamientos del manifiesto de los 300 y se limita a reafirmar el suyo, a?adiendo "la transversalidad" para impulsar el "esp¨ªritu constituyente", esto es, la sustituci¨®n del orden constitucional vigente, y a ese efecto, poner en marcha "contrapoderes y e instituciones sociales alternativas". L¨¦ase, versi¨®n encubierta de su modelo permanente, el poder dual inspirado en 1917, sazonado con el regreso a los or¨ªgenes.
Amistad supone, en consecuencia, cierre de filas y olvido de la expresi¨®n p¨²blica. Es una carta que por su rotundidad solo tiene sentido si Pablo Iglesias, como parece, y con el inevitable apoyo de Izquierda Anticapitalista, tiene ya contados los n¨²meros y sabe que su victoria es segura en el ¨®rgano de direcci¨®n. Al "hermano, compa?ero" le queda una sola alternativa, aceptarlo, y "que puedas trabajar a mi lado -es decir, bajo su direcci¨®n tambi¨¦n ideol¨®gica- y no frente a m¨ª". En su r¨¦plica, Errej¨®n ha intentado cordialmente devolver la pol¨¦mica al terreno pol¨ªtico. No obtendr¨¢ resultados y la propuesta de votaciones formulada a t¨ªtulo oficial por Echenique lo corrobora. De antemano la previsible coalici¨®n con los anticapitalistas resulta primada y para que no quede suelto cabo alguno, la elecci¨®n del Consejo Ciudadano admite vinculaci¨®n con la del secretario general. Por lo menos a corto plazo, alea jacta est.
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