Un m¨¦dico y una enfermera ser¨¢n juzgados por la muerte de una inmigrante en el CIE de Madrid
Un juzgado de instrucci¨®n de la capital abre juicio oral contra los sanitarios por "imprudencia" y pide 80.000 euros de fianza
Samba Martine muri¨® el 19 de diciembre de 2011 tras pasar recluida 38 d¨ªas en el Centro de Internamiento de Inmigrantes (CIE) de Aluche, en Madrid. Casi desde que lleg¨® dijo que se encontraba muy mal, y acudi¨® al servicio m¨¦dico del establecimiento una y otra vez relatando todo tipo de dolores. Al final, apenas se ten¨ªa en pie. Los sanitarios la examinaron m¨¢s de 10 veces a lo largo de tres semanas, pero nadie percibi¨® la gravedad de su estado hasta que, seis horas antes de fallecer, la trasladaron al Hospital Doce de Octubre, donde ya no pudieron hacer nada por salvar su vida. El caso lleva en los tribunales desde entonces. El juzgado de instrucci¨®n n¨²mero 38 de Madrid dict¨® el pasado 13 de marzo auto de apertura de juicio oral contra un m¨¦dico y una enfermera, que ser¨¢n juzgados en la Audiencia Provincial de Madrid por un delito de imprudencia.
El juez pide tambi¨¦n a los sanitarios 80.000 euros de fianza para hacer frente a la responsabilidad civil. Y como responsables subsidiarios aparecen la empresa privada que llevaba el servicio m¨¦dico del CIE, Sermedes, y el Estado (por el Ministerio del Interior, que es quien gestiona los centros de internamiento de extranjeros). El Ministerio Fiscal hab¨ªa pedido el sobreseimiento del caso. Las acusaciones particular (que representa a la madre de la fallecida) y popular (que presentaron dos asociaciones de defensa de derechos humanos), la apertura del juicio oral por homicidio imprudente y omisi¨®n del deber de socorro.
El relato de las ¨²ltimas 48 horas de Martine, de 40 a?os, es demoledor, seg¨²n acredit¨® en un informe la coordinadora de Cruz Roja del programa para inmigrantes y refugiados de la Comunidad de Madrid. La congole?a no pod¨ªa caminar ni casi respirar, pero la enfermera que la atendi¨® un d¨ªa antes de fallecer lo resolvi¨® con un analg¨¦sico y un tranquilizante. Una mediadora de la ONG avis¨® a la sanitaria un par de veces de que la chica estaba muy mal, pero el m¨¦dico no estaba y la enfermera, Yordanka G. C., ahora procesada, respondi¨® que no pod¨ªa hacer nada m¨¢s por ella. No baj¨® a ver c¨®mo estaba la paciente ni llam¨® a un doctor. La paciente qued¨® tendida en el suelo de la sala de ocio de mujeres del centro, tapada con mantas y desamparada.
Al hospital en coche patrulla
La ma?ana del d¨ªa en que muri¨®, Martine subi¨® a primera hora a la consulta m¨¦dica, gestionada entonces por Sermedes. Pero solo le ense?aron ejercicios de respiraci¨®n para que dejara de hiperventilar. Como no se calmaba, le inyectaron diazepam. Sigui¨® hiperventilando, dormida. Finalmente, ya moribunda, el equipo m¨¦dico decidi¨® trasladarla a un hospital en un coche patrulla, no en una ambulancia ¨Cen contra del criterio de varios de los agentes que se encontraban all¨ª-.
La enfermera asegur¨® a los polic¨ªas que ¡°no se preocuparan, que no le iba a pasar nada, que hab¨ªa subido a la consulta andando¡±, seg¨²n el informe de Cruz Roja. ¡°Efectivamente, Samba pudo subir las escaleras a primera hora de la ma?ana, pero su estado f¨ªsico hab¨ªa empeorado y adem¨¢s hab¨ªa recibido una medicaci¨®n que provoca, entre otros efectos, mareos, visi¨®n borrosa o somnolencia¡±, seg¨²n el documento de la ONG. La mujer estaba tan grave que para poder sentarla en el coche de polic¨ªa y que no se cayera a un lado tuvieron que sujetarla con el cintur¨®n de seguridad.
Lleg¨® al centro sanitario con anemia severa, insuficiencia respiratoria y sepsis por neumococo. La mujer era portadora de VIH, y la autopsia se?al¨® como causa principal de la muerte una infecci¨®n por ¡°criptococosis sist¨¦mica¡±, que puede ser mortal en personas con el sistema inmune muy d¨¦bil, como un enfermo de SIDA, si no se trata.
La Audiencia Provincial de Madrid determin¨®, en funci¨®n de los informes m¨¦dicos aportados a la causa, que los s¨ªntomas de Martine obligaban a sospechar de la existencia de una enfermedad grave y que ¡°de haber sido tratada correctamente, se podr¨ªa haber evitado el fatal desenlace¡±. El tribunal se?al¨®, adem¨¢s, que como los internos en un CIE no pueden acceder a m¨¢s personal sanitario que el del propio centro, la "posici¨®n de garante" de este servicio m¨¦dico es especialmente relevante.
El informe m¨¦dico perdido
Un informe del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Melilla, donde lleg¨® Martine tras cruzar la frontera, acreditaba que la mujer padec¨ªa SIDA, pero este documento jam¨¢s lleg¨® al CIE de Madrid. Y el superficial examen m¨¦dico que le hicieron cuando la internaron en Aluche, sin int¨¦rprete y sin incluir una anal¨ªtica de sangre, no lo detect¨®.
El principal imputado en esta causa era el facultativo que realiz¨® ese primer examen m¨¦dico, el paraguayo Jaime Evaristo O. R., que fue tambi¨¦n quien la atendi¨® el d¨ªa de su muerte. Cuando ella ingres¨® en el CIE el doctor, seg¨²n las acusaciones, no le pregunt¨® por su periplo migratorio, ni por su lugar de origen, ni por su tiempo de estancia en Espa?a ¨Ctal y como establecen los protocolos m¨¦dicos-. El m¨¦dico ni siquiera sab¨ªa lo que era un CETI, ni que muchos inmigrantes llegaban a los CIE provenientes de estos centros de Ceuta y Melilla, y desconoc¨ªa que all¨ª muchas veces les hacen ex¨¢menes m¨¦dicos que hay que tener en consideraci¨®n.
La atendi¨® en cuatro ocasiones, conoci¨® los partes anteriores en los que constaban sus dolores constantes, pero solo le prescribi¨® medicaci¨®n para aliviar los s¨ªntomas, sin hacer mayores indagaciones, incluido el d¨ªa de su fallecimiento. Fue quien le inyect¨® el diazepam y quien la remiti¨® al hospital. Este m¨¦dico, imputado, no ser¨¢ juzgado por el momento porque vive en Paraguay y no se le han podido notificar a¨²n las ¨²ltimas diligencias.
Los dos sanitarios que s¨ª ser¨¢n juzgados por la Audiencia Provincial son la enfermera que la atendi¨® en sus ¨²ltimas 48 horas de vida y otro doctor, Fernando H. V, que vio en consulta a Martine en dos ocasiones. Este m¨¦dico tampoco indag¨® en las causas de los dolores constantes de la mujer, que llevaba ya 18 d¨ªas de padecimientos cuando ¨¦l la atendi¨®. Los abogados de la acusaci¨®n defienden que la candidiasis perianal que padec¨ªa Martine, y que no remit¨ªa, unido al resto de dolencias, debi¨® hacer sospechar al facultativo de la presencia de sida, especialmente teniendo en cuenta que la mujer proced¨ªa de la Rep¨²blica Democr¨¢tica de Congo, donde el ¨ªndice de prevalencia de infecci¨®n por VIH es muy elevado.
"La administraci¨®n de tratamiento antirretroviral adecuado habr¨ªa podido cambiar la evoluci¨®n cl¨ªnica al poder impedirse la aparici¨®n de infecciones oportunistas asociadas a la infecci¨®n por VIH como es el caso de la criptocosis", afirma el doctor Santiago Moreno Guill¨¦n, jefe del servicio de inmunodeficiencia del hospital Ram¨®n y Cajal, en un dictamen aportado al procedimiento. "No puede descartarse que la evoluci¨®n hubiera podido ser la misma, pero es m¨¢s probable la hip¨®tesis contraria, es decir, puede afirmarse que el tratamiento de la infecci¨®n por VIH hubiera disminuido de forma relevante el riesgo de desenlace letal".
Con respecto a otros tres sanitarios que fueron imputados, incluida la entonces directora del servicio m¨¦dico del CIE, se ha archivado el procedimiento.
Martine hab¨ªa llegado a Espa?a desde su pa¨ªs viajando por Ben¨ªn, Burkina Faso, Mal¨ª y Argelia hasta llegar a Marruecos con su esposo y con su hija Bijoux, de 10 a?os. Una vez en Marruecos la familia se separ¨® y Martine logr¨® entrar en Espa?a a trav¨¦s de Melilla. No volvi¨® a ver a su familia.
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