Los espa?oles que m¨¢s protestan y los que menos
El n¨²mero de manifestaciones cae un 15% en un a?o; los navarros son los m¨¢s reivindicativos y los tinerfe?os, los menos
Los espa?oles protestan cada vez menos, al menos en la calle. En 2016 se comunic¨® a la Administraci¨®n un 15% menos de manifestaciones y concentraciones que en 2015. En total, se inscribieron 33.069, una media de 90 al d¨ªa. En 2013, el a?o m¨¢s agitado en lo que va de d¨¦cada, eran 139. Desde aquel pico, el n¨²mero de movilizaciones no ha dejado de bajar.
Como es l¨®gico, en cifras absolutas, las provincias con m¨¢s habitantes suelen registrar m¨¢s movilizaciones, pero la Espa?a protestona solo sale a la luz cuando esos n¨²meros se relativizan seg¨²n la poblaci¨®n de los territorios. Por su n¨²mero de manifestaciones por cada 100.000 habitantes, los navarros son los que m¨¢s se manifiestan (370), seguidos de los turolenses (296), pontevedreses (284), guipuzcoanos (211) y alaveses (201). En cambio, las provincias que menos protestan en la calle son las de Santa Cruz de Tenerife (apenas 5 manifestaciones por cada 100.000 habitantes), Le¨®n (solo 7), Ceuta (11) y Toledo (25).
El a?o pasado fue mucho m¨¢s tranquilo comparado con 2015 en la provincia de Le¨®n (un 92% menos de manifestaciones que en 2015), Ourense y Santa Cruz de Tenerife (86% menos) y Segovia (81% menos), pero la desmovilizaci¨®n es la t¨®nica habitual en la mayor¨ªa de territorios: 29 provincias y Ceuta y Melilla registraron menos manifestaciones en 2016 que en 2015.
Tambi¨¦n se observa c¨®mo las protestas se han desinflado al compararlas con las cifras medias en lo que va de d¨¦cada: en 2016, 41 territorios se quedaron por debajo de su media de los ¨²ltimos seis a?os.
Aun as¨ª, algunas provincias rompieron la tendencia general el a?o pasado: en Valladolid se comunic¨® un 504% m¨¢s de movilizaciones, en Pontevedra un 447% m¨¢s, en Zaragoza un 336% y en Sevilla un 276%. Las cifras recogen el n¨²mero de movilizaciones (manifestaciones o concentraciones) registradas por la Administraci¨®n antes de celebrarse y no tienen en cuenta si finalmente se realizaron, ni el n¨²mero de participantes.
"Cansados" de protestar
El descenso de las movilizaciones atiende a un cambio de ciclo para Kerman Calvo, profesor de Sociolog¨ªa especializado en movimientos sociales en la Universidad de Salamanca, que ve "normal" que bajen: ¡°La gente se cansa de protestar y siempre, despu¨¦s de un ciclo de movilizaci¨®n, llega un valle de desmovilizaci¨®n. Protestar es algo costoso¡±.
Hay una percepci¨®n ilusoria entre muchos ciudadanos de que la crisis ha desaparecido" Kerman Calvo, soci¨®logo
Pero este investigador constata, en el caso de la Espa?a de estos ¨²ltimos a?os, otras circunstancias a?adidas: ¡°Hay una percepci¨®n ilusoria entre muchos ciudadanos de que la crisis ha desaparecido y conf¨ªan, muchas veces por recibir informaci¨®n fraccionada, en que aquella situaci¨®n se est¨¦ solucionando ya¡±.
En opini¨®n de Calvo, tambi¨¦n se han relajado quienes salieron a las calles bajo la bandera de los indignados o, despu¨¦s, en las mareas. En ellos, en cambio, opera un mecanismo mental distinto del de quienes conf¨ªan en que la crisis econ¨®mica haya dicho adi¨®s: "Muchos manifestantes del 15-M piensan que aquel acto sirvi¨® para hacer un diagn¨®stico de los problemas de la sociedad, marcar la agenda, y que ahora les toca a partidos como Podemos o sus confluencias responder a aquellas reivindicaciones. De alguna manera, dejan su protesta en un estado de latencia".
A esas masas de indignados confiados parecen sumarse las fuerzas sindicales: "Han cambiado el discurso reivindicativo por otro m¨¢s conciliador¡±, apunta Calvo, que insiste en el car¨¢cter c¨ªclico de los fen¨®menos de protesta en los que Espa?a, con todo, sigue por encima de la mayor¨ªa de vecinos europeos. El tiempo, los indicadores econ¨®micos y la influencia de los partidos dir¨¢n si se cierra esta "ventana de confianza" en el futuro. De ser as¨ª, cree el experto, la gente volver¨¢ a echarse a las calles.
Las manifestaciones no necesitan autorizaci¨®n
Aunque la Constituci¨®n especifica que el derecho de manifestaci¨®n no necesita autorizaci¨®n, la ley que regula el derecho, de 1983, s¨ª recoge la comunicaci¨®n a la Administraci¨®n. "A partir de aquel a?o las subdelegaciones del Gobierno [o, en el caso de Catalu?a y Pa¨ªs Vasco, con competencias cedidas, las entidades auton¨®micas] piden la colaboraci¨®n de los ayuntamientos para que el ejercicio del derecho de manifestaci¨®n sea compatible con otros, como la libertad de circulaci¨®n o el funcionamiento normal de los servicios esenciales", explica el profesor de Derecho Constitucional de la Universidad Aut¨®noma de Madrid Jos¨¦ Luis L¨®pez Gonz¨¢lez, autor del libro El derecho de reuni¨®n y manifestaci¨®n en el ordenamiento constitucional espa?ol (Madrid, 1995).
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