Vistalegre 2
La paradoja es que, aunque el PSOE prefiere a Errej¨®n, si este ganase muchos socialistas se pasar¨ªan a Podemos
Esta semana se juega el futuro del sistema pol¨ªtico espa?ol. De c¨®mo acabe el congreso de Podemos depende no s¨®lo la resoluci¨®n de su crisis interna sino tambi¨¦n las oportunidades de futuro de los dem¨¢s partidos de la izquierda espa?ola. Pues, si Podemos naufragase, el Partido Socialista recuperar¨ªa una cierta chance electoral, IU se quedar¨ªa colgada y las confluencias perder¨ªan su asidero estatal. De ah¨ª la trascendencia de un congreso crucial, en contraste con la previsible futilidad del coincidente certamen del PP.
Y lo cierto es que en Vistalegre 2 todo puede pasar. A pesar de los muchos meses de bombardeo medi¨¢tico con que se ha venido preparando el acontecimiento, las expectativas no podr¨ªan ser peores. El clima con que se aguarda su apertura recuerda a una pelea de patio de colegio donde la banda del mat¨®n en jefe acosa con una lluvia de golpes y burlas al inerme empoll¨®n de la clase, aparentemente destinado a ser sacrificado en p¨²blico en una pira funeraria. De ah¨ª el dramatismo que ha supuesto la carta de Luis Alegre, aparecida tras la espantada de Bescansa, donde se denuncia el feroz ciberbullying pol¨ªtico que la banda de los cuatro estar¨ªa aplicando a quienes no se plieguen a sus designios, sumariamente acusados de desviacionismo errejonista. Y todo ello enmarcado en un s¨ªndrome de persecuci¨®n inquisitorial que remeda las purgas de los mencheviques por los bolcheviques o de los trotskistas por los estalinistas.
Lo que est¨¢ en juego tras el ardor de la contienda es la pugna entre dos estrategias de acceso al poder. De un lado la propuesta moderada propugnada por Errej¨®n, que intenta emprender un viaje al centro del arco pol¨ªtico en busca del voto de ¡°los que faltan¡±: ese mill¨®n largo de desencantados con el PSOE e IU pero que tampoco se sienten atra¨ªdos por el matonismo de Iglesias. Y enfrente la propuesta rupturista del radicalismo oficialista, que pretende cavar trincheras en la sociedad civil para abrir conflictos sociales irreductibles. Si este fuera el dilema, ello revelar¨ªa dos formas de entender el objetivo de Podemos: o bien se trata de construir coaliciones mayoritarias capaces de gobernar, como pretende Errej¨®n, o bien se renuncia a ello para enclavarse en la oposici¨®n antisistema monopolizando el liderazgo de la izquierda, como sostiene Iglesias.
Y aqu¨ª surge una interesante contradicci¨®n, y es que el Partido Socialista no sabe ocultar sus simpat¨ªas y preferencias por la opci¨®n de Errej¨®n, con el que podr¨ªan negociarse coaliciones mutuamente beneficiosas. Pero, si en efecto ganase Errej¨®n, no hay duda de que multitud de electores socialistas, incapaces de confiar en S¨¢nchez, L¨®pez o D¨ªaz, se sentir¨ªan atra¨ªdos como un im¨¢n por el voto a Podemos. Y, por eso, lo mejor para retener a los votantes socialistas ser¨ªa que triunfara Iglesias y purgase al errejonismo, que es lo que probablemente va a pasar. As¨ª se abrir¨ªa la posibilidad de que alg¨²n d¨ªa Errej¨®n ingresara en el PSOE y luchase por su secretar¨ªa general. ?No caer¨¢ esa breva!
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