La supuesta ¡®alergia¡¯ al wifi, en el banquillo
Un tribunal de Lleida decide si otorga la invalidez permanente a una mujer que alega electrosensibilidad, enfermedad no reconocida de gran discusi¨®n cient¨ªfica
¡®Alergia¡¯ al Wi-fi es una expresi¨®n coloquial para la denominada electrohipersensibilidad, con las siglas EHS, la presunta intolerancia a las ondas electromagn¨¦ticas de las conexiones inal¨¢mbricas y otros aparatos. La cuesti¨®n exige a¨²n m¨¢s matizaci¨®n porque ni siquiera hay acuerdo en que esta ¡®alergia¡¯ exista, que esas ondas produzcan ese efecto. La gran mayor¨ªa de la comunidad cient¨ªfica, la Organizaci¨®n Mundial de la Salud y el comit¨¦ de expertos de la UE lo niegan, dicen que no est¨¢ probado. Lo tratan directamente como un cuento chino. Por el contrario, algunos cient¨ªficos creen que no es as¨ª y manejan una creciente documentaci¨®n, si bien desde?ada por el resto de sus colegas. Es un asunto de enorme hostilidad mutua. Lo que es indudable es que hay gente a la que le pasa algo, sufre s¨ªntomas que algunos m¨¦dicos atribuyen a esa raz¨®n y, esta es la realidad, acaba llegando a los tribunales. Como la ma?ana de este jueves en el Juzgado de lo Social n¨²mero 1 de Lleida, donde Rosa C.T., una funcionaria administrativa de la Generalitat solicita una pensi¨®n por incapacidad permanente, despu¨¦s de tres a?os de baja. La Seguridad Social, que ya gan¨® un primer juicio, se opone a su reclamaci¨®n.
La sala est¨¢ vac¨ªa, solo hay dos familiares y un conocido, pero es un caso con m¨¢s trascendencia de lo que parece. Ya hubo una sentencia el a?o pasado del Tribunal Superior de Justicia de Madrid que, por primera vez en Espa?a, reconoci¨® una incapacidad total por electrosensibilidad a un empleado de una empresa de telecomunicaciones. Este es el segundo caso, que lleva el mismo abogado, Jaume Cort¨¦s, del Colectivo Ronda, y una nueva sentencia reforzar¨ªa las razones de estos afectados. Y tambi¨¦n har¨ªa poner el grito en el cielo a casi toda la comunidad cient¨ªfica.
Sentencias a favor de electrosensibles desde 2011
Las primeras recomendaciones del Parlamento europeo sobre exposici¨®n a ondas electromagn¨¦ticas son de 1999 y en 2011 el Consejo de Europa pidi¨® reducirlas con especial atenci¨®n a ni?os y j¨®venes, as¨ª como prestar "particular atenci¨®n a las personas electrosensibles", creando ¨¢reas libres de Wi-fi. En Suecia est¨¢ reconocida la discapacidad por este motivo y pa¨ªses como Suiza e Israel tienen legislaci¨®n mucho m¨¢s estricta que la UE. La primera sentencia europea al respecto fue en 2015, en Francia: con pol¨¦mica en el mundo cient¨ªfico, un tribunal reconoci¨® una pensi¨®n de 800 euros a una mujer que dec¨ªa padecer electrosensibilidad. A?os antes, el Tribunal Superior de Justicia Europeo no concedi¨® la incapacidad a un funcionario espa?ol de la UE en Bruselas, porque la enfermedad no estaba reconocida oficialmente, pero s¨ª consider¨® los s¨ªntomas y le otorg¨® una indemnizaci¨®n.
En Espa?a la primera resoluci¨®n fue en 2011, a favor de Minerva Palomar, la actual presidenta de la asociaci¨®n espa?ola de afectados, Asociaci¨®n Electrosensibles por el Derecho a la Salud (EQSDS). Luego siguieron otros fallos, media decena, aunque la electrosensibilidad no era nunca la ¨²nica dolencia, estaba combinada con otras. En julio de 2016 el Tribunal Superior de Justicia de Madrid dict¨® la primera sentencia que reconoc¨ªa la pensi¨®n a un trabajador de una empresa de telecomunicaciones debido exclusivamente a esta causa. El juicio de Lleida, a la espera de sentencia, debe decidir si har¨¢ realidad la segunda. Pero de todas maneras ya hay m¨¢s casos en los tribunales.
En Lleida la interesada no est¨¢ en el juicio porque, asegura su esposo, se pondr¨ªa mal enseguida en este lugar lleno de Wi-fi: ¡°Dolor de cabeza, sensaci¨®n de ahogo, confusi¨®n mental y dificultad para concentrarse, boca seca, fatiga¡¡±. Adem¨¢s vive el juicio con mucho nerviosismo. Lleva seis a?os con esto. ¡°Todo empez¨® en 2011 cuando cambi¨® de oficina y comenz¨® a sentirse mal, sin saber por qu¨¦¡±, explica. Rosa alega que no puede ni coger el autob¨²s, pues tiene Wi-fi, ni entrar casi en ning¨²n sitio y ha acabado durmiendo en el comedor, el lugar m¨¢s aislado de la casa.¡°Busqu¨¦ el piso con ella, casi us¨¢ndola casi como un sensor, viendo si se pon¨ªa mal o no, porque basta con que llegue el Wi-fi del vecino¡±, comenta su marido.
La Generalitat ha hecho de todo para ayudar a la empleada, admite su abogado. Haciendo reformas, cambi¨¢ndola de puesto, pero no hay manera. ¡°Fuera de ¨¢reas con ondas est¨¢ bien, esa es la cuesti¨®n, por la raz¨®n que sea. Para hacer un estudio bueno necesitas mucho dinero y los afectados son cuatro, a nadie le interesa. Yo solo pido que al menos les comprendan y les reconozcan la incapacidad¡±, resume Cort¨¦s. "Hace a?os el amianto no era malo, hasta que despu¨¦s de unas d¨¦cadas empez¨® a morir gente".
El m¨¦dico le dec¨ªa a esta mujer que lo suyo no era nada y, al final, que padec¨ªa ansiedad, la conclusi¨®n m¨¢s frecuente en estos casos, que a menudo acaban derivados a psic¨®logos y psiquiatras. Es algo que desespera a los interesados, porque se sienten incomprendidos, como si se lo inventaran o, en el mundo laboral, como si solo quisieran la baja. El mundo cient¨ªfico no disimula su incomprensi¨®n, aun reconociendo el drama humano. ¡°Hay que decir las cosas con claridad: todos los estudios bien hechos, que son los que valen, coinciden en que la probabilidad de efectos adversos es muy peque?a¡±, afirma Francisco Vargas, m¨¦dico epidemiol¨®gico y director cient¨ªfico del Comit¨¦ Cient¨ªfico Asesor en Radiofrecuencias y Salud (CCARS), entidad de referencia en asesoramiento sobre los posibles efectos de las radiofrecuencias en la salud. El Ministerio de Sanidad ha concluido que la exposici¨®n a ondas por debajo de los niveles establecidos ¡°aunque pudiera inducir alguna respuesta biol¨®gica en condiciones experimentales, no est¨¢ demostrado que pueda implicar efectos nocivos para la salud¡±.
Vargas opina que la primera sentencia espa?ola del a?o pasado est¨¢ ¡°muy mal fundamentada¡± y que el juez ¡°no se molest¨® en investigar mucho¡±. En aquella ocasi¨®n el reclamante cont¨® con un informe de un especialista del hospital de Guadalajara. Vargas cree que una nueva sentencia en esa l¨ªnea en Lleida ¡°ser¨ªa un gran error, un fracaso del conocimiento cient¨ªfico y de la capacidad de valorar pruebas¡±, pues a partir de ahora podr¨ªa bastar con cualquier experto que presente un informe favorable. Corrobora que, por su experiencia, en muchos casos el origen de los s¨ªntomas es un trastorno psicol¨®gico, a veces diagnosticado.
Julio Carmona, de la Plataforma Contra la Contaminaci¨®n Electromagn¨¦tica (PECCEM), creada en 2009 y que incluye asociaciones de afectados, considera que como m¨ªnimo ¡°con el conocimiento actual habr¨ªa que aplicar el principio de precauci¨®n¡±, ante el riesgo de futuros casos por una exposici¨®n durante a?os que ahora es imposible de comprobar. Sin datos oficiales, Carmona cita la estimaci¨®n de la Sociedad Espa?ola de S¨ªndrome de Sensibilidad Central (SESSEC), creada recientemente por expertos que defienden la electrosensibilidad: calcula, tomando como referencia estudios de otros pa¨ªses, que la prevalencia en Espa?a ser¨ªa nada menos que de un 5% de la poblaci¨®n. Datos que para Vargas son absurdos, no tienen ninguna validez y son meras extrapolaciones sin base cient¨ªfica.
Desde esta plataforma recuerdan que el Parlamento europeo y la Agencia Europea de Medio Ambiente ya se han expresado a favor de tomar precauciones con m¨®viles y Wi-fi y esgrimen m¨¢s de una veintena de manifiestos de cient¨ªficos que llaman la atenci¨®n sobre el asunto a contracorriente. El ¨²ltimo en Bruselas, en 2015, con 120 expertos.Tambi¨¦n impulsan una iniciativa ciudadana europea para pedir una reglamentaci¨®n proteccionista en este campo, que en Espa?a han firmado docentes de las universidades de Alcal¨¢ de Henares, Aut¨®noma y Pompeu Fabra de Barcelona, Polit¨¦cnica de Catalu?a y de Madrid, Sevilla, Zaragoza, Valencia y Reus. Pero para el resto de la comunidad cient¨ªfica no tienen relevancia. Antonio Hernando, prestigioso catedr¨¢tico de la Complutense, director del Instituto de Magnetismo Aplicado y miembro de la Real Academia de Ciencias, sentencia: ¡°Yo me f¨ªo de quien me f¨ªo, no vale cualquier experimento y hay organismos muy respetados reconocidos por todos que son los que cuentan¡±.
Naturalmente todos los expertos coinciden en que hay que seguir investigando, sobre todo para verificar los efectos a largo plazo, que a¨²n no se pueden saber. Difieren en lo que se debe hacer hasta entonces: esperar porque no hay nada que motive la alarma o tomar medidas ya. ?ngeles Trillo, investigadora de Bioelectromagnetismo en el Hospital Ram¨®n y Cajal de Madrid, particip¨® en el primer estudio de la UE sobre los efectos de los m¨®viles en c¨¦lulas aisladas, llamado Reflex, en 2004. "Fue muy criticado, pero ahora los nuevos multiproyectos de la UE lo est¨¢n confirmando en parte. El riesgo del m¨®vil es muy relativo y peque?o, pero a largo plazo no se sabe, tiene que pasar tiempo y que haya m¨¢s estudios", explica. En cuanto a la electrosensibilidad se?ala que generalmente quien padece esos s¨ªntomas "suele presentar sensibilidad m¨²ltiple a otros agentes qu¨ªmicos". Afirma que cada vez hay m¨¢s casos, pero no se sabe a qu¨¦ m¨¦dicos dirigirles.
Carmen Valls, doctora de Medicina Interna y Endocrinolog¨ªa, ha participado en esos congresos que dan la alarma sobre la cuesti¨®n, y ha testificado este jueves en Lleida como perito del abogado de la afectada. Ante la juez y el abogado de la Seguridad Social ha afirmado que la paciente sufre ¡°electrosensibilidad severa¡±, que no puede trabajar "en ning¨²n sitio" y aporta una prueba, ¡°novedosa en Espa?a¡±, un estudio que muestra c¨®mo su hormona del sue?o, la melatonina, se altera con las ondas electromagn¨¦ticas. Valls cree que ya ser¨ªa un primer paso que el Ministerio de Sanidad se interese por la electrosensibilidad y convoque un comit¨¦ de expertos, como hizo para la Sensibilidad Qu¨ªmica M¨²ltiple (SQM) en 2011.
Un argumento muy utilizado por los afectados es el de los intereses que tendr¨ªan las grandes compa?¨ªas de telecomunicaciones en ocultar el problema. Sin caer en teor¨ªas de la conspiraci¨®n, la experiencia de Bernardo Hern¨¢ndez Bataller, jurista y miembro del Comit¨¦ Econ¨®mico y Social Europeo (CESE) que intent¨® aprobar en este foro un dictamen sobre electrosensibilidad, es que ¡°hay grandes presiones¡±. El informe no fue aprobado por la oposici¨®n de un experto brit¨¢nico. Luego sali¨® a la luz que era asesor de compa?¨ªas el¨¦ctricas. Las asociaciones de afectados lo denunciaron ante el Defensor del Pueblo europeo, que les acaba de dar la raz¨®n. Es un asunto complejo. El juicio en Lleida dura media hora. Queda visto para sentencia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.