Solo cinco comunidades han interconectado la receta electr¨®nica
15 a?os despu¨¦s del fin de las transferencias, las lindes auton¨®micas a¨²n son una barrera sanitaria
El mi¨¦rcoles pasado, la ministra de Sanidad, Dolors Montserrat, ante una pregunta parlamentaria, dio el dato positivo de que la Comunidad Valenciana se hab¨ªa incorporado al grupo de las autonom¨ªas que hab¨ªan interconectado sus sistemas de receta electr¨®nica. O, visto desde el punto de vista del usuario, que un ciudadano de Valencia podr¨ªa recoger los f¨¢rmacos que tiene prescrito fuera de su regi¨®n sin problema. Pero eso solo es cierto si esa persona viaja a Castilla-La Mancha, Navarra, Canarias y Extremadura. Para el resto de ubicaciones, los lindes de auton¨®micos son aut¨¦nticas barreras que impiden una atenci¨®n fluida, y que pueden dificultar el seguimiento de tratamientos, por ejemplo de enfermos cr¨®nicos que pasan temporadas fuera de su residencia habitual.?
Eso quiere decir que aproximadamente solo uno de cada cinco habitantes de Espa?a (m¨¢s exactamente, el 21%) tiene la posibilidad de usar sus recetas fuera de su comunidad (9,8 de los 46,5 millones de poblaci¨®n que da el INE), aunque la cifra podr¨¢ aumentar pronto, porque Galicia y Arag¨®n est¨¢n ya cerca de unirse, dijo Montserrat. La interoperabilidad es el principal problema, porque seg¨²n los datos que dio la ministra el 87% de la poblaci¨®n tiene ya disponible el sistema de receta electr¨®nica dentro de su comunidad.
La otra gran pata de la comunicaci¨®n entre comunidades, la historia cl¨ªnica electr¨®nica, est¨¢ m¨¢s retrasada. Cubre ya al 77% de las personas con tarjeta sanitaria, afirm¨® la ministra, pero, de nuevo, solo dentro de su comunidad. Y, en muchos casos, con implantaciones parciales. Por ejemplo, en Madrid, el ¨¢rea que est¨¢ referenciada al hospital Jim¨¦nez D¨ªaz, del grupo IDC Salud, tiene una historia cl¨ªnica que no se comunica con la de otros hospitales p¨²blicos.?
La interconexi¨®n va con mucho retraso. En 2009 el Gobierno aprob¨® una iniciativa para impulsarla que dec¨ªa estar operativa en dos a?os, pero todav¨ªa no se ha conseguido. Tampoco es una realidad esa comunicaci¨®n entre pa¨ªses de la Uni¨®n Europea, que se propuso en 2008.
La llamada e-Salud o clbersalud lleva a?os en boca de todos los gestores sanitarios, pero el fin de las transferencias sanitarias hace 15 a?os (el Insalud desapareci¨® en enero de 2002) dej¨® unas cicatrices territoriales que a¨²n perduran. Como ejemplific¨® la ministra de Sanidad de entonces, Ana Pastor, en una reuni¨®n con periodistas para explicarles el proceso, lo primero que hicieron las comunidades que recibieron el encargo de gestionar la sanidad, aparte de pedir dinero, fue crear sus propias tarjetas con sus escudos, sus banderas y su propio sistema inform¨¢tico detr¨¢s. ?
Montserrat circunscribi¨® la total compatibilidad e interconexi¨®n de los sistemas en un futuro pacto de Estado por la Sanidad, que han pretendido todos los Ejecutivos desde 2002, y que ni el ministerio ni el Congreso han conseguido sacar adelante hasta ahora.
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