Miles de inmigrantes ¡®encarcelados¡¯ para nada
Dos de cada tres extranjeros que pasaron en 2016 por los CIE quedaron en libertad
Dentro, Prakash no era Prakash. "22-13. Con esos n¨²meros me llamaban por megafon¨ªa. Era mi nombre all¨ª", afirma este nepal¨ª de 33 a?os, antes de darle un breve sorbo a la cocacola y volver a rememorar c¨®mo acab¨® 58 d¨ªas encerrado en el Centro de Internamientos de Extranjeros (CIE) de Aluche (Madrid). "Me detuvieron el 28 de noviembre de 2014. Iba andando al pol¨ªgono de Parla donde trabajaba. Recuerdo que era un d¨ªa lluvioso y que, al cruzar la autov¨ªa, unos polic¨ªas de paisano me pararon y me pidieron los papeles". A partir de entonces vivi¨® dos meses de reclusi¨®n, "miedo" y "sufrimiento" para nada. Porque, finalmente, qued¨® en libertad. Como ocurri¨® con el 71% de los 7.597 inmigrantes que pasaron por este tipo de instalaciones en 2016, seg¨²n los datos de Interior, a los que ha tenido acceso EL PA?S.
Serie de reportajes
Son 60 d¨ªas de reclusi¨®n y miedo para nada: por los siete Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE) pasaron 7.597 sin papeles en 2016. El 71% de ellos qued¨® en libertad, la prueba de que estos complejos, creados en 1985, incumplen su objetivo: "Detener y custodiar" a los inmigrantes para "garantizar" su expulsi¨®n. EL PA?S inicia este martes una serie de reportajes sobre estos pol¨¦micos centros, que enfrentan al Gobierno, ONG y partidos.
ESPECIAL | La reforma pendiente
?Dos a?os despu¨¦s de ese encuentro, sentado ya en una cafeter¨ªa de la capital, este nepal¨ª, casado y con un beb¨¦ de meses, subraya resignado que aquella ma?ana tambi¨¦n fue v¨ªctima de la "mala suerte". "Porque, ?y si hubiera pasado por all¨ª una hora antes?", se pregunta. "Tal vez, no habr¨ªa acabado encarcelado". Como les ocurri¨®, por ejemplo, al centenar de inmigrantes que el pasado octubre deambulaban por la estaci¨®n de autobuses de Motril (Granada). Tras alcanzar en patera la Pen¨ªnsula, la polic¨ªa los detuvo, pero despu¨¦s de 72 horas los dej¨® en libertad porque los CIE se encontraban completos. Sin m¨¢s.
En cambio, apenas un mes antes, un grupo de 45 extranjeros llegado a la isla de Tabarca (Alicante) acab¨® en el centro de internamiento de Barcelona. "De hecho, lo habitual es que los encierren", explica un miembro de Cruz Roja sobre estas escenas, a las que recurren las ONG para ejemplificar la "aleatoriedad" que domina el sistema dise?ado en Espa?a para recluir cada a?o a miles de sin papeles en este tipo de instalaciones. Un procedimiento dominado por automatismos policiales y jur¨ªdicos.
El objetivo no se cumple: el 71% de los internos no son expulsados
Los centros de internamiento se crearon en 1985, como recoge la legislaci¨®n, con el objeto de "detener y custodiar" a extranjeros para "garantizar su expulsi¨®n". Pero los propios datos del Ministerio del Interior evidencian c¨®mo estos complejos incumplen su finalidad y c¨®mo esta disfunci¨®n ha ido en aumento en la ¨²ltima d¨¦cada: de los?7.597 sin papeles que pasaron en 2016 por los siete centros que hay abiertos, solo se deport¨® al 29%. Frente al 41% de 2015, el 47% de 2014 y el 52% de 2013 ¡ªun porcentaje que en 2009 era del 70%¡ª. Por este motivo, las ONG denuncian que estas instalaciones se han convertido en la pr¨¢ctica en un instrumento "abusivo" para recluir inmigrantes aunque muchas veces se sabe que no podr¨¢n ser expulsados.
"Por ejemplo, el centro de Barranco Seco (Las Palmas de Gran Canaria) se usa como instrumento de distribuci¨®n; se mete all¨ª a los inmigrantes que llegan a la islas hasta decidir qu¨¦ hacer con ellos", recalca Andr¨¦s Garc¨ªa Berrio, abogado de la Campa?a Estatal para el cierre de los CIE. Barranco Seco solo expulsa al 0,6% de los internados. Un porcentaje que apenas se eleva en las instalaciones de Algeciras (15%), Tenerife (12%) y Barcelona (21,4%), seg¨²n los datos del Gobierno. Y solo los CIE de Madrid, Murcia y Valencia superan la media, con una cifra del 46%, 58% y 59%, respectivamente.
Ocho de cada diez son africanos
Distintas pr¨¢cticas policiales y judiciales ¡ªcomo el internamiento automatizado de los extranjeros arribados en patera a la Pen¨ªnsula¡ª han convertido los CIE en aut¨¦nticas c¨¢rceles de africanos. Seg¨²n los datos de Interior a los que ha tenido acceso EL PA?S, el 89,9% de los recluidos en estas instalaciones en 2016 proced¨ªan de dicho continente ¡ªel 57,2%, de pa¨ªses subsaharianos¡ª; frente al 4,3% de Am¨¦rica; un 3,3% de Europa y un 2,5% de Asia.
"Adem¨¢s, las identificaciones ¨¦tnicas siguen siendo una realidad en Espa?a", denuncia Karibu, una organizaci¨®n que atiende a los subsaharianos encerrados en el CIE de Madrid. "Hemos detectado, claramente, que a muchos de los encerrados all¨ª se les par¨® en la calle por su color de piel", afirma Carmen Echevarr¨ªa, coordinadora de visitas de este colectivo, que vuelve a remarcar la aleatoriedad del internamiento en estas instalaciones que, pese a que la legislaci¨®n espa?ola subraya que los CIE no tienen un "car¨¢cter penitenciario", funcionan como c¨¢rceles. Algunas, incluso, son antiguas prisiones: como el centro de Algeciras, que dej¨® de acoger a reclusos a principios de siglo "debido al estado del edificio", como denuncia el Sindicato Unificado de Polic¨ªa (SUP).
Los partidos, entre la reforma y el cierre
- PP. Los populares defienden la existencia de los CIE, pero por primera vez han reconocido que se debe impulsar una reforma que "garantice" que cumplan la "funci¨®n para la que nacieron". Seg¨²n afirm¨® Jos¨¦ Antonio Nieto, secretario de Estado de Seguridad, Interior ha encargado ya un plan de "mejora".
- PSOE. Los socialistas, aunque denuncian el estado de "abandono" de estas instalaciones y que existen casos de vulneraci¨®n de derechos, defienden que, "de momento, son necesarios". El principal partido de la oposici¨®n propone rehabilitar estos complejos e incrementar los controles para garantizar los derechos de los internos.
- Podemos. Este partido apuesta por el cierre de los CIE. "En estos centros se vulneran sistem¨¢ticamente los derechos m¨¢s b¨¢sicos de los recluidos. Son un aut¨¦ntico agujero negro de un Estado de Derecho".
- Ciudadanos. Este grupo quiere mantener estos centros y, para ello, apuesta por "modernizar" sus instalaciones, usar m¨®dulos de prisiones cerrados para alojar a internos y privatizar la gesti¨®n y la seguridad de los CIE, bajo tutela de la Polic¨ªa.
Demasiadas peticiones de internamiento y poco control
Al analizar los datos, la pregunta surge de inmediato: si no se expulsa ni a la mitad de los recluidos, ?qu¨¦ falla? Una primera respuesta se encuentra en una circular interna que emiti¨® la Direcci¨®n General de la Polic¨ªa en 2014. En ella se reconoc¨ªa la existencia de un "n¨²mero considerable de peticiones de internamiento, cuya situaci¨®n no siempre aconsejaba adoptar dicha medida". A ese factor se suma que, seg¨²n los datos de la Fiscal¨ªa General del Estado, los jueces y fiscales apenas frenan el 20% de los ingresos solicitados por los agentes.
Adem¨¢s, en ese escrito, la c¨²pula de las fuerzas de seguridad insist¨ªa a los polic¨ªas en que, antes de proponer el encierro en un CIE de un detenido, analizaran exhaustivamente el arraigo personal, los hijos menores a su cargo, las consecuencias que iba a tener la expulsi¨®n para ¨¦l y su familia; y las posibilidades reales que ten¨ªa la repatriaci¨®n de ser ejecutada. "Pero el arraigo no ha sido ¨®bice para que la polic¨ªa solicite la privaci¨®n de libertad y los jueces de instrucci¨®n la decidan", expone un estudio del Servicio Jesuita de Migrantes (SJM). "Ello puede responder a un d¨¦ficit de control judicial, que se limita a revisar los requisitos formales".
El 58% son reci¨¦n llegados en patera
En este informe, titulado Vulnerables, vulnerabilizados, se ofrecen m¨¢s detalles sobre el automatismo que domina el sistema. El 58% de los internados en 2015 lleg¨® en patera y, tras su detenci¨®n por la polic¨ªa, fueron trasladados a estos centros. A los CIE tambi¨¦n arribaron, hace dos a?os, 214 personas desde los Centros de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Ceuta y Melilla, centros en los que los inmigrantes mantienen la libertad. "En estos casos, cuando se traslada a sin papeles desde ambas ciudades a la Pen¨ªnsula, se mete en los CIE a aquellos que se piensa que podr¨¢n ser expulsados", explican fuentes policiales. "Y depende mucho de las nacionalidades".
A su vez, seg¨²n los datos recopilados por el Servicio Jesuita de Migrantes en base a sus visitas a m¨¢s de 500 recluidos en 2015, m¨¢s del 36% fue arrestado en la v¨ªa p¨²blica. "Solamente el 7% est¨¢ ingresado por una expulsi¨®n penal, dictada por un juzgado en sustituci¨®n de la prisi¨®n", destaca el estudio. Aunque estos datos son solo estimaciones estad¨ªsticas. Porque EL PA?S ha solicitado a Interior las cifras sobre el origen y el motivo del internamiento y el ministerio no las ha facilitado. A esto se suma que las autoridades no permiten el acceso de la prensa a los CIE y limitan la entrada de las ONG. D¨¢nae Garc¨ªa, integrante de SOS Racismo, denuncia el "oscurantismo" del Gobierno.
Resoluciones judiciales colectivas y menores internos
Agrippine (nombre ficticio), de 16 a?os, lleg¨® en patera a las costas andaluzas. Seg¨²n relata el SJM, pese a que se detect¨® que hab¨ªa sido v¨ªctima de trata, un juez decret¨® su ingreso en un CIE a trav¨¦s de un auto colectivo. "Hemos visto dict¨¢menes donde se resuelven internamientos de hasta 50 personas de golpe, con nula individualizaci¨®n de cada caso", apostilla otro informe del Servicio Jesuita de Migrantes.
Hay autos judiciales que dictan el internamiento de 50 personas de golpe
En uno de esos autos, al que ha tenido acceso EL PA?S y firmado por un magistrado de Motril en diciembre de 2015, se acuerda el ingreso de 39 personas interceptadas en una embarcaci¨®n y que fueron defendidas por un ¨²nico abogado de oficio. "Estas resoluciones son una aut¨¦ntica burla al derecho de defensa", sentencia Margarita Mart¨ªnez Escamilla, catedr¨¢tica de Derecho Penal de la Universidad Complutense de Madrid (UCM). "Adem¨¢s, se ha detectado falta de informaci¨®n a los letrados que los asisten as¨ª como dificultades para acceder al expediente personal de los internos", denuncia por su parte el Consejo General de la Abogac¨ªa
Todos estos factores han influido en los desajustes de los supuestos filtros, lo que se traduce en que por los CIE hayan pasado v¨ªctimas de trata; 19 menores en 2015, seg¨²n ha reconocido Interior a las ONG; y casi 200 solicitantes de asilo a los que ha admitido a tr¨¢mite su petici¨®n de protecci¨®n internacional, seg¨²n la memoria de este ministerio. Y, por supuesto, en que se haya internado a cientos de extranjeros que finalmente quedan libres y no son expulsados.
"Centros de castigo"
En los CIE conviven personas que tienen antecedentes penales con otras que no los tienen. El segundo grupo es mayor¨ªa. Aunque, cada vez que estos centros saltan a primera p¨¢gina, Interior se esfuerza en recalcar que la mitad de los recluidos tiene antecedentes policiales, ese dato es muy matizable. "Porque, para el ministerio [que no facilita datos al respecto], la mera tenencia de un decreto de expulsi¨®n es calificado como un antecedente policial", subraya un informe sobre estas instalaciones elaborado por cuatro universidades espa?olas ¡ªlas de Valencia, Barcelona, Valladolid y la Pontificia Comillas¡ª. Sobre esa idea incide el SJM, que apunta c¨®mo el 54% de los internos a los que atendieron en 2015 "carec¨ªan de antecedentes penales": "Y el 93% estaba all¨ª por razones puramente administrativas" ¡ªdato que avala el hecho de que el 58% acabe de llegar a Espa?a en patera; sin tiempo, por tanto, a cometer ning¨²n delito ni falta¡ª.
Creados en 1985, deb¨ªan "garantizar la expulsi¨®n" de extranjeros
"Al final, estos complejos se est¨¢n usando para lanzar un mensaje de castigo a los que entran: un aviso de que no les vamos a recibir tan f¨¢cilmente", asegura el abogado Garc¨ªa Berrio. "Desde luego, en los CIE existe siempre la sensaci¨®n de que se est¨¢ por mala suerte: de que se pas¨® por una calle cuando no se ten¨ªa que pasar, de que se cruz¨® una plaza que no se deb¨ªa¡". "Cuando preguntamos a los internos c¨®mo los detuvieron, muchos nos dicen que iban por las calle y los pararon al grito de 't¨², negro", contin¨²a Echevarr¨ªa.
Al nepal¨ª Prakash lo detuvieron en noviembre de 2014, cuando llevaba casi tres a?os en Espa?a. En enero de 2015 puso de nuevo un pie en la calle. "No hab¨ªa cometido ning¨²n delito. Y cuando sal¨ª hab¨ªa perdido mi trabajo y tard¨¦ casi 10 meses en encontrar otro. Viv¨ªamos de lo que ganaba mi mujer limpiando casas", relata al recordar aquellos d¨ªas de "c¨¢rcel" que a ¨¦l le parecieron a?os.
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