¡°ETA no soporta que se la abandone por el derecho a discrepar¡±
Carmen Gisasola (Markina, Bizkaia, 1958) sali¨® de prisi¨®n en 2014 tras cumplir 24 a?os de condena por varios asesinatos. En 1998 fue expulsada de ETA por cuestionar la actividad terrorista. El sector m¨¢s duro de la banda sigue critic¨¢ndola por ser de las primeras que se acogi¨®, en 2008, a la v¨ªa Nanclares de reinserci¨®n.
Pregunta. Tras 24 a?os en prisi¨®n, ?qu¨¦ fue lo que m¨¢s le llam¨® la atenci¨®n en su entorno m¨¢s inmediato y en el resto de Euskadi?
Respuesta. Encontrarme con una sociedad normalizada, que ha pasado r¨¢pidamente la p¨¢gina de una violencia que parec¨ªa no tener final. Y por otro lado, comprobar en el d¨ªa a d¨ªa algo de lo que ya era consciente en la c¨¢rcel: la enorme desproporci¨®n que existe entre lo que se vive en nuestro entorno y lo que se vive en la c¨¢rcel, entre la autopista por la que entraron en la pol¨ªtica institucional normalizada los dirigentes de la izquierda abertzale y lo que les est¨¢ costando tomar la decisi¨®n para cerrar definitivamente la etapa de ETA y encauzar la situaci¨®n de los presos.
P. La izquierda abertzale acept¨® los estatutos para entrar en las instituciones y, ahora, el colectivo que agrupa a los presos debate si se acoge a beneficios penitenciarios. ?Por qu¨¦ siguen recibiendo cr¨ªticas muy duras?
R. Antes que nosotros hubo otros militantes que dieron estos pasos, que dejaron la actividad armada y se plantearon la vuelta a casa dentro de las posibilidades legales, sin esperar a una hipot¨¦tica salida negociada que los que se empe?aron en continuar en ETA hicieron inviable. El problema es que algunos han vivido la militancia de tal forma que se aceptaba que se dejara por cansancio, por no poder m¨¢s¡ Y discretamente. Reforzaba el ego de los que van de duros. Pero si lo haces por no estar de acuerdo y planteando tu derecho a discrepar y a tener ideas que eran compartidas incluso por otros muchos presos, eso no lo soportan.
P. A ustedes los acusan de optar por la v¨ªa Nanclares para salir pronto de la c¨¢rcel y no por una evoluci¨®n pol¨ªtica o personal¡
R. Son los mismos que dec¨ªan que con el PP lo de los presos se solucionar¨ªa mejor. La realidad es que los presos siguen en la misma situaci¨®n. No les hemos perjudicado en nada. Es la pol¨ªtica penitenciaria de la izquierda abertzale la que ha supuesto cientos de a?os de c¨¢rcel a?adidos a la ya de por s¨ª dura pol¨ªtica penitenciaria de los Gobiernos de Madrid y Par¨ªs. Pero hablar de eso no les interesa. De hecho, est¨¢n rechazando las propuestas para debatir con nosotros en medios p¨²blicos sobre los presos. Adem¨¢s, los que nos han conocido en las c¨¢rceles por las que hemos pasado saben que llev¨¢bamos a?os planteando desde dentro lo que pens¨¢bamos y saben que eran cuestiones pol¨ªticas y ¨¦ticas sobre la lucha armada.
P. ?Por qu¨¦ en la izquierda abertzale ha primado el inmovilismo y no ha sido capaz de construir puentes para acelerar el fin del terrorismo?
R. Porque ha habido un cambio en las formas pero no en la mentalidad que justificaba la utilizaci¨®n de la violencia. En sus escritos para legalizarse fueron capaces de decir: ¡°El contenido de sus estatutos convertir¨¢ a Sortu, una vez legalizada, en un agente activo de deslegitimaci¨®n pol¨ªtica e ideol¨®gica de la violencia y el terrorismo¡± y hablar de ¡°rechazo firme e inequ¨ªvoco de todo acto de violencia y terrorismo y de sus autores¡±. Al mismo tiempo, pretenden que todos los dem¨¢s les toleren mantener la idea de que ¡°tuvimos que hacerlo¡± y eso es ya insostenible para las nuevas generaciones y hasta para buena parte de la izquierda abertzale.
P. ?Le mereci¨® la pena el paso dado? ?Qu¨¦ fue lo m¨¢s dif¨ªcil?
R. Por supuesto que mereci¨® la pena. Recuper¨¦ la libertad para decidir por m¨ª misma sobre mi aportaci¨®n como militante, tanto en la c¨¢rcel como en el debate p¨²blico, para plantear mi opini¨®n sobre la situaci¨®n de la izquierda abertzale, sobre ETA y sobre los presos y su futuro. Lo m¨¢s dif¨ªcil fue hacerlo en la c¨¢rcel, con a?os de condena a¨²n por cumplir y asumiendo las reacciones m¨¢s mediocres y sumisas del colectivo.
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