La pol¨¦mica maternidad de Mauricia a los 64 a?os
La sexagenaria burgalesa, que dio a luz a mellizos despu¨¦s de que los servicios sociales le retiraran la custodia de su primera hija por desamparo, defiende su decisi¨®n
Gabriel y Mar¨ªa de la Cruz duermen tranquilamente en sus cunas. Este martes cumplen su primer mes de vida y su madre, Mauricia Ib¨¢?ez, recuperada ya de la ces¨¢rea, los observa durante unos segundos en silencio. ¡°Todo ha valido la pena¡±, sentencia inmediatamente tras levantar la vista de los ni?os: ¡°Los errores, los enfados, la inseguridad...¡±. ¡°Son un don. Son un regalo. Son un milagro¡±, repite esta exfuncionaria del Ministerio de Asuntos Exteriores, sentada en una habitaci¨®n del peque?o hospital privado Recoletas de Burgos. Aqu¨ª, el pasado 14 de febrero, dio a luz a los dos beb¨¦s. Y lo hizo pese a su avanzada edad: 64 a?os. Y tras someterse a un tratamiento de fecundaci¨®n en Estados Unidos despu¨¦s de que la Junta de Castilla y Le¨®n le retirara en 2014 la custodia de su primog¨¦nita por desamparo.
La noticia ha generado una enorme pol¨¦mica. Por la edad de la madre, por la retirada de la custodia de la primera hija y porque Mauricia fue incapacitada laboralmente por un trastorno psicol¨®gico. El debate se ha abierto entre los que destacan el car¨¢cter de proeza cient¨ªfica al servicio del deseo y libertad de ser madre, y los que consideran que haber permitido este caso constituye una irresponsabilidad.
¡°He decidido volver a ser madre porque la experiencia de tener a Blanca, mi primera hija, fue tan estupenda que yo me plante¨¦: ?Y si puedo tener m¨¢s?¡±, explica esta vecina de Palacios de la Sierra, un peque?o pueblo de apenas 750 habitantes a unos 70 kil¨®metros al sureste de Burgos. ¡°Adem¨¢s, no me preocupa en absoluto la edad. Es cierto que soy mayor, pero ha sido posible quedarme embarazada. La ciencia y la medicina son la ¨²ltima oportunidad que tenemos las personas mayores¡±, subraya Ib¨¢?ez, que dio a luz a su primog¨¦nita con 58 a?os. ¡°Un hombre de 65 a?os puede tener hijos perfectamente, pero lo que se cuestiona es que lo haga una mujer... ?Por qu¨¦?¡±.
Las razones de la mujer
¡°Tuve a mi ni?a y ahora la vida me ha dado por segunda vez la oportunidad de tener otros dos hijos¡±.
¡°Cuando me qued¨¦ de nuevo embaraza, me dec¨ªan: ¡®?Qu¨¦ has hecho, Mauri?¡¯. Y yo les respond¨ªa: ¡®Lo que est¨¢ hecho¡±.
¡°Este milagro se ha producido gracias a la ciencia y a la medicina¡±.
¡°En el pueblo me preguntaban por qu¨¦ me hab¨ªan quitado a la ni?a y yo no sab¨ªa que contestarles¡±.
Mauricia se siente juzgada por mucha gente desde hace ¡°bastantes a?os¡±. Pero no le importa. Solo tiene ojos para sus hijos. ¡°?Pienso en que se pueden quedar hu¨¦rfanos? S¨ª, pero no lo quiero pensar. Si hubiese pensado en ello, quiz¨¢s no hubiese tomado la decisi¨®n¡±. Gabriel fue el primero en nacer. Vino al mundo a las 16.08 y pes¨® 2,240 kilos. Un minuto despu¨¦s, lo hizo Mar¨ªa de la Cruz, con 2,200.
Descendiente de una familia adinerada ¡ªsu padre era propietario de una empresa maderera¡ª, cuenta que de joven ¡°no estaba segura de querer ser madre¡±. ¡°Estaba destinada fuera y viajaba mucho¡±. Fue hace una d¨¦cada cuando lo decidi¨®. En ese momento ya se encontraba incapacitada laboralmente por un trastorno paranoide de personalidad. Y su hermana recurri¨® a los tribunales para intentar que la declararan en ¡°estado de incapacidad total¡±, con el objetivo de que le retiraran el pasaporte y le prohibieran viajar al extranjero, donde hab¨ªa iniciado un tratamiento de fertilidad. Pero el juez rechaz¨® la demanda despu¨¦s de que los psic¨®logos concluyeran que su estado ¡°no le impide cuidarse de s¨ª misma, ni cuidar de un ni?o¡±. ¡°No le impide ejercer funciones maternales¡±, apostillaron los t¨¦cnicos en sus informes.
Entonces, en 2011, naci¨® Blanca. La ni?a vivi¨® con ella en Palacios de la Sierra hasta que la Junta logr¨® que un magistrado le retirara la custodia. Seg¨²n recoge la sentencia de la Audiencia Nacional, los servicios sociales determinaron que la menor sufr¨ªa ¡°cierto aislamiento¡±, que resid¨ªa en una casa ¡°sin las condiciones higi¨¦nicas m¨ªnimas y saludables¡±, que ¡°vest¨ªa de forma inadecuada¡± y que la madre no la hab¨ªa escolarizado ¡°pese a las indicaciones realizadas por los profesionales¡±. Toda una serie de argumentos que rechaza Ib¨¢?ez. ¡°?Desamparada? Pero si yo estaba con ella siempre. ?ramos u?a y carne¡±, aclara la sexagenaria, antes de negar las acusaciones y afirmar que no mand¨® a la peque?a a la escuela porque ¡°solo¡± ten¨ªa tres a?os: ¡°Y en Espa?a no es obligatorio hasta los seis¡±.
Tras la decisi¨®n del Gobierno regional, la alcaldesa de Palacios intervino y envi¨® una carta donde relataba que Mauricia contaba en el pueblo con el apoyo familiar suficiente para atender a su hija, que fue entregada por servicios sociales a una prima de la menor que reside en Canad¨¢. ¡°Fue terrible. Llegaron cuatro guardias civiles y me la arrancaron de los brazos. No puede ser que puedan venir a tu casa a llevarse a tus hijos. O haces lo que los servicios sociales dicen o se llevan a tu hija¡±, denuncia la madre.
?Teme que le retiren ahora la custodia de Gabriel y Mar¨ªa de la Cruz? ¡°Claro que me preocupa que me puedan quitar a los ni?os. Los ves tan indefensos, tan delicaditos... Tengo un poco de miedo por ellos. Solo le pido a Dios que no caigan en manos de los servicios sociales¡±, responde Ib¨¢?ez, que durante un a?o y medio estuvo traslad¨¢ndose a Estados Unidos para someterse a este ¨²ltimo tratamiento de fertilidad. En total, cuatro viajes de ida y vuelta. ¡°He tenido que salir fuera. A un pa¨ªs donde las cl¨ªnicas no ponen l¨ªmite de edad¡±.
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