La d¨¦bil identidad nacional frena los partidos populistas de derecha en Espa?a
Un estudio del Instituto Elcano indica que el pasado autoritario y nacionalista act¨²a como una vacuna
Espa?a es diferente. Lo es todav¨ªa, 55 a?os despu¨¦s de que el entonces ministro de Turismo, Manuel Fraga, relanzara este eslogan frente al resto de Europa, que consideraba Espa?a un pa¨ªs descolgado de su ritmo y sus acontecimientos. Tambi¨¦n ahora constituye una excepci¨®n respecto al comportamiento pol¨ªtico general, aunque hoy con un car¨¢cter m¨¢s positivo.
El ascendente apoyo electoral que en Europa concitan los partidos populistas, antieuropeos, xen¨®fobos y antiglobalizaci¨®n no germina al sur de los Pirineos, a pesar de concurrir los mismos ingredientes que en el resto de pa¨ªses: desigualdad, alta inmigraci¨®n y descr¨¦dito de la clase pol¨ªtica, seg¨²n un estudio del Instituto Elcano. Es la principal conclusi¨®n de esta investigaci¨®n enmarcada en el proyecto europeo que coordina el think tank brit¨¢nico Demos sobre los temores de la poblaci¨®n y la extensi¨®n de los populismos en Europa.
El trabajo, The Spanish Exception: Unemployment, inequality, but no right-wing populist parties, realizado por la investigadora Carmen Gonz¨¢lez-Enr¨ªquez, verifica que, a pesar de compartir las dificultades que en la mayor parte de los pa¨ªses de Europa alimentan estas opciones pol¨ªticas, en Espa?a no arraigan partidos como el Front National franc¨¦s.
Espa?a ha experimentado los tres casos particularmente asociados con el auge del populismo de derecha: corrupci¨®n pol¨ªtica, crisis econ¨®mica y preocupaci¨®n por la inmigraci¨®n. Entre 1996 y 2007, espoleada por la burbuja inmobiliaria, recibi¨® un masivo flujo de inmigrantes que en 2012 alcanz¨® los 6,76 millones. Mientras que en 1998 apenas supon¨ªan el 3% de la poblaci¨®n, en 2012 ya eran el 14%, una cifra que se mantuvo en los siguientes a?os.
La mayor¨ªa proven¨ªa de pa¨ªses m¨¢s pobres y ocup¨® trabajos de baja cualificaci¨®n. Entre 2000 y 2009 Espa?a recibi¨® la mitad de todos los migrantes de la Uni¨®n Europea de los 15. Ning¨²n otro pa¨ªs de la zona experiment¨® tan intenso y r¨¢pido proceso de inmigraci¨®n en los tiempos actuales, seg¨²n consigna el estudio.
El estallido de la burbuja inmobiliaria en 2007 precipit¨® la crisis financiera (antes que en el resto de Europa) y en los siguientes a?os se destruyeron m¨¢s de tres millones de puestos de trabajo: la tasa de desempleo pas¨® del 8% al 26%. Los inmigrantes y los nativos con baja cualificaci¨®n profesional fueron los m¨¢s afectados. Los ¨²ltimos datos fijan el desempleo de los nacidos en el extranjero en el 27% frente al 19% de los nativos. La crisis ha provocado un perceptible crecimiento de la pobreza y la desigualdad.
M¨¢s proeuropeos que la media
A diferencia de lo que est¨¢ ocurriendo en otros pa¨ªses de la regi¨®n, el estudio del Instituto Elcano revela que los espa?oles no culpan de estos males a la Uni¨®n Europea. Solo el 10 % de los espa?oles es partidario de abandonar la UE, frente al 22% de los franceses, el 16% de los alemanes o el 25% de los suecos.
Los Eurobar¨®metros manejados por la investigadora Gonz¨¢lez-Enr¨ªquez muestran que los espa?oles se sienten m¨¢s proeuropeos que la media, a pesar de que la crisis ha elevado el sentimiento contrario a la UE. Este europe¨ªsmo, ¡°se presenta no solo como una identificaci¨®n cultural con Europa sino tambi¨¦n como simpat¨ªa por la UE como proyecto pol¨ªtico".
Ese deterioro tambi¨¦n ha tenido su reflejo en la pol¨ªtica y, por extensi¨®n, en toda clase de instituciones p¨²blicas, nacionales, europeas o internacionales. Los efectos de la crisis, seg¨²n el documento, han sido exacerbados por las pr¨¢cticas corruptas de los principales partidos, PP, PSOE o Converg¨¨ncia Democr¨¤tica. En datos del Eurobar¨®metro de 2014, el 91% de los espa?oles no confiaba en los partidos (13 puntos m¨¢s que la media europea) y el 69% no estaban satisfechos con el sistema democr¨¢tico (21 puntos sobre la media europea).
Mientras Podemos, ¡°todav¨ªa oscilando entre un perfil populista e izquierdista¡±, ha sido el principal beneficiario del malestar que eclosion¨® en el 15-M, nada similar ha ocurrido con los votantes de derecha que han sufrido el impacto de la crisis como los comerciantes y propietarios de peque?os negocios afectados por la p¨¦rdida de poder adquisitivo y la ca¨ªda del consumo, en competici¨®n con grandes superficies y comercios abiertos por inmigrantes.
Apenas peque?as respuestas como la aparici¨®n de alguna ONG como la llamada Hogar Social Ramiro de Ledesma, conectada a Falange Espa?ola e inspirada en el griego Amanecer Dorado, que proporciona comida, ropa y alojamiento solo a ciudadanos espa?oles.
Los altos niveles de inmigraci¨®n, la crisis econ¨®mica y la baja confianza pol¨ªtica (con el debilitamiento del bipartidismo) constituyen la tormenta perfecta del populismo. Sin embargo, y a pesar de las horas bajas del PP (entre 2011 y 2015 perdi¨® 3,8 millones de votos), en Espa?a ning¨²n grupo ha absorbido electoralmente ese descontento.
Gonz¨¢lez-Enr¨ªquez sit¨²a la explicaci¨®n a la ausencia de un populismo de derecha como reacci¨®n a la crisis en ¡°la particular relaci¨®n de Espa?a con la identidad nacional¡±. Esa identidad es ¡°relativamente d¨¦bil¡±, seg¨²n los sondeos del Eurobar¨®metro. El ¨²ltimo dato citado en el estudio, de oto?o de 2015, indica que Espa?a est¨¢ 4 puntos por debajo de la media de la UE en sentimiento de apego a su pa¨ªs, mientras que la excede con 7 cuando se trata de afecto a la UE.
Abuso de los s¨ªmbolos nacionales
Las causas, apunta el informe, pueden deberse a la herencia de la dictadura militar del general Franco, algo que han debatido de forma extensiva historiadores, soci¨®logos y expertos de la ciencia pol¨ªtica. Durante ese per¨ªodo los espa?oles admiraron los logros de los pa¨ªses europeos, sus libertades pol¨ªticas y conquistas materiales. Esa experiencia, apunta el estudio, acentu¨® el complejo de inferioridad de los espa?oles, ya deteriorado a partir del desastre del 98 con la p¨¦rdida de Cuba y Filipinas.
La autora del estudio considera que ¡°un largo pasado autoritario y nacionalista act¨²a en el presente como una vacuna contra los partidos de extrema derecha¡±. Gonz¨¢lez-Enr¨ªquez incluye en esta misma excepci¨®n a Portugal: ¡°Ambos pa¨ªses han sido inmunes hasta ahora a esta oleada de partidos populistas de derecha, a pesar de la dura crisis econ¨®mica y pol¨ªtica que han sufrido¡±.
El r¨¦gimen de Franco abus¨® de la ret¨®rica nacionalista y cat¨®lica y de los s¨ªmbolos nacionales. Present¨® a Espa?a como una reserva espiritual de valores en un mar de corrupci¨®n de pa¨ªses materialistas y ego¨ªstas, acechada por una conspiraci¨®n de jud¨ªos masones y comunistas. La investigaci¨®n, bas¨¢ndose en trabajos de historiadores y soci¨®logos, apunta que ese uso abusivo de s¨ªmbolos nacionales y de referencias a la identidad nacional caus¨® ¡°un contramovimiento que todav¨ªa persiste¡±.
¡°La oposici¨®n democr¨¢tica al r¨¦gimen rechaz¨® la exhibici¨®n de s¨ªmbolos nacionales, la bandera y el himno, y el nacionalismo espa?ol estuvo completamente ausente de sus discursos. En su lugar, mir¨® hacia Europa¡±, se?ala la investigadora: ¡°Democratizaci¨®n, modernizaci¨®n y europeizaci¨®n fueron vistas como tres partes de un mismo proceso¡±.
A ello, la autora a?ade la eclosi¨®n entre finales de los setenta y principios de los ochenta de los movimientos nacionalistas perif¨¦ricos, ¡°principalmente en Catalu?a y el Pa¨ªs Vasco, pero tambi¨¦n en Galicia, Valencia, Canarias y Andaluc¨ªa¡±. El apoyo ¡°entusiasta¡± de la izquierda a estos movimientos durante la Transici¨®n y varias d¨¦cadas despu¨¦s, present¨¢ndolos como ¡°liberadores y fuerzas progresistas¡±, seg¨²n Gonz¨¢lez-Enr¨ªquez, ¡°ha contribuido a llevar m¨¢s lejos la debilidad de la identidad nacional espa?ola¡±.
Con todo, el estudio se?ala que el orgullo nacional espa?ol creci¨® tras la entrada del pa¨ªs en la UE en 1986. Y a finales de los a?os noventa se fortaleci¨® a¨²n m¨¢s con una d¨¦cada de s¨®lido crecimiento econ¨®mico. Pero declin¨® r¨¢pidamente a partir de 2007 con la crisis econ¨®mica y los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n de acuerdo con los datos que recoge el Eurobar¨®metro en 2002 (en pleno crecimiento econ¨®mico) y en 2015.
El informe destaca la cultura de los espa?oles es ¡°especialmente favorable a la Uni¨®n Europea, a la globalizaci¨®n y a la convivencia con individuos de otras culturas¡±. Pero pese a que los niveles de aceptaci¨®n de los inmigrantes ¡°aumentaron sustancialmente¡± desde 2002, no esconde la preocupaci¨®n que despierta la inmigraci¨®n en Espa?a. Un 74% considera que el n¨²mero de inmigrantes es demasiado alto y un 41% no descarta la posibilidad de votar a un partido que defendiera posturas contrarias a la inmigraci¨®n. El 77% tambi¨¦n considera que los espa?oles deber¨ªan tener prioridad en el mercado laboral, aunque solo una minor¨ªa, el 3%, menciona la inmigraci¨®n como uno de los problemas importantes del pa¨ªs.
Poco espacio m¨¢s all¨¢ del PP
Carmen Gonz¨¢lez-Enr¨ªquez coteja el escaso atractivo electoral que ha tenido la extrema derecha en Espa?a desde el principio de la democracia. Cita el trabajo de Xavier Casals Meseguer sobre la transformaci¨®n de la ultraderecha espa?ola, que no se vio afectada por la ola de renovaci¨®n ideol¨®gica que modific¨® la naturaleza de los partidos similares en otros pa¨ªses europeos en los a?os sesenta como consecuencia de la descolonizaci¨®n o de la revoluci¨®n cultural de 1968.
En Espa?a el discurso de la extrema derecha, heredera de Falange Espa?ola, ¡°qued¨® obsoleto¡± en 1977, ¡°sin resonancia entre la poblaci¨®n espa?ola, que la vio como una reliquia de la Guerra Civil¡±. Mientras tanto, Alianza Popular, ¡°un partido de ley y orden¡± ideol¨®gicamente pr¨®ximo al franquismo, acept¨® al menos formalmente las reglas b¨¢sicas de la democracia liberal, ¡°dejando poco espacio para otros partidos de derecha¡±.
La extrema derecha se sinti¨® desconcertada por la transici¨®n a la democracia y no pudo reaccionar, dividi¨¦ndose en varios grupos que se reclamaban los verdaderos herederos de Falange Espa?ola y perdiendo un posible liderazgo com¨²n. Sus votantes, gradualmente fueron huyendo hacia Alianza Popular (el predecesor del Partido Popular) o la abstenci¨®n. En las ¨²ltimas dos d¨¦cadas apenas ha rozado el 0,5% en las elecciones.
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