?A qui¨¦n importan los estibadores?
El rechazo al decreto de la liberalizaci¨®n abre en canal la precariedad del PP y exagera los c¨¢lculos ventajistas del PSOE y de Ciudadanos
Produce cierta ternura el entusiasmo con que los estibadores celebraron en el Parlamento el rechazo al decreto que iba a "liberizarlos". Sobre todo porque la conjura de Podemos, Ciudadanos y el PSOE no procede de la sensibilidad a sus reclamaciones, sino de la aversi¨®n estrat¨¦gica a Mariano Rajoy. Y de los c¨¢lculos particulares que han engendrado una deprimente y coral irresponsabilidad pol¨ªtica.
Forma parte de ella la negligencia del Gobierno en la maduraci¨®n y el desenlace de las negociaciones, m¨¢s todav¨ªa cuando la reacci¨®n en caliente al rechazo de la C¨¢mara consisti¨® en trasladar la amenaza de unas elecciones generales. Rajoy no acepta que gobierna en minor¨ªa. Utiliza los comicios como un instrumento de coacci¨®n. Y desmiente las aptitudes de gran negociador que le jaleaban sus hagi¨®grafos.
Ser¨ªa una chiquillada, una temeridad, someter a los espa?oles a un nuevo ejercicio de estr¨¦s electoral. Y ser¨ªan los estibadores un fr¨ªvolo instrumento de chantaje. En todas las direcciones, pues el desplante de Ciudadanos y del PSOE en la sesi¨®n traum¨¢tica de este jueves obedece al cinismo de sus ardides particulares.
Lo demuestra el cambio de posici¨®n arbitrario de Albert Rivera. Una veleta. Una flecha poco arraigada en el viento del desierto. Ten¨ªa decidido respaldar el decreto, pero no lo hizo porque necesitaba resarcirse del maltrato pol¨ªtico al que lo estaba exponiendo Mariano Rajoy. No s¨®lo restreg¨¢ndole el l¨ªmite de mandatos. Tambi¨¦n apuntalando al presidente de Murcia.Y sustray¨¦ndose al compromiso de organizar una comisi¨®n parlamentaria espec¨ªfica sobre la financiaci¨®n ilegal del PP.
Mariano Rajoy ha abusado de Ciudadanos, se ha excedido en la relaci¨®n sadomasoquista, probablemente porque el presidente del Gobierno se hab¨ªa fiado a la responsabilidad de Estado del PSOE en el periodo interino de la gestora. Le daba la raz¨®n al respecto el acuerdo del techo de gasto, la renovaci¨®n del Tribunal Constitucional, el salario m¨ªnimo, la pol¨ªtica energ¨¦tica, pero los estibadores han malogrado la armon¨ªa. Y no porque a los socialistas les sensibilicen las secuelas de reforma de la estiba que exige el Tribunal de Justicia europeo, sino porque el periodo excepcional de las primarias y del Congreso obliga a exagerar las distancias con el PP. Y desvincular a Susana D¨ªaz del desgaste pol¨ªtico que supondr¨ªa identificarla como c¨®mplice del decreto mariano, en cuanto presidenta de la Junta de Andaluc¨ªa y referencia jurisdiccional de los puertos sometidos a mayores tensiones.
Es el contexto incendiario en que se antoja complejo un acuerdo en los Presupuestos. Y es reflejo de una epifan¨ªa que tarde o temprano ten¨ªa que asimilarse: Mariano Rajoy gobierna en minor¨ªa. Para escapar de ella no cabe mayor extravagancia que vengar otras elecciones generales.
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