¡°Vuelves de vacaciones y tu hija est¨¢ en una caja, muerta¡±
Matilde fue la primera v¨ªctima de violencia machista de 2017. Sus padres solo supieron que sufr¨ªa maltrato tras el asesinato
En la noche del 31 de diciembre al 1 de enero Matilde de Castro, madrile?a de 40 a?os, se convirti¨® en la primera v¨ªctima de violencia de g¨¦nero de 2017. El a?o pasado murieron en Espa?a 44 mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas. A este lado quedan hogares y familias rotas que intentan diluir su frustraci¨®n para poder afrontar el d¨ªa a d¨ªa.
A Tensi, la madre de Matilde, le falta dar unas puntadas a la ¨²ltima mu?eca que se ha quedado esperando desde el 1 de enero para ser una novia de goma EVA. Ella pinta y hace este tipo de manualidades. La mu?eca tiene la cara sonriente, vestido blanco, collar de perlas y un ramo de flores en la mano. Guardaba siempre una parecida para regalar a Matilde si un d¨ªa se casaba, pero ella nunca lo hizo. Era una mujer independiente, viajera, trabajadora, feliz y libre, recuerda su madre. Hizo la carrera de Qu¨ªmicas y enseguida encontr¨® trabajo como profesora en una academia, formando a opositores.
Tensi merodea entre objetos y recuerdos de su anterior vida, aquella que sin su hija ya no podr¨¢ ser la misma. ¡°Esto es muy duro. El tiempo lo podr¨¢ mitigar, pero el dolor no se borrar¨¢ nunca. Es muy fuerte lo que nos ha pasado. As¨ª, de repente. Recuerdo el ¨²ltimo beso que me dio antes de irnos. Le regal¨¦ un bolso y nos fuimos a Canarias a pasar la Nochevieja en casa de su hermano¡±. Habla de ello mientras se ajusta las gafas y baja la cabeza. Luego su voz se queda en un hilo desesperado: ¡°Te vas y cuando regresas la encuentras en una caja, muerta y a pu?aladas. Todav¨ªa no he podido evitar sentir algo de odio. Pero es que era mi hija¡±, dice, luchando contra ese sentimiento que, como mujer de profundas creencias religiosas, pareciera no poder permitirse.
Sus ojos azules est¨¢n vidriosos y su tez p¨¢lida. A las diez de la ma?ana ya ha estado en la iglesia, en Rivas-Vaciamadrid, el municipio madrile?o donde resid¨ªa Matilde y tambi¨¦n sus padres, y confiesa que ha vuelto llorando, pregunt¨¢ndose una y otra vez el porqu¨¦. Por qu¨¦ Matilde dej¨® a su novio Alberto, apenas hace un a?o. Por qu¨¦ ellos no se quedaron en Madrid ese d¨ªa. Por qu¨¦ su hija no invit¨® a un par de amigos a tomar las uvas esa noche como ten¨ªa previsto. Por qu¨¦ se cruz¨® este hombre, el asesino, en su camino. Por qu¨¦ la apu?al¨®.
Nelson, el hombre de 20 a?os que acab¨® con la vida de Matilde, viv¨ªa en la misma localidad. Ella sali¨® con ¨¦l un tiempo y luego lo dejaron.
¡°No viv¨ªan juntos como se ha dicho¡±, subraya Tensi, mostrando un recorte de peri¨®dico con el que no est¨¢ muy conforme. ¡°Yo a ¨¦l le vi un par de veces. Parec¨ªa educado. Me dio la mano. Y no s¨¦ por qu¨¦ amablemente le advert¨ª de que tuviera cuidado con mi hija, que aunque soy muy maja yo tambi¨¦n puedo enfadarme¡±. ¡°Pero ella no viv¨ªa con ¨¦l¡±, insiste.
Hubo una semana en la que Matilde no fue a ver a sus padres. Cuando volvi¨® a hacerlo ten¨ªa una leve se?al en un ojo. Adem¨¢s, Tensi la not¨® deca¨ªda y m¨¢s delgada. Ahora es cuando relacionan aquellos d¨ªas con la denuncia que su hija present¨® por malos tratos. ¡°Me ha dicho ahora la polic¨ªa que [el asesino] ten¨ªa antecedentes penales. Pero nosotros no lo sab¨ªamos. Y yo me pregunto: ?por qu¨¦ cuando hay una denuncia y una orden de alejamiento no informan tambi¨¦n a los familiares? Si nosotros lo hubi¨¦ramos sabido, quiz¨¢s ahora estar¨ªa viva¡±.
¡°El d¨ªa de Nochevieja hab¨ªa estado por ah¨ª con las amigas, feliz, divirti¨¦ndose. ?l debi¨® unirse al grupo al final¡±, prosigue la madre mientras muestra en el m¨®vil de Matilde las fotos de esa tarde: ¡°M¨ªrala qu¨¦ feliz. Era una mujer fuerte. Cuando tuvo el c¨¢ncer de colon yo lloraba a todas horas y sin embargo mi hija lo afront¨® estoicamente. Su novio Alberto le ayud¨® mucho a superarlo¡±.
Tensi, de 74 a?os, exprofesora de ingl¨¦s y franc¨¦s, recuerda muchas escenas familiares. Las fotograf¨ªas de su hija hablan de una mujer deportista: jugaba al tenis, al p¨¢del y al golf. Le¨ªa todo el tiempo. Le encantaba viajar, con sus amigas o con sus padres; a ?msterdam, a Egipto, a Jordania¡ ¡°Un d¨ªa de San Valent¨ªn nos regal¨® a todos aquel paseo en g¨®ndola cuando nos fuimos a Venecia¡±. En las fotos Matilde aparece con frecuencia junto a su hermana melliza, Pilar, su otro hermano y su padre. La madre pulsa un mensaje de audio. ¡°Mati me mand¨® en verano este mensaje, cantando. Somos todos del mismo mes y nos felicitaba. Ellas hab¨ªan cumplido 40 el 18 de agosto¡±.
Un refugio
Mientras Tensi muestra las fotos su marido ha entrado en el sal¨®n para saludar y despedirse a la vez. ?l no quiere hablar ni dar su nombre. Prefiere intimidad. Va todas las ma?anas al chal¨¦ donde vivieron hace unos a?os y que a¨²n conservan, y all¨ª se entretiene ordenando papeles; pero sobre todo all¨ª se refugia y escucha ¨®pera. Esta tarde tambi¨¦n llevar¨¢ a Pilar al psic¨®logo. ¡°Ella, aunque intenta seguir con sus clases de administrativo, est¨¢ desorientada. Est¨¢ sufriendo. Yo no voy, aunque me lo aconsejaron. Al psiquiatra fui un d¨ªa¡±, cuenta Tensi. ¡°Yo estaba congelada por dentro y no pod¨ªa llorar. Pero no necesito psic¨®logos. Tengo fe. Voy a la parroquia. El d¨ªa del funeral la iglesia estaba muy llena, recibo mucho apoyo. Tengo mis clases de yoga que practico desde hace a?os. El otro d¨ªa hicimos una actividad en grupo para mandarme energ¨ªa. Es muy duro esto. Le dio pu?aladas por la espalda. Todav¨ªa no nos dejan entrar en su casa¡±.
Habla de forma atropellada, de su hija, de sus recuerdos. Newton, el perro de Matilde, el ¨²nico que presenci¨® lo ocurrido, vive desde entonces con el matrimonio. ¡°Siempre creemos que esto sucede en otros hogares, no en los nuestros¡±, dice Tensi. Deja un momento la cazuela en la que est¨¢ preparando la comida y coge una carta de uno de los alumnos de Matilde: ¡°Gracias por tus horas extra, por ayudarme. Tu peque?o amigo peludo Newton, otras personas y yo no te olvidaremos¡±.?
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