Un juez condena al SAS por no detectar espina b¨ªfida en una ecograf¨ªa de embarazo
Los padres recibir¨¢n 150.000 euros como indemnizaci¨®n por no poder decidir el futuro de la gestaci¨®n
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Roc¨ªo Casta?o cuenta que tom¨® todas las medidas que le recomendaron para evitar que su hijo sufriera espina b¨ªfida. Durante su embarazo, esta gaditana acudi¨® a todas las pruebas del Servicio Andaluz de Salud, incluida la ecograf¨ªa de la vig¨¦sima semana en la que se analiza la correcta morfolog¨ªa del feto. Incluso recurri¨® a un ginec¨®logo privado para que le realizara un seguimiento paralelo. ¡°Se supon¨ªa que estaba protegida para ello, pero, al final, result¨® que no era as¨ª¡±, asegura la madre. El 6 de junio de 2014, su hijo vino al mundo con la temida malformaci¨®n cong¨¦nita que le afect¨® a la columna vertebral: ¡°Estaba indignada, no pod¨ªa creerme que nadie lo hubiera detectado antes¡±. Ahora, una sentencia judicial ha dado la raz¨®n a los progenitores y considera al SAS culpable de una negligencia tal magnitud que ¡°el da?o habla por s¨ª solo¡±, como reconoce Jos¨¦ Luis Ortiz, abogado de la familia.
En consecuencia, el SAS ha sido condenado a indemnizar a los padres con 150.000 euros por considerar que no realiz¨® un seguimiento adecuado del embarazo. En consecuencia, priv¨® a los padres de su oportunidad para decidir si se acog¨ªan a un aborto eugen¨¦sico (para casos de fetos con malformaciones) o segu¨ªan adelante con la gestaci¨®n. As¨ª lo ha determinado el Juzgado de lo Contencioso-administrativo 2 de C¨¢diz en una sentencia del pasado 20 de diciembre de 2016. En ella, determina que el equipo m¨¦dico que llev¨® el embarazo de Casta?o en el Hospital Universitario de Puerto Real (C¨¢diz) no realiz¨® una correcta praxis por la mala ejecuci¨®n de la ecograf¨ªa de la vig¨¦sima semana¡± y no realizarle un cribado bioqu¨ªmico que determina los niveles de la prote¨ªna que detectan esta la malformaci¨®n.
Como explica el abogado responsable del Bufete Ortiz, esta ecograf¨ªa es clave en la gestaci¨®n, ya que determina las posibles malformaciones que pueda haber en el sistema nervioso central y la columna vertebral del feto. La importancia de la prueba obliga ¡°a que sea realice por un radiografista de nivel m¨¢ximo¡±, como explica Ortiz. El profesional determin¨® en su informe que la columna vertebral del feto sigue en toda su longitud, sin defectos aparentes de tipo ¨®seo ni en los tejidos blandos¡±. Sin embargo, en el parto, el peque?o present¨® una apertura en el tubo neural que le afectaba a la columna vertebral y al conducto raqu¨ªdeo.
Error grave
La defensa del SAS no pudo aportar esta ecograf¨ªa de la vig¨¦sima semana, que le solicitaba el juez, ya que aleg¨® que solo conserva aquellas de fetos que presentan problemas. ¡°La parte que tiene m¨¢s f¨¢cil el acceso a la informaci¨®n es la que tiene que aportar la prueba. En este caso, es el SAS el que tiene la guardia y custodia de la historia cl¨ªnica de la paciente, pero dijeron no tener una ecograf¨ªa clave, ya que todo el juicio giraba sobre esa prueba¡±, relata el letrado de la acusaci¨®n. Eso no fue ¨®bice para que el juez considerara culpable al SAS, al considerar que esta falta de aportaci¨®n de pruebas ¡°perjudica a la parte que ten¨ªa que aportarla¡±.
En consecuencia, la sentencia reprocha un error que considera ¡°grosero o abyecto, dado que el da?o es desproporcionado¡±, como resume el abogado. Derivada de esta mala praxis, el fallo aplica la jurisprudencia de la doctrina de la p¨¦rdida de la oportunidad, determinada por sentencias anteriores del Tribunal Supremo. El error cometido (que qued¨® en evidencia en el juicio por el informe del profesional s¨ª aportado durante el proceso) fue un grave defecto asistencial para los padres ya que pod¨ªa haber sido un indicio de lo que estaba sucediendo.
Nuevas batallas
El perito de los demandantes determin¨® en el juicio que el 80% de los casos de espina b¨ªfida se detectan con esta prueba. Ante esta tesitura, el resto de las pruebas que se hicieron durante la gestaci¨®n no tuvieron en cuenta estos indicadores, b¨¢sicos para la detecci¨®n de la malformaci¨®n. ¡°No s¨¦ si hubiera abortado o no, pero me quitaron la oportunidad de decidirlo. Adem¨¢s, en caso de no haberlo hecho, podr¨ªa haberme decidido por un parto por ces¨¢rea para evitar el sufrimiento de mi hijo¡±, reconoce Casta?o.
De hecho, el peque?o que, ahora tiene dos a?os y medio, vio agravada su malformaci¨®n al nacer en un parto vaginal dist¨®cico (que precisa ventosas). Tras nacer en el hospital de San Rafael, fue trasladado al hospital p¨²blico Puerta del Mar (ambos en C¨¢diz), al detectar el problema. Adem¨¢s de la mielomeningocele (tipo de espina b¨ªfida se caracteriza por presentar una apertura en la columna, en este caso, desde el sacro y hasta la quinta v¨¦rtebra lumbar), el peque?o fue dado de alta un mes despu¨¦s con un diagn¨®stico de hidrocefalia adquirida, insuficiencia renal aguda y sepsis cl¨ªnica tard¨ªa.
Tras salvar su vida, un a?o despu¨¦s, el menor no pod¨ªa sostener su tronco, ni permanecer sentado, adem¨¢s de necesitar sondas y edemas. Hoy en d¨ªa, ha adquirido cierta movilidad en los miembros superiores, pero a¨²n necesita ¡°sondas cada tres horas y edemas cada d¨ªa¡±, como relata Casta?o. Eso ha hecho que la mujer de 36 a?os haya renunciado a su trabajo de ingeniera para volcarse en atender a su hijo con unos gastos en cuidados superiores a los 800 euros mensuales.
Ahora, se muestra relativamente satisfecha por la indemnizaci¨®n, que emplear¨¢ en asistir a su hijo en el Hospital de Vall d¡¯Hebron. Ya avanza que su lucha no se quedar¨¢ aqu¨ª: ¡°Ahora vamos a pelear porque la espina b¨ªfida se considere la enfermedad cr¨®nica, que ahora no es, y porque mi hijo pueda tener un asistente que, en el futuro, le sonde en el colegio. As¨ª podr¨¢ disfrutar del mismo derecho a aprender que el resto de ni?os¡±.
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