Lo fingido verdadero
Hay un Luis A que simula no ser Luis B ni tener una vida y un partido en B
Como Luis B¨¢rcenas es fuerte, y m¨¢s si se lo pide el presidente del Gobierno, ayer solo quedaba esperar en un desliz. Es un himalayista que fue al Everest, un tesorero que durante dos d¨¦cadas puede llevar una caja B y la otra, la de verdad, o viceversa, sin hacerse un l¨ªo. Hay un Luis A y un Luis B, siendo el primero un tipo muy normal, el que ayer contest¨® con seguridad y un punto de iron¨ªa las preguntas de la fiscal. Solo los lapsus y los eufemismos dejaron asomar ese subconsciente en B. El mejor: ¡°El dinero ten¨ªa una faja del Partido Popular, digo¡ je, je, del Banco Popular¡±. Luis B solo apareci¨® en escena para reconocer la caja B del PP, los ¡®papeles de B¨¢rcenas¡¯ publicados por EL PA?S, pero como si fueran de otro, y la llam¨® de todas las maneras que se le ocurrieron menos por su nombre: contabilidad extracontable, extraoficial¡ Le falt¨® decir extratosf¨¦rica.
Tambi¨¦n aclar¨® que los apuntes no ten¨ªan ¡°ning¨²n car¨¢cter finalista¡±, otro palabro para decir que eran donativos de pura generosidad, que no persegu¨ªan ning¨²n fin, y as¨ª se aclaraba a los empresarios para que no se hicieran ilusiones. Solo era, explic¨®, para que pudieran decir luego que conoc¨ªan al tesorero del PP, como ¡°a un m¨¦dico o un fontanero¡±, que en alg¨²n momento te puede ¡°abrir una puerta¡±, aunque no puso como ejemplo a un cerrajero as¨ª que deb¨ªa de referirse a otra cosa. Otro eufemismo fue ¡°remanente¡±: Luis A siempre guardaba eso, un remanente de liquidez, 25.000, 30.000 euros de colch¨®n al a?o, ¡°porque he tenido un saldo importante toda mi vida¡±. La maravillosa vida en B de Luis A le permit¨ªa ir a esquiar, de viajes por el mundo y comprarse cuadros. Tambi¨¦n pedir un cr¨¦dito de 330.000 euros y que se lo dieran los cinco d¨ªas. Adem¨¢s, confes¨®, ¡°la realidad es que yo no tengo gastos¡±, porque siempre le invitaban. ¡°S¨ª, pero mire, es que de acuerdo con sus cuentas no consta casi ni una salida de efectivo de sus cuentas 2003 a 2012¡±, le inquiri¨® la fiscal. Luis A le respondi¨® que se equivocaba y ya est¨¢. La pregunta clave que le hizo varias veces Concepci¨®n Sabadell y que plane¨® durante toda la vista fue de d¨®nde sal¨ªa el dinero, que solo se explica con un Luis B. Los 47 millones que lleg¨® a tener en Suiza son una B como una monta?a de los Alpes. Pero Luis fue tan fuerte y tan de cemento armado que su tono monocorde era adormecedor. Fue una sesi¨®n aburrida. Apenas dej¨® fisuras para admitir equivocaciones en anteriores declaraciones o que se invent¨® cosas ante el Supremo. Al preguntarle por una mentirijilla a una inspectora de Hacienda, replic¨® que si no hab¨ªa dicho toda la verdad a un juez del Supremo no se la iba a decir a esa se?ora.
Sin embargo lo cierto es que, tras nueve a?os de caso G¨¹rtel, fue su primera declaraci¨®n ante un juez en persona y en directo. Hasta ahora Espa?a solo le hab¨ªa visto en v¨ªdeo desde prisi¨®n, en textos o incluso en una pel¨ªcula, donde un actor hac¨ªa de Luis B, no del A, en una reconstrucci¨®n del interrogatorio en el que tir¨® de la manta. Se llamaba, de hecho, B, la pel¨ªcula. Pero ayer era la versi¨®n para ni?os. Aunque hubo un episodio muy de serie B, m¨¢s bien Z, cuando cont¨® c¨®mo el PP financi¨® en 2004 con su caja B al diario Libertad Digital, que entonces propagaba la teor¨ªa de la conspiraci¨®n del 11-M, otra versi¨®n B de la realidad.
Con tantos a?os de esc¨¢ndalo a todo el mundo ya le parece casi normal una caja B, y en cierto modo es verdad, porque en el PP lleva d¨¦cadas siendo normal. La tuvo al menos desde 1990, con ?lvaro Lapuerta y luego B¨¢rcenas. Y ya hubo sospechas en la etapa anterior con el caso Naseiro, archivado porque no se admitieron las escuchas ¨Ccon el famoso ¡°yo estoy en pol¨ªtica para forrarme¡±-, cuando el tesorero era Rosendo Naseiro. Y su predecesor entre 1982 y 1987 fue Angel Sanch¨ªs, que tambi¨¦n estaba ayer en el banquillo acusado de ayudar a B¨¢rcenas a blanquear capitales en Suiza. La verdad, as¨ª es dif¨ªcil fingir que el PP ha sido un partido normal. Naseiro, curiosamente, luego se dedic¨® a las naturalezas muertas y es el experto en arte al que se confi¨® B¨¢rcenas cuando le dio por ser coleccionista. Hasta le vendi¨® bodegones del Siglo de Oro que han terminado en El Prado, como un magnifico y contundente ¡°Besugo¡±, a secas, de Bartolom¨¦ Montalvo. La valiosa colecci¨®n de Naseiro acab¨® en el museo en 2006 con una exposici¨®n titulada Lo fingido verdadero. Que es justo lo que la fiscal sostiene que B¨¢rcenas hizo con estos cuadros, simular compras para blanquear su fortuna en negro y, en general, a lo que se ha estado dedicando desde hace a?os, a fingir que es otro.
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