¡°Tenemos un hijo por gestaci¨®n subrogada y el c¨®nsul no quiere registrarlo¡±
Tres parejas gay con hijos nacidos por gestaci¨®n subrogada en Canad¨¢ no pueden inscribir a su hijo como espa?ol
Nacho D¨ªaz y Jaime S¨¢nchez tuvieron en febrero un hijo por gestaci¨®n subrogada en Canad¨¢. Desde que empezaron, el proceso ha durado m¨¢s de tres a?os. Optaron por Canad¨¢ por la confianza que da a parejas homosexuales y porque las madres gestantes son altruistas, no reciben una compensaci¨®n. Los padres no tienen ninguna queja de Canad¨¢: ¡°Todos all¨ª se han volcado con nosotros¡±, dice S¨¢nchez. El problema les lleg¨® cuando deb¨ªan registrar a su hijo como espa?ol en el consulado de Toronto: ¡°Entonces llegamos a nuestro representante, que se supone que debe velar por tus derechos, y se neg¨® a hacerlo¡±, a?ade.
D¨ªaz y S¨¢nchez y al menos otras dos parejas gay cuyos hijos han nacido en 2017 en Canad¨¢ est¨¢n metidos en una mara?a legal que les impide registrar a su hijo como espa?ol. Las consecuencias van desde no poder cobrar la baja por paternidad o el cheque guarder¨ªa en la comunidad de Madrid a tener que sacarle el NIE al beb¨¦, que vive en Espa?a como ¡°turista canadiense¡±: "Cuando fuimos a comisar¨ªa a buscar su NIE, los funcionarios no entend¨ªan por qu¨¦ un ni?o espa?ol deb¨ªa inscribirse como extranjero¡±, dice Jordi Piqueras. Hoy su hija est¨¢ en Espa?a sin NIE y solo con el pasaporte canadiense con el plazo de 90 d¨ªas de estancia permitida ya caducado.
La reuni¨®n se fue calentando y acab¨® en reproches de los padres al funcionario por sus creencias y valores
Los padres viven el l¨ªo legal como una afrenta a sus derechos b¨¢sicos. D¨ªaz y S¨¢nchez pidieron una reuni¨®n con el c¨®nsul espa?ol en Toronto, Pablo Ruiz-Jarabo. El c¨®nsul les advirti¨® que no iba a cambiar su postura. La reuni¨®n se fue calentando y acab¨® en reproches de los padres al funcionario por sus creencias y valores. ¡°No puede usted perjudicarnos por sus ideas. ?Qu¨¦ necesidad hay de pasar por esto?¡±, le dijo Nacho D¨ªaz al c¨®nsul.
El registro de ni?os nacidos por gestaci¨®n subrogada depende en Espa?a de una Instrucci¨®n de 2010, que pide b¨¢sicamente una cosa: una sentencia judicial en el pa¨ªs de nacimiento donde el juez certifique que la madre gestante act¨²a libremente y su renuncia al beb¨¦ es consciente e irrevocable.
Esto que parece sencillo para no juristas puede convertirse en una maravillosa arma de interpretaci¨®n restrictiva. El c¨®nsul de Espa?a en Toronto, a trav¨¦s del Ministerio de Justicia, explica a EL PA?S sus motivos: ¡°En Canad¨¢, la legislaci¨®n sobre maternidad subrogada no cumple con los requisitos que exige la Instrucci¨®n 2010, entre ellos, la intervenci¨®n de un juez que supervise el consentimiento de la madre gestante a la renuncia de su filiaci¨®n¡±. Las tres parejas afectadas disponen de sentencias legales, pero el aparente gran error es que la gestante no est¨¢ presente ni f¨ªsicamente ni por escrito ante el juez. Esta novedad se debe a un cambio en la legislaci¨®n de Ontario -no de Canad¨¢- en noviembre de 2016. De los tres beb¨¦s sin registro solo uno naci¨® en Ontario. Los otros dos nacieron en British Columbia y Alberta.
El c¨®nsul puede decidir que una sentencia es insuficiente porque tiene facultades para interpretar el Derecho a su modo. Desde la Oficina de Informaci¨®n Diplom¨¢tica (OID) del Ministerio de Exteriores defienden que Ruiz-Jarabo ¡°no ha actuado de forma arbitraria¡±. De todos modos, los padres tienen una v¨ªa abierta para recurrir ante la Direcci¨®n de Registros en el Ministerio de Justicia, dicen desde la OID. A?aden que para eliminar toda duda futura, ser¨ªa conveniente ¡°una instrucci¨®n nueva que aclare el criterio¡±. En Exteriores insisten en que la soluci¨®n depende de la falta de instrucciones claras desde Justicia.
¡°Es una verg¨¹enza¡±, dice la abogada canadiense Sara Cohen. ¡°Bajo la ley provincial, los padres intencionales son los padres y la gestante ya no lo es. Si Espa?a no lo reconoce, deja la seguridad de estos ni?os en peligro.¡± No es algo sin embargo que ocurra solo en un consulado espa?ol: ¡°Cuando una pareja canadiense va al extranjero y tiene un hijo all¨ª, tienen que ir al consulado de Canad¨¢ y siempre hay reglas distintas¡±, dice Sheetal Maya Nanda, abogada canadiense especializada en inmigraci¨®n. ¡°Mis clientes me piden que les d¨¦ una garant¨ªa del 100% de que algo va funcionar. Pero desgraciadamente cuando hay gente tomando decisiones acaba siendo subjetivo¡±, a?ade.
En Canad¨¢ hay, al menos, otros cuatro embarazos subrogados que salen de cuentas antes del fin del verano
El papel de los pol¨ªticos
La responsabilidad de una legislaci¨®n nueva que aclare estos embrollos es de los pol¨ªticos. Ciudadanos present¨® una iniciativa en febrero para regular la subrogaci¨®n, que fue recibida con poco entusiasmo por los otros partidos. Para complicar a¨²n m¨¢s el panorama, el Comit¨¦ de Bio¨¦tica public¨® un informe el 19 de mayo donde propon¨ªa prohibir la subrogaci¨®n. Entre ambos polos, hay docenas de familias en tr¨¢mite que tratan de sortear dificultades legales insospechadas para registrar a sus hijos. En Canad¨¢ hay, al menos, otros cuatro embarazos subrogados que salen de cuentas antes del fin del verano. Un proceso de subrogaci¨®n en Estados Unidos ronda los 100.000 euros y en Canad¨¢, los 60.000, pero no son los ¨²nicos pa¨ªses donde se hace.
Hasta el cambio en Ontario de noviembre, el consulado ped¨ªa para inscribir al ni?o que el padre biol¨®gico -en el caso de parejas gay, uno de los dos- apareciera en el registro junto a la gestante y que el otro miembro adoptara al beb¨¦ una vez de vuelta a Espa?a. Este proceso sin embargo implica desequilibrio en las parejas: ¡°Siempre aparecer¨¢ que uno de los dos ha adoptado. Siempre habr¨¢ un padre que es adoptivo¡±, dice Nacho D¨ªaz. El beb¨¦ tendr¨ªa adem¨¢s apellidos distintos en sus primeros a?os de vida: para Canad¨¢ tendr¨ªa los apellidos de los padres reales y para Espa?a, un apellido de la gestante. Nadie sabe con certeza qu¨¦ pasar¨ªa con ese beb¨¦ si el futuro padre adoptivo rompe su acuerdo mientras el ni?o tiene apellidos distintos.
El reto en Espa?a es eliminar la inseguridad jur¨ªdica de las familias que optan por esta v¨ªa: ¡°La soluci¨®n debe pasar porque no dependamos de qui¨¦n se siente en la silla. Si dependemos de eso, la inseguridad jur¨ªdica va a continuar¡±, dice Ana Miramontes, abogada especializada en asuntos de subrogaci¨®n. En Toronto, por ejemplo, el c¨®nsul anterior a la llegada de Ruiz-Jarabo en agosto de 2014 pon¨ªa menos trabas a los registros. Una soluci¨®n maliciosa para parejas con problemas es esperar al reemplazo de Ruiz-Jarabo -a quien le queda un otro a?o en Toronto- y esperar que el nuevo c¨®nsul sea menos estricto.
La gestaci¨®n subrogada es un ¨¢mbito tan poco transparente que hasta las cifras son un agujero negro: ¡°No hay n¨²meros en ning¨²n lugar sobre cu¨¢nta gente entra en acuerdos de subrogaci¨®n¡±, dice Marilyn Crawshaw, profesora de la Universidad de York. En Reino Unido, por ejemplo, los padres deben pedir una ¡°orden parental¡± para ser ambos progenitores al mismo nivel del beb¨¦ subrogado. Desde 1995 hasta 2015, el n¨²mero de estas ¨®rdenes no llega a 2.000, aunque ha crecido mucho en los ¨²ltimos a?os. La profesora Crawshaw ve factible un n¨²mero tan peque?o: ¡°Es un ¨¢rea en la que hay mucha especulaci¨®n sin datos¡±. La legislaci¨®n espa?ola no ha puesto de momento remedio.
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