La generaci¨®n pospuesta
Los ojos grandes, negros, y en la sonrisa una melancol¨ªa inolvidable, de persona hallada en medio de una nube o de un pensamiento
Carme Chac¨®n volv¨ªa de Barcelona, en tren, cargada de maletas y bolsos, apresurada, con su hijo de la mano; buscaba un taxi y ten¨ªa en el rostro ese susto que muestran las personas que buscan reposo en medio de la batalla de las tardes, tras el cansancio de un viaje. Los ojos grandes, negros, y en la sonrisa una melancol¨ªa inolvidable, de persona hallada en medio de una nube o de un pensamiento.
Es una fotograf¨ªa de la que tengo todos los contornos; sucede con el ¨²ltimo encuentro de la vida, que luego se adentra en ti como una met¨¢fora que tiene todas esas palabras; apresuramiento, susto, cansancio, viaje, nube, batalla y ¨²ltimo. Es el retrato de una mujer de este tiempo que llevaba en las manos, adem¨¢s, el futuro, la crianza del hijo, el destino caminando con ella. Detr¨¢s, a dos pasos de su vida, una historia que la llev¨® de la humildad de vivir a los grandes espacios ministeriales.
A los 46 a?os si has sido tantas cosas, si has entablado ya tantas luchas, entre hombres, adem¨¢s, es que tienes en el coraz¨®n (en el coraz¨®n, precisamente) una energ¨ªa descomunal, infinita. Desde que era una chiquilla. Esa ra¨ªz militante, ese esp¨ªritu de aprendizaje, es compartido hoy, con esa edad en que ha muerto, por muchas mujeres y hombres que nacieron cuando se estaba muriendo Franco y este pa¨ªs se aprestaba para ser m¨¢s abierto, menos gris, m¨¢s adolescente.
Como otros de su estirpe (socialista, en este caso) se dedic¨® a cultivar la pol¨ªtica ¡°para dar ejemplo a las generaciones venideras¡±, como ha de hacer un verdadero patriota, seg¨²n dice Timothy Snyder en su libro Sobre la tiran¨ªa. Ella lo intent¨®, lo intentaron otros y otras, con el mismo esp¨ªritu, con semejante energ¨ªa.
El fin de la vida de Carme Chac¨®n es tambi¨¦n una met¨¢fora que lleva a pensar que quiz¨¢ esas energ¨ªas con los que convivimos se est¨¢n desparramando sin que seamos capaces de entender que esa generaci¨®n que naci¨® treinta a?os despu¨¦s que nosotros a¨²n no ha encontrado verdadero terreno en nuestro pa¨ªs.
No es la generaci¨®n escachada ni la generaci¨®n triste ni la generaci¨®n descuidada. Digamos que es la generaci¨®n pospuesta, y eso no es bueno para el pa¨ªs ni para nadie. En mi memoria est¨¢ su rostro aquella tarde viniendo de Barcelona y es esa mirada la que inspira la desolaci¨®n y la tristeza que siento ante tan temprana muerte de una mujer que fue tanta promesa.
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