Expedientado un soldado por grabar a un mando sin su consentimiento
La grabaci¨®n, admitida como prueba por un juez, se considera falta disciplinaria
La grabaci¨®n de conversaciones entre dos interlocutores, sin que uno de ellos tenga conocimiento de que est¨¢ siendo grabado, ha sido prueba crucial en procesos por corrupci¨®n, como la trama G¨¹rtel, y en casos de malos tratos o custodia de menores. Sin embargo, los militares que graben a sus jefes sin su consentimiento se arriesgan a ser castigados disciplinariamente.
Ese es el caso del soldado A. A. F. P., a quien se le piden 14 d¨ªas de sanci¨®n econ¨®mica, equivalentes a una semana de sueldo y complementos, como autor de una falta grave de deslealtad a un superior y otra leve por ofender a un compa?ero.
El militar grab¨® una conversaci¨®n con un coronel y otra con un soldado y present¨® ambas grabaciones como prueba en una denuncia por abuso de autoridad contra el primero. Una vez archivada la denuncia, se ha abierto expediente disciplinario al denunciante. El instructor del expediente asegura no ser ¡°ajeno a determinadas sentencias del Tribunal Supremo y el Tribunal Constitucional sobre la legitimidad de aportar como prueba en un proceso una grabaci¨®n de conversaciones mantenidas por uno de los interlocutores¡± e incluso admite que los militares tienen ¡°el deber de actuar siempre correctamente, tanto que nunca debiera haber inconveniente en que una conversaci¨®n fuera grabada¡±, y sus actuaciones se deber¨ªan poder considerar p¨²blicas, ¡°si no afectan a la seguridad nacional¡±.
Pero ello, advierte, ¡°no significa que el hecho de grabarlas a escondidas e incluso negando el estar haci¨¦ndolo¡± no merezca ser castigado. La grabaci¨®n subrepticia, agrega, ¡°supone una deslealtad manifiesta y una actitud carente de cortes¨ªa, valent¨ªa, educaci¨®n y respeto, no solo frente a sus superiores sino frente a compa?eros y subordinados [...] impropia de un servidor p¨²blico y, a la saz¨®n, militar¡±.
En sus alegaciones, el soldado argumenta que la grabaci¨®n resultaba imprescindible para probar unos hechos que, a su juicio, constitu¨ªan delito, por lo que ¡°no va a pedir permiso previamente¡± al supuesto autor. Adem¨¢s, considera que su contenido no afectaba a la seguridad nacional ni a la intimidad del coronel, ni tampoco ha sido p¨²blicamente difundido.
No se trata de un caso aislado, ya que varios guardias civiles han sido ya sancionados por id¨¦ntico motivo. Para Zaida Cantera, comandante retirada y diputada del Grupo Socialista, la sanci¨®n disciplinaria de las grabaciones deja en una clara indefensi¨®n a las v¨ªctimas de acoso laboral o sexual en organizaciones fuertemente jerarquizadas como las Fuerzas Armadas o la Guardia Civil, donde no es f¨¢cil encontrar testigos y la palabra del subordinado se enfrenta a la del superior. ¡°Castigar las grabaciones permite que se perpet¨²e el acoso¡±, advierte.
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