Cu¨¢les son los casos de corrupci¨®n m¨¢s graves de Espa?a

Toda corrupci¨®n es mala, pero no del mismo modo. En Espa?a ha habido m¨¢s de 2.000 casos de corrupci¨®n desde al a?o 2000. Solo un pu?ado son conocidos: por su magnitud, porque pertenecen a tramas complejas o porque afectan a altos cargos. EL PA?S reuni¨® a un panel de 13 acad¨¦micos expertos en corrupci¨®n para que ordenen los casos principales. Los tres m¨¢s graves del siglo XXI en Espa?a son, por este orden, P¨²nica, G¨¹rtel y Palau. Los datos fueron recogidos en 2017, antes de la sentencia del caso G¨¹rtel.

Los acad¨¦micos han valorado dos aspectos de 22 grandes casos: primero, la seguridad de que un caso haya ocurrido, y segundo, su gravedad. Como se ve en el gr¨¢fico, todos son muy graves y muy probables -tanto los que tienen sentencias como los que no. En casos de esta magnitud, despu¨¦s de a?os de trabajo policial, la diferencia para casos con sentencia o no es peque?a: ¡°Muchas veces no me preocupa tanto lo que diga finalmente la sentencia, que puede ser absolutoria por cuestiones formales¡±, dice Manuel Villoria, catedr¨¢tico de la Universidad Rey Juan Carlos.

Cada panelista define la gravedad con su baremo, pero los factores donde hay m¨¢s coincidencia son cuatro: grado de sofisticaci¨®n de la trama, dinero sustra¨ªdo, nivel de los investigados y perjuicio para la opini¨®n p¨²blica. Los casos m¨¢s graves son los dise?ados espec¨ªficamente, que ¡°consisten en la creaci¨®n de un sistema replicable pensado para abusar del dinero y la plaza p¨²blica, que implican por definici¨®n la aprobaci¨®n de varios miembros de la administraci¨®n¡±, dice Elena Costas, investigadora postdoctoral de la Universitat Aut¨°noma de Barcelona.

El podio del saqueo

Estos son los tres casos m¨¢s importantes de corrupci¨®n por su gravedad y por la certeza.

Caso P¨²nica. Lo tiene todo: trama, a?os, dinero, extensi¨®n. Ha sido el caso de corrupci¨®n m¨¢s cercano a la perfecci¨®n, seg¨²n los especialistas. Solo ha recibido puntuaciones de 9 y 10 en gravedad. En probabilidad solo G¨¹rtel le supera porque el juicio estaba m¨¢s avanzado cuando los expertos respondieron el cuestionario. El coraz¨®n del delito de la P¨²nica era cobrar comisiones a cambio de adjudicaciones en ayuntamientos de Madrid y Valencia. El presunto cerebro de la trama era Francisco Granados, ex n¨²mero dos del PP en Madrid. ¡°P¨²nica es el m¨¢s preocupante porque se produce dentro de una estructura administrativa. Es muy sofisticada e intensa¡±, dice Gimeno.

Caso G¨¹rtel es la otra pata de los grandes casos de corrupci¨®n vinculada al PP. El centro de la trama era el empresario Francisco Correa, que se nutr¨ªa de contratos y favores de administraciones dirigidas por el Partido Popular en Madrid y Valencia a cambio de sobornos a funcionarios y autoridades p¨²blicas. Los a?os que lleva G¨¹rtel en las portadas le da tambi¨¦n m¨¢s peso: ¡°Los grandes titulares pueden llevar a una percepci¨®n mayor respecto a su gravedad¡±, dice Costas.

Caso Palau. Su gravedad es la connivencia: ¡°De forma activa y por omisi¨®n hay una cantidad espectacular de actores, e implica a una trama transversal: pol¨ªticos, sociedad civil, empresarios y otros partidos que hacen ver que no ven¡±, dice Carles Rami¨®, catedr¨¢tico de la Universitat Pompeu Fabra. F¨¨lix Millet, expresidente del del Palau de la M¨²sica, se qued¨® con dinero de la entidad y canaliz¨® comisiones de constructoras a Converg¨¨ncia i Uni¨®.

Las dudas de algunas investigaciones

El resultado no solo permite ordenar los casos principales, sino aclarar el panorama. El caso Pujol est¨¢ valorado como muy grave, pero baja su peso por falta de seguridad: ¡°Hay indicios para que d¨¦ un salto cualitativo, lo que nos har¨ªa hablar no de una corrupci¨®n espa?ola, europea o latinoamericana sino africana¡±, dice Rami¨®. Pero falta de concreci¨®n: ¡°La propia polic¨ªa ha generado dudas. Hay tanta oscuridad. Los polic¨ªas te dicen que hay mucho, pero no lo cierran: qu¨¦ contratos, d¨®nde est¨¢ el dinero¡±, a?ade Villoria. El caso Lezo es otro ejemplo de corrupci¨®n que podr¨ªa?crecer en gravedad con el tiempo. La actualizaci¨®n de este panel en dos a?os mover¨¢ a la fuerza las percepciones.

El caso Pokemon tiene una magnitud notable -con m¨¢s de 100 acusados-, pero que est¨¦ centrado en ciudades gallegas ha perjudicado su cobertura y, por tanto, su importancia: ¡°Hay 11 municipios con alcaldes y ex alcaldes implicados, que va m¨¢s all¨¢ del urbanismo¡±, dice Yeimy Ospina, investigadora del IBEI (Institut Barcelona d¡¯Estudis Internacionals).

El patr¨®n espa?ol

El an¨¢lisis de todos los casos permite ver otro patr¨®n: en corrupci¨®n, Espa?a es una mezcla peculiar entre Holanda y Ruman¨ªa. Los niveles de corrupci¨®n entre funcionarios espa?oles de polic¨ªa, educaci¨®n, sanidad o hacienda est¨¢n al nivel del norte de Europa. Pero hay una zona donde se cruzan todos los problemas: municipios, contratos p¨²blicos y urbanismo. ¡°Tenemos un agujero muy grande en contrataci¨®n p¨²blica y en su momento de urbanismo¡±, dice Jos¨¦ Mar¨ªa Gimeno, catedr¨¢tico de la Universidad de Zaragoza. A¨²n se puede afinar m¨¢s: ¡°El 90% de los casos de corrupci¨®n no tienen lugar en administraciones p¨²blicas tradicionales, sino en la paraadministraci¨®n: entes que se crean para funcionar con m¨¢s agilidad, como empresas p¨²blicas, fundaciones¡±, dice Fernando Jim¨¦nez. All¨ª los funcionarios tienen otros sistemas de compensaciones y los controles son distintos.

Los gobiernos centrales tienen m¨¢s seguros: ¡°La administraci¨®n central tiene a los mejores expertos. A nivel provincial, lo son menos porque los buenos se han ido si han podido¡±, dice Eliska Drapalova, investigadora postdoctoral en la Hearthie School de Berl¨ªn. Los controles de los Ayuntamientos est¨¢n en manos de los secretarios e interventores, cuya labor depende a menudo de la voluntad del alcalde: ¡°Pueden quitarles los complementos, llevarlos a un despacho en el s¨®tano, hacerles la vida miserable. Luego si alguien se va por mobbing, el alcalde pone a alguien de interino y se puede alargar¡±, dice V¨ªctor Lapuente, profesor de la Universidad de Gotemburgo.

El nivel de corrupci¨®n en un pa¨ªs se ha medido habitualmente por la percepci¨®n de los ciudadanos. La corrupci¨®n es el segundo gran problema para los espa?oles, despu¨¦s del paro. El tercero son los pol¨ªticos y los partidos. Desde el inicio de la crisis, la corrupci¨®n ha estado entre los tres primeros, junto al paro y la econom¨ªa. El ¨ªndice permite ver algo curioso en el comportamiento de los espa?oles. El estallido de casos de corrupci¨®n en Espa?a fue al final de la burbuja, entre 2006 y 2008. El caso Malaya en Marbella fue el ejemplo. Pero la percepci¨®n de la corrupci¨®n como un problema enorme para los espa?oles empez¨® en 2010, cuando la crisis se hab¨ªa esparcido. Hasta entonces, no se ve¨ªa como un problema enorme que unos pocos robaran mientras la mayor¨ªa viv¨ªa bien. ¡°Cuando el porcentaje de ciudadanos que cre¨ªa que la situaci¨®n econ¨®mica era mala o muy mala super¨® el 50%, el impacto de la cobertura medi¨¢tica en la percepci¨®n de la corrupci¨®n como problema p¨²blico empez¨® a aumentar¡±, dice Anna M. Palau, profesora de la Universitat de Barcelona.

Metodolog¨ªa. La preselecci¨®n de los 22 casos fue revisada por el panel. El criterio para escogerlos fue el n¨²mero de b¨²squedas en Google desde 2004 de los principales casos en Espa?a seg¨²n la lista extensa: "casos judiciales relacionados con corrupci¨®n pol¨ªtica". La referencia fue las b¨²squedas hechas en Espa?a para el caso Brugal: todos los que fueron m¨¢s buscados, entraban en la selecci¨®n.

El panel contest¨® estas dos preguntas para cada caso: ¡°1. ?Qu¨¦ seguridad tienes de que se produjo este caso de corrupci¨®n? (1, seguro que no ocurri¨®; 10, seguro que s¨ª ocurri¨®.)¡±; y ¡°2. Asumiendo que el caso de corrupci¨®n se produjo, ?c¨®mo ser¨ªa de grave? (1, nada grave; 10, absolutamente grave.)¡±. Esas respuestas, codificadas entre 1 y 10, son las que se representan en los gr¨¢ficos.

Los miembros del panel son: Elena Costas (investigadora postdoctoral en la Universitat Aut¨®noma de Barcelona), V¨ªctor Lapuente (profesor en la Universidad de Gotemburgo, Suecia), Manuel Villoria (catedr¨¢tico de la Universidad Rey Juan Carlos), Carles Rami¨® (catedr¨¢tico de la Universitat Pompeu Fabra), Fernando Jim¨¦nez (profesor de la Universidad de Murcia), Laura Chaqu¨¦s (profesora de la Universitat de Barcelona), Anna M. Palau (profesora de la Universitat de Barcelona), Jordi Mu?oz (investigador en la Universitat de Barcelona), Eliska Drapalova (investigadora postdoctoral en la Herthie School of Government), Jes¨²s Lizcano (catedr¨¢tico de la Universidad Aut¨®noma de Madrid y presidente de Transparencia Internacional), Yeimy Ospina (investigadora del Institut Barcelona d¡¯Estudis Exteriors), Jos¨¦ Mar¨ªa Gimeno (catedr¨¢tico de la Universidad de Zaragoza) y Eva Anduiza (profesora de la Universitat Aut¨°noma de Barcelona).