200 familias bajo el riesgo de un alud de lodo
Una urbanizaci¨®n levantada en Arcos de la Frontera ha sido desalojada por sus vecinos
Urbanizaci¨®n de nueva construcci¨®n con vistas al monumento natural de la Pe?a de Arcos, zonas ajardinadas, plazas de garaje y buena conexi¨®n con el pueblo y el resto de la provincia de C¨¢diz. El reclamo no pod¨ªa ser m¨¢s apetitoso y, en plena burbuja inmobiliaria, no tard¨® en encontrar novios. A Francisco Marchante le pareci¨® una buena inversi¨®n para los ahorros de toda una vida de trabajo y se compr¨® un bajo por 105.000 euros en la ¨²ltima promoci¨®n.
Desde finales de los a?os 90 hasta 2005, m¨¢s de 200 familias se mudaron a la urbanizaci¨®n de La Verbena. Marchante fue uno de los ¨²ltimos en llegar. Y tambi¨¦n de los primeros en tenerse que marchar. En 2006 aparecieron las primeras grietas; en septiembre 2009, los t¨¦cnicos del Ayuntamiento desalojaron su edificio. La inclinaci¨®n de la promoci¨®n pon¨ªa en serio riesgo la integridad de Marchante, su mujer y otras 21 familias. Fueron los primeros damnificados de una ladera que se desliza bajo los pies de esta barriada de Arcos y atenaza a los 200 vecinos que a¨²n viven all¨ª, aterrorizados con la idea de que sus edificios sucumban ante los constantes corrimientos del subsuelo.
La Verbena ya no es tan id¨ªlica: hay grietas visibles en aceras y calzadas, calles cortadas y jardines abandonados. En la zona baja de la barriada, el paisaje lo domina la fase en la que Marchante viv¨ªa. Los cimientos se han hundido por los extremos y la junta de dilataci¨®n entre los dos edificios que componen la promoci¨®n ya supera el metro de distancia en la parte alta. Una alambrada la rodea ante su evidente estado de ruina, pero consigui¨® una llave: ¡°Me dijeron que no pod¨ªa entrar, ?c¨®mo no voy a poder pasar si esta es mi casa?¡±. En el interior de un sal¨®n tan escorado que produce mareos, se?ala grietas en las que cabe un pu?o, techos ca¨ªdos y puertas desencajadas. ¡°Ech¨¦ el dinero de mi jubilaci¨®n, mis ahorros, y mira ahora, todo est¨¢ perdido. Te puedes imaginar mi mujer c¨®mo est¨¢¡±, reconoce el gaditano, de 72 a?os.
Marchante vive en un piso de arrendado mientras se solventa su situaci¨®n. ¡°Hay quien est¨¢ pagando a la vez la hipoteca y el alquiler de otra vivienda, el que se ha tenido que ir a vivir a casas de familiares. La situaci¨®n es muy desesperada¡±, reconoce Germ¨¢n M¨¢rquez, portavoz de los vecinos afectados y arquitecto t¨¦cnico. Cada vez que llueve, las tierras arcillosas que componen la ladera donde est¨¢ edificada la urbanizaci¨®n se deslizan y los edificios se hunden e inclinan. M¨¢rquez a¨²n vive en la zona, aunque no sabe por cu¨¢nto tiempo. ¡°Esto se nos puede ir de las manos en cualquier momento. Despu¨¦s de un invierno de lluvias como ¨¦ste, yo me he hecho a la idea de que mi familia y yo tendremos que salir de aqu¨ª cualquier d¨ªa¡±, reconoce, mientras se?ala los pilares del garaje de su edificio. Cuando la iluminaci¨®n se apaga, se aprecia la luz que se cuela por una grieta que llega hasta la azotea.
M¨¢rquez tiene la sensaci¨®n de que su desesperada situaci¨®n es solo una muestra ¡°de lo que es Espa?a¡±. Cuenta que, aunque en los a?os 60 ¡°el entonces Ministerio de Vivienda descart¨® construir en la ladera por el riesgos que supon¨ªa¡±, en 1994 el Ayuntamiento de entonces, gobernado por el Partido Popular, calific¨® el suelo como urbanizable. No tardaron en aparecer promotoras interesadas en construir viviendas de renta libre. Todo el proceso fue aparentemente legal, ¡°pero ni los seguros, ni los bancos, ni las promotoras quieren hacerse cargo¡±, relata el portavoz. De hecho, los 22 vecinos de la promoci¨®n desalojada ya han perdido dos juicios contra la promotora y el arquitecto que construy¨® sus viviendas.
En primera instancia, el Juzgado 2 de Arcos determin¨® que los da?os en su promoci¨®n no se deb¨ªan a defectos constructivos o de cimentaci¨®n, sino a unos deslizamientos en el terreno a 20 ¨® 30 metros de profundidad ¡°dif¨ªcilmente predecibles¡±. Sin embargo, la justicia tambi¨¦n dej¨® claro que el Ayuntamiento nunca debi¨® permitir la construcci¨®n del edificio en la ladera oeste de Arcos, una zona que ya hab¨ªa demostrado con anterioridad su inestabilidad. ¡°Cometimos el error de ir solo contra la promotora, en vez de denunciar a todas las partes implicadas¡±, reconoce Marchante ante una v¨ªa judicial que ya consideran agotada. No ocurre as¨ª con el resto de vecinos que viven en la zona, que a¨²n no descartan emprender nuevas medidas legales, como reconoce M¨¢rquez.
Depender¨¢ de que las intenciones pol¨ªticas se conviertan en hechos. El alcalde de la localidad, el socialista Isidoro Gamb¨ªn prometi¨® en su campa?a de 2015 dar una soluci¨®n a los vecinos de La Verbena. Ahora, Gobierno central, Junta de Andaluc¨ªa, Diputaci¨®n de C¨¢diz y Ayuntamiento se han comprometido verbalmente a financiar un proyecto de m¨¢s de 5 millones para detener el avance de la ladera. Con esa inversi¨®n se realizar¨¢n inyecciones en el subsuelo que solidifiquen las arcillas en movimiento y se recuperar¨¢ la estabilidad de la promoci¨®n desalojada. Ahora, falta el convenio que determine los porcentajes de financiaci¨®n de cada Administraci¨®n. ¡°S¨¦ que viven con una preocupaci¨®n terrible, cuando llueve no duermen tranquilos¡±, explica el regidor.
Gamb¨ªn dice que no quiere convertir el problema de los vecinos en un arma pol¨ªtica arrojadiza, pero tambi¨¦n aclara: ¡°Todos conocemos en Arcos que era una zona con movimientos¡±. De hecho, La Verbena es la punta del iceberg de unos deslizamientos que afectan a una franja de un kil¨®metro del pueblo, donde existen edificaciones desde los a?os 60. Urbanizaciones como el Cerro de la Reina o Pueblos Blancos est¨¢n tambi¨¦n afectadas; en total, unas 900 familias. Sin embargo, sus viviendas no presentan un estado tan delicado como el de La Verbena.
M¨¢rquez recuerda c¨®mo en 2012 la Junta de Andaluc¨ªa ya invirti¨® m¨¢s dos millones en detener el avance de la ladera. Lo hizo justo en la zona baja, cerca de la promoci¨®n m¨¢s afectada. ¡°Pero como no se sigui¨® actuando, toda la ladera sigue desliz¨¢ndose y empujando esa zona ya solidificada¡±, a?ade el arcense. A su lado, Antonio Gil, de 80 a?os, se une a la conversaci¨®n. En 2006, invirti¨® todos sus ahorros para disfrutar de la jubilaci¨®n en su pueblo, despu¨¦s de trabajar en Barcelona. Lleg¨® justo el a?o en el que aparecieron las primeras grietas y ahora su casa ¡°no vale ni un 40% de lo que cost¨®¡±. ¡°Todo est¨¢ deteriorado, los garajes se inundan, mi casa est¨¢ llena de grietas. Se me cae el cielo encima de pensar en lo que he invertido mi dinero¡±, a?ade Gil. El anciano tan solo espera que las ¨²ltimas promesas pol¨ªticas no se queden solo en eso: ¡°La Verbena es como un enfermo en una mesa de operaciones. Si la operaci¨®n se queda a medias, se muere. Ser¨ªa una verg¨¹enza que algo as¨ª ocurriese¡±.
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