Una caba?a para escapar del maltrato
Un juez de Tudela dicta orden de alejamiento para el padre de un ni?o que huy¨® de casa y se construy¨® una caseta en el campo
La vegetaci¨®n de la ribera y el caudal del r¨ªo Ebro y los del r¨ªo Missisipi no tienen mucho que ver, pero la historia del ni?o tudelano de 11 a?os al que la Polic¨ªa Local encontr¨® el pasado mi¨¦rcoles por la tarde junto a dos amigos puede recordarnos a las aventuras de Tom Sawyer, ambientadas por Mark Twain en el Missouri del siglo XIX. La del ni?o de Tudela podr¨ªa ser una historia de cuento si no fuera porque la suya es una historia que podr¨ªa hablar de maltrato y abandono cuya ¨²nica soluci¨®n, seg¨²n el chico, estaba en la huida y la protecci¨®n y solidaridad de sus compa?eros de clase.
El martes 16 de mayo, al salir del colegio, entreg¨® a su hermano de 9 a?os una nota para su madre y huy¨®. Ayudado por varios compa?eros del colegio decidi¨® establecer su refugio en un paraje de las afueras de la ciudad, una zona de ca?as y matojo en la trasera del campo de rugby Nelson Mandela. All¨ª, el chico y sus amigos construyeron una caba?a con palets de madera y ca?as camuflada entre la maleza. Como tejado colocaron una s¨¢bana e incluso improvisaron una mesa y una cama con materiales que los chicos encontraron en sus casas. Los compa?eros tambi¨¦n le facilitaron ropa y comida y mantuvieron silencio pese a que, a las pocas horas, la madre del chico present¨® una denuncia por su desaparici¨®n en la Polic¨ªa Nacional.
La temperatura primaveral de la noche, unos 16 grados, permiti¨® que el chico pasara la noche sin contratiempos, pero su huida duraba justo 24 horas ya que la tarde del mi¨¦rcoles, un agente de Polic¨ªa Local de Tudela que patrullaba en moto por un camino cercano atisbaba 3 siluetas entre la maleza que echaban a correr al verle y al darles alcance comprobaba que eran el chico huido y dos amigos. El chaval, al llegar a la comisar¨ªa de Polic¨ªa Nacional, se neg¨® a volver a casa y desvel¨®, al parecer, que su fuga no se deb¨ªa a una aventura sino a escapar del maltrato de su padre. Tras pasar esa noche en un centro de acogida, la juez de guardia decidi¨® entregarlo a su madre mientras que dict¨® una orden de alejamiento contra el padre, que no podr¨¢ acercarse a menos de 150 metros del ni?o mientras dure la instrucci¨®n del caso.
El padre investigado se dedica al transporte internacional de mercanc¨ªas y en los viajes de varios d¨ªas de duraci¨®n le acompa?a su mujer en ocasiones. El chico que huy¨® el martes se quedaba entonces a cargo de su hermano, dos a?os menor, por lo que la instrucci¨®n judicial tambi¨¦n afecta a la madre de los chicos. Los servicios sociales de Tudela segu¨ªan el caso antes de que se produjera la huida y han solicitado que se proteja la intimidad del chico.
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