No eduques a tus hijos por lo que ves en Facebook
As¨ª de f¨¢cil es hacer un viral con informaci¨®n dudosa sobre la educaci¨®n de los ni?os
Peppa Pig provoca autismo. Lo dice la Universidad de Harvard, seg¨²n la web Porqu¨¦ no se me ocurri¨® antes. La noticia se ocult¨®, seg¨²n dicen, por ¡°la popularidad del programa, pero el internet ayud¨® a difundir sus resultados¡±. M¨¢s de 629.000 personas lo compartieron en Facebook.
?Eres de los que calma a tus hijos con una tableta? ¡°Podr¨ªas causarles un da?o irreversible¡±, dice centralinformativa.tv en una noticia que tuvo 947.000 interacciones en Facebook. ¡°El ni?o pasa m¨¢s tiempo jugando con aparatos que interactuando con personas¡±, lamenta el texto.
En 2016 se habl¨® mucho de noticias falsas en pol¨ªtica. Pero en Facebook tienen m¨¢s ¨¦xito otras sobre un asunto m¨¢s sensible: nuestros hijos. Una selecci¨®n de las piezas con m¨¢s ¨¦xito en Facebook en 2016 sobre padres e hijos muestra que la mayor¨ªa tiene un v¨ªnculo escaso con la verdad, aunque siempre hay un profesor o universidad citados al azar para dar peso al texto.
El estudio que acusa a Peppa Pig de causar autismo no existe, ni tampoco el investigador de Harvard. La noticia sobre las tabletas da una visi¨®n sesgada y tremendista de un trabajo de Jenny Radesky, de la Universidad de Michigan, que recuerda c¨®mo su art¨ªculo en Pediatrics fue ¡°confundido con un estudio¡± y ¡°tergiversado como evidencia de que tabletas y m¨®viles da?an el desarrollo socioemocional de los ni?os¡±.
Una vez un medio adapta un estudio para conseguir una pieza viral, hay una larga cola de piezas que estiran el titular. Las piezas en espa?ol suelen copiar de un original en ingl¨¦s. ¡°Las madres insoportables forman hijas exitosas¡±, por ejemplo, se basa en un estudio de la Universidad de Essex que dio primero el diario brit¨¢nico Daily Mail. La autora, Ericka Rasc¨®n Ram¨ªrez, lamenta el enfoque: ¡°Desgraciadamente el Daily Mail malinterpret¨® la mayor¨ªa de mis hallazgos¡±. El original hablaba de "nagging mothers"?(madres insistentes). Cuando lleg¨® al espa?ol las madres eran ya ¡°insoportables¡±. Rasc¨®n Ram¨ªrez da por perdida la batalla contra la viralidad ¡ª¡±el otro d¨ªa vi algo en sueco¡±, dice¡ª pero aprovecha para aclarar qu¨¦ quer¨ªa decir en su trabajo: ¡°Hablo de padres, no solo de mam¨¢s. ¡®Insoportable¡¯ significa rega?ar y no es as¨ª. El estudio concluye que los padres con altas expectativas para sus hijos son los que m¨¢s invierten en su capital humano, los que m¨¢s hablan y est¨¢n involucrados¡±, dice. De ese ¡°hablar con ellos¡±, el Daily Mail ¡ªsin contactar nunca con Rasc¨®n¡ª pas¨® a un adjetivo nuevo para su titular, m¨¢s pegadizo. De ah¨ª a la viralidad hab¨ªa ya solo un paso. La verdad se perdi¨® por el camino.?
La historia en espa?ol de ¡°las madres insoportables¡± tiene m¨¢s de 1,5 millones de interacciones en Facebook. Para comparar, en el ¨²ltimo a?o en todo el mundo solo 4 noticias con la palabra ¡°Trump¡± superaron esa cifra, seg¨²n Buzzsumo. El New York Times no ha tenido ninguna noticia con m¨¢s de 700.000 interacciones en el ¨²ltimo a?o.?
La misma noticia con otro titular tuvo menos ¨¦xito: ¡°Tus hijos tienen m¨¢s oportunidades de ser exitosos si eras una mam¨¢ fastidiosa¡± tiene ¡°solo¡± 243.000 interacciones. El titular es clave para conseguir tr¨¢fico porque es lo que se comparte. Suele forzarse para alcanzar m¨¢s clics: ¡°El mal humor del padre causa problemas en el desarrollo emocional y cognitivo de sus hijos¡± es algo casi l¨®gico. La trampa es que ¡°mal humor¡± es en realidad ¡°cuadro depresivo¡± y ¡°padre¡± deber¨ªa ser ¡°padres¡±. Tuvo m¨¢s de medio mill¨®n de interacciones.
Un buen viral necesita contar a los padres qu¨¦ hacer o qu¨¦ temer, no vaguedades. Pero en el mundo real es dif¨ªcil averiguar qu¨¦ factores son clave.
¡°Los ni?os m¨¢s respondones ser¨¢n adultos exitosos, as¨ª lo revela un nuevo estudio¡±, dice un texto compartido m¨¢s de 445.000 veces. Pero el ¨²nico ¡°estudio¡± citado es la opini¨®n de un psic¨®logo, Kelly Flanagan, que ha fundado una asociaci¨®n llamada ¡°Cl¨ªnicos Artesanos Unidos¡±. Las mentiras o exageraciones pueden afectar a marcas: ¡°El HUEVITO KINDER es CANCER?GENO, est¨¢s MATANDO A TUS HIJOS por un juguetito!¡±, que es algo mucho m¨¢s matizable y complejo. O la hora de irse a dormir: ¡°Psiquiatra demuestra que los ni?os que se acuestan tarde sufren m¨¢s trastornos¡±. El psiquiatra es el brasile?o Jos¨¦ Ferreira Belisario, que escribi¨® un libro sobre salud en 1963. El texto se atreve con frases espec¨ªficas: ¡°La hormona del crecimiento comienza a actuar a las 00:30 hrs en la cuarta etapa del sue?o¡±.?
La ciencia no suele ser tan definitiva
Los estudios cient¨ªficos casi nunca producen titulares tan buenos. Son m¨¢s cautos. Las noticias falsas sobre educaci¨®n son un reguero de lamentos de cient¨ªficos cuya prudencia fue reventada por un buen titular. As¨ª parece formarse la sabidur¨ªa popular y los prejuicios. Un buen viral necesita contar a los padres qu¨¦ hacer o qu¨¦ temer, no vaguedades. Pero en el mundo real es dif¨ªcil averiguar qu¨¦ factores son clave. ?Qu¨¦ importa m¨¢s en la educaci¨®n de un ni?o? Es dificil¨ªsimo aislar solo el factor tableta en la educaci¨®n y compararlo con otros. Muchas condiciones se dan a la vez: los ni?os se distinguen por la tableta, pero tambi¨¦n por su colegio, porque son hijos ¨²nicos, por la lactancia, el biling¨¹ismo, o por la renta de sus padres.
Se exagera tambi¨¦n el efecto de cada decisi¨®n. Que tus hijos vean o no Peppa Pig es poco trascendental. Aqu¨ª entra en juego el efecto foco. El premio Nobel y profesor de Princeton Daniel Kahneman lo explica as¨ª: ¡°Nada en la vida es tan importante como crees cuando est¨¢s pensando en ello¡±. Las personas exageramos el peso de lo que tenemos en la cabeza. ¡°Esto no significa que las cosas verdaderamente importantes no existan, sino que cosas sin importancia nos parecen importantes cuando nos fijamos en ellas¡±, a?ade. Y los padres suelen tener en la cabeza estas cuestiones.
Kahneman lo explica con un ejemplo: la educaci¨®n es uno de los factores que mejor predice los ingresos que tendr¨¢ un ni?o de adulto, pero solo explica el 10%. Si todos los j¨®venes recibieran exactamente la misma educaci¨®n elitista de los ni?os ricos, la desigualdad de renta seguir¨ªa siendo enorme. El 90% depende de otras cosas distinta de la educaci¨®n, como la renta de los padres o el barrio en el que se criaron. Que un ni?o pobre crezca en Seattle, por ejemplo, aumenta en un 15% el dinero que ganar¨¢ cuando sea adulto.?
Con la educaci¨®n de los hijos pasa algo parecido: depende de mil cosas. En cuanto a m¨®viles y tabletas, por ejemplo, ¡°en el fondo sabemos bastante poco, y desde luego no lo suficiente como para dar recomendaciones tajantes¡±, dice Octavio Medina, economista y coordinador de Educaci¨®n de Politikon.?
Por qu¨¦ son virales
?Por qu¨¦ compartimos como locos estas noticias? Aprovechan debilidades humanas: nos hacen quedar bien, dicen cosas bonitas de nosotros, ofrecen control y aplacan nuestros miedos.
Son noticias selfie: colgarlas en Facebook es un gesto que habla de nosotros y nos preocupa salir bien
La sensaci¨®n de control elimina ansiedad: si expulsamos a Peppa Pig de nuestra vida y suprimimos los ratos que nuestros hijos pasan con la tableta, la educaci¨®n de los hijos ir¨¢ bien. C¨®mo relaja eso, pero no es verdad. El caos de mil factores descontrolados y que no dependen de nosotros sigue ah¨ª. Por eso la viralidad funciona bien con la educaci¨®n. Mucho est¨¢ por confirmar y afecta continuamente a nuestras decisiones sobre quiz¨¢ lo m¨¢s sensible de nuestras vidas: los hijos. ¡°Las posibilidades para art¨ªculos virales sobre educaci¨®n son infinitas¡±, dice Radesky.
Otras son noticias selfie. Colgarlas en Facebook es un gesto que habla de nosotros y nos preocupa salir bien. No compartimos enlaces pensando solo si pueden serles ¨²tiles a otros amigos. Tambi¨¦n porque reflejan lo que hacemos como padres: si colgamos algo sobre el uso excesivo de tabletas, significa que hacemos el sacrificio de estar con ellos y no como otras malas madres, que los abandonan ante la pantalla. Si la tesis del texto es verdad o no, importa menos.
As¨ª juega la viralidad con nuestros sentimientos. Con t¨¦cnicas gen¨¦ricas: mentiras, exageraciones y titulares llamativos. ¡°No es sorprendente ¡ªdice Radesky¡ª que las ¡®noticias falsas¡¯ saquen partido de avergonzar a los padres, del culto de la maternidad intensiva y de interpretaciones de estudios dram¨¢ticamente incorrectas¡±.
La desigualdad, clave
Los cient¨ªficos s¨ª se?alan un elemento que afecta el futuro de los ni?os: la desigualdad. ¡°Hay abundante investigaci¨®n que dice que existe desigualdad de oportunidades seg¨²n el origen social: los hijos de familias con m¨¢s recursos tienen m¨¢s ¨¦xito escolar y laboral¡±, dice Leire Salazar, profesora de la UNED. Las tabletas o el rigor de la madre son una nota al pie ante este factor que de verdad importa. Un ejemplo: en Espa?a un joven de 15 a?os de una familia pobre tiene una probabilidad 5 veces mayor de haber repetido, incluso con las mismas competencias de matem¨¢ticas y?lectoescritura en PISA.
Las familias de clase media cr¨ªan a sus hijos de una forma que les proporciona las habilidades para seguir siendo clase media. ¡°No por tenerle muchas horas ante la tele lo vas a malograr si luego le est¨¢s ofreciendo un mont¨®n de oportunidades por otro lado¡±, dice Salazar. Que vean dibujos animados importa poco si lees a tus hijos, hablas con ellos en la cena, usas vocabulario variado, los env¨ªas de campamento y pasas m¨¢s horas cuid¨¢ndoles.
La profesora Tinca Polderman, de la Universidad Libre de Amsterdam, recopil¨® en Nature los hallazgos sobre qu¨¦ influye en la educaci¨®n: ¡°Hay dos cosas importantes para el desarrollo de un ni?o: genes y ambiente. El ambiente familiar tiene una influencia particularmente grande cuando es un ambiente familiar perjudicial¡±, dice. En los casos de familias estables, las diferencias en el uso de tabletas, clases extraescolares, horas de v¨ªdeojuegos es m¨¢s peque?a, seg¨²n Polderman: ¡°Las diferencias en ni?os que crecen en familias ¡®normales¡¯ se debe m¨¢s a la gen¨¦tica y a experiencias ¨²nicas, no a su ambiente familiar¡±.
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