Es la abstenci¨®n
Los militantes del PSOE no han perdonado la decisi¨®n de dejar gobernar a Rajoy
La explicaci¨®n de la victoria de Pedro S¨¢nchez y la derrota de Susana D¨ªaz se resume con una ¨²nica palabra: abstenci¨®n.
Los militantes del PSOE, mayoritariamente, no entendieron que se permitiera gobernar a Mariano Rajoy, ni vieron diferencia entre la abstenci¨®n y el voto a favor al candidato del PP. Solo vieron una decisi¨®n que les provoc¨® una herida que estaba abierta y sangrando cuando han ido a votar en la primarias este 21.
El equipo de Susana D¨ªaz y la Gestora no quisieron o no pudieron hacer un relato de esa decisi¨®n traum¨¢tica. Pensaron que los nueve meses desde la dimisi¨®n de S¨¢nchez eran suficientes para cicatrizar. Y no, no era suficiente, la herida sangra.
Contrapusieron la abstenci¨®n con el incierto futuro de unas terceras elecciones, pero no cayeron en que comparaban algo tangible como ver a Rajoy de presidente, con un intangible incierto y futuro como es pensar en lo que podr¨ªa haber pasado.
Inventaron lo de que se puede gobernar desde el Parlamento. Y tampoco, porque Mariano Rajoy sigue en La Moncloa, porque se han acumulado los casos de corrupci¨®n y porque se van a aprobar los Presupuestos con una mayor¨ªa alternativa, sin necesidad de que intervenga el PSOE. Es decir, ni siquiera era necesria la abstenci¨®n o, al menos, Rajoy ni intent¨® el acuerdo con el PNV para su investidura, tuvo m¨¢s f¨¢cil la abstenci¨®n del PSOE
Los mandos del PSOE (y la vieja guardia) han demostrado que no conoc¨ªan c¨®mo pensaban y, sobre todo, c¨®mo sent¨ªan sus militantes. Las bases del PSOE tienen muy presente el sentimiento de pertenencia, por tradici¨®n familiar, por afinidad o por amistad y eso le puede a la cabeza o al inter¨¦s de Estado que pudiera justificar la abstenci¨®n.
Creyeron que el aparato, desde la Gestora y desde las direcciones regionales, era suficiente, pero en otras elecciones de este tipo ya ha habido vuelcos contra las direcciones. Creyeron que Andaluc¨ªa decantar¨ªa el resultado y no tuvieron en cuenta que en otras primarias la federaci¨®n m¨¢s poderosa ha perdido tambi¨¦n.
Confiaron en que Patxi L¨®pez quitar¨ªa votos a S¨¢nchez de cr¨ªticos con Susana. Pero tampoco entendieron nada. Convirtieron a S¨¢nchez en un m¨¢rtir.
Presentaron ponencias pol¨ªticas y econ¨®micas para el congreso federal desde la gestora los mismos que hac¨ªan los textos de una candidatura y no fueron conscientes de lo que supon¨ªa. Presentaron en el ¨²ltimo momento una medida incomprensible sobre cr¨¦ditos a j¨®venes, como si fueran unas elecciones generales, y luego la taparon.
Y no se dieron cuenta de que se estaba produciendo un movimiento de ebullici¨®n desde abajo, de rebeli¨®n de militantes que no calculaban y, sobre todo, no controlaban.
Por eso, barones regionales como Ximo Puig en Valencia ven c¨®mo han sido derrotados por sus bases en v¨ªsperas de sus congresos regionales y provinciales.
Todo ello complicado con otros factores que han funcionado como aceleradores de la combusti¨®n como crisis no resueltas acumuladas, como el salto generacional hacia atr¨¢s en la sucesi¨®n de 2011 y 2012, la falta de renovaci¨®n del discurso, las r¨¦moras en asuntos pol¨ªticos e institucionales clave o la debacle de la socialdemocracia en Europa, entre otras.
Y sin mencionar la forma de conspiraci¨®n palaciega en la que fue percibida la manera en que se provoc¨® la dimisi¨®n de S¨¢nchez en octubre. Aquello fue solo el instrumento para llevar al PSOE a la abstenci¨®n.
Ahora S¨¢nchez tiene que gestionar un partido con direcciones regionales adversas, con un grupo parlamentario claramente en contra, con un congreso federal pr¨®ximo, con Podemos (que prefer¨ªa a D¨ªaz) haci¨¦ndole la vida m¨¢s dif¨ªcil, con la opci¨®n de una moci¨®n de censura propia¡pero eso ya es otra historia. Ser¨¢ la siguiente pantalla o el pr¨®ximo giro de guion.
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