Carreras, el militar que vend¨ªa fusiles de asalto por correo
Un subteniente del Ej¨¦rcito pilot¨® una red secreta que distribuy¨® ilegalmente armas a empresarios y polic¨ªas espa?oles
Cuando el subteniente del Ej¨¦rcito de Tierra Francisco Carreras recib¨ªa un sms en su m¨®vil con el texto ¡°El problema es el PP en el Gobierno¡±, el destinatario confirmaba que ya ten¨ªa el cat¨¢logo. Con un sistema de comunicaci¨®n codificado, al¨¦rgico a Internet y centrado en el correo ordinario, Carreras -un militar en la reserva de 58 a?os- teji¨® una red secreta de compraventa de armas y munici¨®n. Su estructura oper¨® supuestamente durante 25 a?os.
Empresarios, polic¨ªas y pol¨ªticos tocaron a la puerta ¨Cal apartado de correos, para ser precisos- de este funcionario nacido en Zaragoza que manej¨® en silencio su negocio entre las paredes de un piso de Alcal¨¢ de Henares (Madrid). Desde all¨ª, el subteniente coordin¨® supuestamente decenas de env¨ªos que nutrieron de granadas, subfusiles y pistolas las armer¨ªas ilegales de espa?oles an¨®nimos. Los precios del il¨ªcito supermercado oscilaron entre los 800 euros de una pistola a los 6.000 de un fusil de asalto austriaco AUG.
EL PA?S ha tenido acceso a la contabilidad y correspondencia confidencial que Carreras intercambi¨® desde 1993 con sus clientes. Misivas donde informaba de los importes, la disponibilidad de la mercanc¨ªa y las contrase?as a emplear para despistar el radar de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. Las cartas, siempre a mano, revelan el celo de este militar por mantenerse en la zona de sombra. ¡°Ni tel¨¦fono, ni email, ni correo certificado son seguros. Lo m¨¢s viable es el correo ordinario¡±, advert¨ªa a sus clientes para justificar su primitivo m¨¦todo de trabajo.
La transacci¨®n comenzaba con el env¨ªo del cat¨¢logo. En enero de 2005, un candidato del PP de C¨¢lig (Castell¨®n, 2.000 habitantes) recibi¨® un sobre de Carreras con las ofertas: un fusil de asalto del Ej¨¦rcito austriaco, 2.400 euros. Otros dos subfusiles: 1.800 y 2.100. El comprador deb¨ªa? llamar despu¨¦s por tel¨¦fono para especificar cu¨¢l de las tres opciones seleccionaba. La respuesta se transmit¨ªa en clave. Austriaco, Zaragoza y d¨¢lmata eran los t¨¦rminos para referirse a cada una de las armas. El cliente, tras realizar la transferencia bancaria, recib¨ªa un paquete por mensajer¨ªa r¨¢pida, seg¨²n un informe del Servicio de Asuntos Internos de la Guardia Civil.
El mando ofreci¨® a un candidato del PP de C¨¢lig (Castell¨®n) dos subfusiles
Carreras utiliz¨® tambi¨¦n este sistema en noviembre de 2004 para ofrecer un subfusil con dos cargadores a un empresario de la construcci¨®n del pol¨ªgono industrial Puente Alto de Orihuela (Alicante). El arma se vend¨ªa por 2.000 euros y ¡°Seat 600¡± fue la contrase?a fijada para activar la operaci¨®n.
El g¨¦nero tambi¨¦n se entregaba a domicilio. Un constructor de Segovia con dos firmas que suman 17 empleados eligi¨® esta opci¨®n para hacerse con una pistola. El precio: 1.800 euros (transporte incluido). Carreras se desplaz¨® en coche en abril de 2015 a la ciudad del acueducto para facilitar esta arma ¡°apta para el uso¡±. La conversaci¨®n revela que el rev¨®lver era para un tercero. ¡°Que la pruebe y repruebe, m¨¢s r¨¢pido, m¨¢s despacio,¡con un cargador, que ¨¦l se sienta seguro y tire, ?eh?¡±, aconsej¨® el subteniente.
El inspector quer¨ªa un AK-47
Un inspector de polic¨ªa local de un municipio de Tarragona de m¨¢s de 30.000 habitantes solicit¨® a Carreras en agosto de 1993 cargadores y un ca?¨®n para su fusil de asalto. ¡°Lo m¨ªo es la colecci¨®n de ¡®hierros¡¯ largos pues son menos comprometidos y, adem¨¢s, me decoran. As¨ª que ya sabes, cualquier oferta en este sentido es buena y digna de tener en consideraci¨®n¡±, indic¨® el agente en una carta mecanografiada donde inclu¨ªa el n¨²mero de tel¨¦fono del chal¨¦ donde iba a pasar las vacaciones. La misiva mostraba adem¨¢s la ofuscaci¨®n del polic¨ªa por no poder reunir la suma necesaria para adquirir un fusil de asalto sovi¨¦tico AK-47.
La disponibilidad de mercanc¨ªa, como las cosechas, variaba seg¨²n el a?o. 2006 fue una buena a?ada a tenor de la correspondencia. Ese abril, Carreras ofreci¨® presuntamente a un empresario hostelero de Zaragoza que lleg¨® a manejar dos firmas de restauraci¨®n y una inmobiliaria siete armas. El muestrario incluy¨® un fusil de combate por 2.200 euros. Cada pieza ten¨ªa una letra asignada y el comprador deb¨ªa enviar un sms al m¨®vil del subteniente con su elecci¨®n. De nuevo, se extremaron las medidas de seguridad. ¡°Para hablar te llamar¨¦ al fijo desde una cabina. Es algo m¨¢s seguro que el m¨®vil¡±, coment¨® el militar, que en otra carta advert¨ªa: ¡°Le quitaremos un cero [a los precios] para que parezcan cosas m¨¢s insignificantes¡±.
En paralelo a la compraventa, el subteniente y el empresario de Zaragoza se dedicaron presuntamente a manipular armas inutilizadas para que volvieran a funcionar, seg¨²n un informe in¨¦dito de la Guardia Civil. El documento sostiene que ambos borraban los n¨²meros de serie de las pistolas para facilitar su colocaci¨®n en el mercado negro.
El subteniente fue arrestado en mayo de 2015 y, tras permanecer en prisi¨®n, se encuentra en libertad a la espera de juicio. El Juzgado n¨²mero dos de Alcal¨¢ de Henares le imputa los presuntos delitos de tr¨¢fico y dep¨®sito de armas. El militar guardaba su arsenal en dos trasteros en la calle El Cristo de Meco (Madrid) y en el pol¨ªgono industrial Santa Rosa de Alcal¨¢ de Henares, seg¨²n la investigaci¨®n. Almacenaba en estos refugios 27 armas de guerra, 42 pistolas, 22 silenciadores y 42.538 cartuchos. Tambi¨¦n, dos granadas y una mina contra carros, seg¨²n el instituto armado.
Carreras niega que se dedicara a rehabilitar armas inservibles. Se presenta como un coleccionista de piezas ¡°perfectamente desactivadas¡±. ¡°No hay ni una sola prueba contra m¨ª¡±, explica por tel¨¦fono a EL PA?S. El funcionario atribuye los contundentes informes de la Guardia Civil a una maniobra urdida por supuestas y pestilentes alcantarillas del Estado para evitar el ascenso a general de un coronel amigo. Respecto a las entregas de mercanc¨ªa, como la de Segovia, dice: ¡°Fue un arma de 1850, como la de El algarrobo¡±.?
El mando niega adem¨¢s ser el cabecilla de un suculento negocio de compraventa de armas. Y sostiene que las anotaciones para abrir una cuenta en un para¨ªso fiscal que los investigadores hallaron en su cuaderno no responden a una estrategia de lavado de capitales. ¡°Un amigo me explic¨® c¨®mo abrir una cuenta en Suiza. Por eso lo apunt¨¦. Nada m¨¢s¡±, zanja este siempre educado militar.
investigacion@elpais.es
Tent¨¢culos en Suiza, Francia y Alemania
El subteniente del Ej¨¦rcito de Tierra Francisco Carreras tiraba de agenda para conseguir su mercanc¨ªa. Sus contactos combinaban proveedores nacionales con conexiones en Suiza, Alemania y Francia. Uno de sus suministradores de "hierros" fue un ciudadano de Getxo (Vizcaya). As¨ª lo confirma una carta remitida por este vendedor que le ofert¨® una pistola italiana Glisenti por 1.600 euros. Tambi¨¦n, un subfusil Star Z-70 por 2.250 euros.
En el peque?o municipio catal¨¢n de Cabrils (7.000 habitantes) resid¨ªa otro de los supuestos proveedores del subteniente. Un empresario que inform¨® al militar en febrero de 2008 de un posible corte del suministro porque su fuente ¨C¡°un chico de Par¨ªs¡±- acaba de salir de prisi¨®n y le hab¨ªan incautado tres ametralladoras AA52 robadas del Ej¨¦rcito. El empresario anim¨® al subteniente espa?ol a ponerse en contacto directamente con el proveedor a trav¨¦s de un c¨®digo postal que coincide con un n¨²mero de la calle Cardinal Mazarin, en el municipio galo de Belfort.
La munici¨®n llegaba del extranjero. En uno de los cuadernos incautados, se puede leer una carta remitida a un ciudadano llamado Friedrich G. residente en la ciudad alemana de Bad Hersfeld. El subteniente se interesa por comprarle cartuchos en una feria en Walenstadt (Suiza). Y pide un descuento del 20 %. El a?o anterior, recuerda el militar, este proveedor ya le rebaj¨® un 15 %. Friedrich remiti¨® en octubre de 2012 un correo electr¨®nico al subteniente con una sugerencia: "Por favor, env¨ªame tu respuesta por carta postal. En Alemania, y creo que en toda la Uni¨®n Europea, controlan los emails".
investigacion@elpais.es
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